"¡Joder, estaba pasando y no era un maldito sueño!"

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El beso fue lento y tímido al principio, pero luego todo fue tan mágico y lindo.

Los labios de ambas eran realmente suaves y dulces. Enid todavía estaba envuelta en los brazos de la pelinegra, mientras que está estaba mirándola como una tonta enamorada.

Era obvio que ninguna de las dos pensaba que esto realmente estaba sucediendo, parecía un sueño.

“¿Fue real?” Era lo que repetían en sus mentes mientras sus miradas se perdían entre ellas. “¡Era real, estaba sucediendo!” Literalmente se habían confesado la una a la otra, se habían besado y lo harían de nuevo.

“¡Joder, estaba pasando y no era un maldito sueño!” gritó Merlina para sí misma.

"¿Nos quedamos así?", susurró la rubia mientras trataba de volver a tomar los labios de la otra.

Merlina asintió con la cabeza dejando claro que sí, que quería quedarse como estaban.

Enid entrelazó sus dedos en el hermoso cabello de la pelinegra, y está llevó suavemente su mano al rostro de está.

Así fue que los labios de la rubia volvieron a besar los de la gótica.

Esta vez sus bocas se abrieron más, dejando a un lado los nervios, sus lenguas se encontraron rápidamente, así como las manos de Merlina, que volvieron a abrazar a la rubia más fuerte contra ella.

Cuando el beso fue sellado con uno más casto ambas se volvieron a ver y no pudieron evitar que se rieran de alegría. Ya que finalmente entendieron y sintieron, estaban molestas porque estaban enamoradas, ambas se amaban.

"Fue...", murmuró la rubia, sintiendo que le ardía la cara.

"Fue asqueroso, no lo vuelvas a hacer", respondió e interrumpió.

Enid se aleja rápidamente y la empuja golpeando el hombro de la gótica.

"Te odio, no recibirás más mis besos", cruzó los brazos con enojó, sonrío para ella misma porque pensó que era divertido.

Ella sabía que estaba bromeando pero eso la fastidiaba. Merlina se rió fuertemente y con valentía la abrazo.

"Eso es bueno porque no me gustó tanto ¿no sabes cómo besar?" preguntó y sonrío divertida.

Oh, esto ya no le pareció divertido a la rubia, sino qué la fastidio más como siempre lo hacía la pelinegra. Ella la fastidiaba.

Enid se quejó y la empujó de nuevo.

"¡¿Estás diciendo que no sé besar?!"

La miró enojada.

"Tal vez", respondió ella.

Merlina estaba mintiendo, los besos y los labios de Enid se habían convertido en su nueva perdición desde el momento en que la besaron. Pero no podía evitarlo, ella era así por naturaleza, necesitaba verla sufrir o ver su ira.

Sí, le gustaba eso, siempre le gustaba molestarla hasta que la veía enojarse pero también lo odiaba, odiaba que si no fuera por buenas y tontas razones, tal vez Merlina Addams si está loca como todos pensábamos.

"¡¿Idiota porque siempre arruinas todo?!", gritó, poniendo los ojos en blanco.

La pelinegra volvió a reír y antes de que la rubia fuera a su habitación tomó su mano y la besó con fuerza.

La rubia luchó y la apartó.

"¡No quieres mis besos, pero me besas, heee!", jadeó sin aliento con la cara aún más roja.

"Es que tengo que enseñarte, déjame hacerlo", se rió suavemente mientras la abrazaba sin soltarla.

"Te odio..."

"Te amo" sonrío esta soltándola y acariciando su rostro. "Te amo cuando sonríes, pero me gustas más cuando te enojas", le susurró en la mejilla.

"Eres rara"

"Lo sé, ¿te gusta eso?", susurró y besó su mejilla.

Luego, sin esperar una respuesta, la besó de nuevo.

"Sí, me gustas estúpida... loca y rara bestia linda", se rió suavemente.

Merlina también sonrió y Enid cerró los ojos para disfrutar de los besos que la gótica ahora dejaba en su rostro.

...

Después de más besos o practicar y enseñar a besar, como lo llamaba Merlina, fueron a la habitación de la rubia para ver al pequeño Louis por un rato, cuando se aseguraron de que todo estaba bien hablaron un poco con Dedos.

Ahora en silencio y en la esquina de su ventana estaban sentadas. Enid estaba acostada en el brazo derecho de la gótica.

El viento frío entró suavemente y nadie se apartó ni dijo nada, llevaban un rato allí disfrutando de vez en cuando de las caricias que se daban o simplemente se miraban con adoración cuando la otra no se daba cuenta o sí.

"¿Qué haremos con él?", preguntó la rubia con tristeza.

Merlina suspiró mientras se volvía a pender sus pensamientos, sintiendo ese pinchazo en su corazón. Este maldito sentimiento que tanto odiaba.

"Todavía hay tiempo para pensar", respondió.

"¿Lo hay?"

Preguntó y levantó su cuerpo lo suficiente como para ver los ojos negros de Merlina.

"Sí", sonrío.

"Bien" suspiró con tristeza sin creer. "Tiene razón", dijo ahora la rubia que miró a su amigo a un lado que aparentemente leía un libro para padres primerizos.

¿Por qué leí eso? Ni idea, ni siquiera sabían de dónde sacó el libro, pero parecía que estaba muy interesado en seguir leyendo.

"¿Tiene razón?", preguntó Merlina con curiosidad. Ya que no prestó atención a su fiel amigo.

"Qué, eso de qué te invitará a salir"

La gótica la miró y sus mejillas ardían, su corazón se aceleraba como horas atrás cuando se besaban.

"Quiero decir, salgamos todos juntos, tú, Louis, Dedos y yo... Antes de que realmente no podamos", susurró. "Por favor, acepta", suplicó.
























(...)

Sé que los capítulos son cortos pero esperó escribir con más tiempo para ti, más bien agradezco que no hayas olvidado esta historia, nos leemos pronto... <3

𝐀 𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora