"Picnic con el pequeño Louis"

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"Qué bueno que viniste, pensé que no lo harías", sonrío el chico.

"La verdad no lo iba a hacer pero necesitaba estar un momento a solas aunque sea con tu compañía, ya qué de verdad necesito hablar de eso" confesé.

"Entonces sí es en serio, secuestraste a un bebé", me señaló.

Lo miré con fastidio antes de responder.

"Esto no es una broma, lo digo en serio y no secuestría ningún bebé ¿por qué lo haría?", pregunté.

"No lo sé... tal vez para que la rubia no te deje", se burló.

"¡No digas estupideces!", hablé con enojó.

"No lo son y lo sabes, ella te gusta" mierda, lo mataré.

"Lamento mucho habértelo contado", respondí poniendo los ojos en blanco.

Y el solo sonrío. Esta bien, respira Merlina, no matarás a nadie.

"¿¿Cuando se lo dirás??", preguntó aún más con diversión.

"Jamás"

Enserio ¿jamás? bueno no estaba segura de eso, pero ella no siente nada y yo lo siento todo con ella.

"Si no lo hace la perderás ¿¿lo sabes verdad??"

Eugune tenía razón, pero como hacerlo, apenas acepté qué realmente ella me gusta y no solo eso.

"Cómo sea", respondí tratando de no darle importancia. "Hablemos de que de verdad importa ahora" terminé diciendo.

"Bien como tú quieras... Adelante cuenta"

Fue así como le conté Eugune qué encontramos a ese pequeño y que necesitaba algo o alguien para encontrar a su madre o aún familiar.

...

"¿Y qué harás realmente, se quedarán con él?", preguntó cuando termine de contarle lo que ha sucedido desde que lo encontramos hasta ahora.

Algo en el fondo de mi corazón me pedía gritos de que así fuera, pero no podemos "no podemos Merlina" me repetí.

"Por supuesto que no, somos adolescentes ¿qué haríamos con un niño?", era una preguntá, tal vez.

"No lo sé... ¿¿Cuidarlo, amarlo??", susurró.

"También eres estúpido, quería hablar contigo para ver si me ayudabas... eso no lo hace"

Sí, su sonrisa se borro y la culpa vino a mí ¿fui muy dura no es así?

"Está bien... dices que en esa carta hablaban como si alguien estuviera o viviera ahí y que espera al pequeño, no?"

"Sí, eso creo", respondí trantando de recordar nuevamente lo que decía la carta.

"Entonces..."

"Oh... Lo entiendo ahora", dije interrumpiendolo, ahora entiendo a que quería llegar Eugene.

"Con mi ayuda", sonrío orgullo.

"Sí, callate... Entonces sí hablo con el propietario puedo indagar más sobre eso y tal vez encontrar a la madre de Louis"

"¡Bingo!", gritó.

"No eres un estorbo después de todo", me burle ahora.

"Auch, gracias supongo"

...

"¡Oh, llegaron!", gritó Yoko con alegría.

Enid sonrió junto con el pequeño que ahora estaba en sus brazos.

"Es más lindo y adorable de lo que parecía en las fotos que me enviaste", dijo la castaña mientras abrazaba a su amiga y miraba a la pequeño.

"Lo es", respondió Enid riendo por la reacción de Yoko. "Es todo un galán", terminó diciendo para besar tiernamente su cabeza.

"Es tan guapo", gritó más, mirando mientras el pequeño sonreía. "¿Puedo sostenerlo?", preguntó con un puchero en sus labios.

"Por supuesto, de esta manera puedo poner la comida que traje"

Así fue Yoko lo tomó en sus brazos suavemente, y besó sus mejillas, el pequeño sonrió más con eso.

"Es tan lindo, su ropa es genial", sonrió Yoko.

"Yo lo compré", respondió con orgullo. "Es un bebé guapo"

Después de eso disfrutaron de toda la comida que habían traído para el picnic.

...

"Así que ella no acepta esto", dijo Yoko.

"No, ella piensa que es una mala idea y tiene razón, pero no podemos mantenerlo encerrado para siempre", le sonrío a medias.

"Realmente no quieres dejarlo ir, ¿verdad?", preguntó mirando a su amiga y al pequeño aquíen le sostenía su biberón.

"Eso es lo que temo, porque Merlina de nuevo tiene razón... Realmente dolerá cuando se vaya".

Lo miró con adoración.

"Bueno es lo mejor para todos y es mejor para él, seguro que echa de menos a su madre"

"Sí, lo entiendo y duele, pero..."

"Pero... ¿hay pero?", repitió Yoko.

"Lo hay... Es solo que solo quiero pasar por lo menos algunos momentos agradables con él, como esté, no sé por qué, pero no quiero que me olvide", sonrío con tristeza.

"Eso es tan dulce, rubia", respondió ella.

"Quiero que Merlina lo haga, que pase esos momentos también, sé que le está tomando apreció"

"Bueno, hazlo, invítala a algún lugar donde estén juntos" sonrío divertida mientras guiñaba un ojo.

Enid sintió que le ardían las mejillas, pero respondió.

"Lo haré pronto", sonrió ampliamente.

"Bueno, mientras... Vamos al lago", dijo. "No sé si este pequeño conoce a los patos, pero asegurémonos de que lo haga, juro que esto no lo olvidará"

Enid sonrió y cuidadosamente condujo el pequeño haya donde los patos nadaban en el lago que estaba a pocos pasos de ellos.

Fue tan adorable ver su cara de confusión, sorpresa y luego felicidad al ver el agua y los pequeños patos nadando en ella.

La rubia y Yoko no paraban de reír.

Obviamente la castaña se aseguró de tomar fotos para su amiga rubia, todo fue tan lindo para ellos.

Cuando la tarde llegó Yoko los llevo o acompañó a unas cuadras de su departamento. Enid le sonrío y se despidió.

𝐀 𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora