Capítulo 11

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(Perspectiva de Abriil)

A veces no puedo evitar sentirme tan mal por nuestra pérdida, durante las noches bajo a la sala y lloro ahí hasta que veo que el sol va comenzar a delatarme... O así fué hasta que un día Azael me descubrió y desde entonces cuando la tristeza vuelve a despertarme, él también se levanta y no lo duda, nos sentamos a mirar la ventana mientras yo lloraba, enserio lo amo y sin él creo que ahora estaría hecha pedazos, en estos años que no hemos tenido a nuestra bebé con nosotros, ha sido mi apoyo y mi luz en esta oscuridad, pero no es una oscuridad tranquila, es una oscuridad a la que le temo.

También sabía que esto le afectaba a Azael y fingía que no, él solo trataba de ser fuerte por mí, pero en el fondo sabía que él también se sentía igual que yo, con ese hueco, ese vacío que nos dejó, supongo que este era nuestro miedo como papás y luego de lo sucedido las cosas al principio no parecían sonar igual que antes.
Cuando Zack llegó, nos trajo una enorme alegría mientras lo veíamos crecer y nos ha unido más.

—Buenas noches, cariño —le dije.

—Buenas noches, mi amor... —contestó Azael. —¿Estabas viendo televisión?

—Si... Ven, siéntate al comedor, justo iba ir con Zack para alimentarlo —asintió con una sonrisa en su cara... Estando cansada.


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En la escuela de Sofía.

—Oye Sofía... ¡Quiero saber algo! —miró Amelia a Sofía mientras saltaba de emoción al verla. —¿Solo te llamas Sofía?

—No sé, yo creo que si —contestó Sofía sin poner mucha atención.

—Pero.. ¿No tienes otro nombre? ¡Yo si! —dijo Amelia, su amiga.

—Yo no sé —contestó igual Sofía.

Cuando era la hora de ir a casa, Karla había pasado a recoger a los niños, como de costumbre, Elsie se enfocaba en su trabajo y solo veía por las noches a Sofía.

—Mi Elías... Vamos a casa, ¡llevaremos a Sofía a su casa también! —dijo Karla

—Mamá... ¿Quién es Sofía? —preguntó Elías mientras miraba de pies a cabeza a Sofía.

—Es ella, ¡Vamos a llevarla a su casa! —Karla tomó a ambos de las manos.

—¡No quiero! —Sofía se soltó de la mano y las hizo bolita mientras se alejaba.

—Sofía, linda... ¿Qué pasa? —preguntó Karla.

—¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero! —dió una patada al piso y gritó.

—¡Me da miedo mi mamá! —exclamó.

—Sofía... Tu mamá te quiere mucho... —sonrió falsamente.

—Si nos tardamos ella va enojarse, debemos irnos ya —Karla los tomó de la mano de nuevo.

—¡No! ¡Suéltame! —aún negándose a ir.

Fué largo llegar a casa con Sofía llorando todo el camino, de verdad necesitaba hablar con Elsie sobre su comportamiento con Sofía... Los niños no deberían tener miedo.

—Elsie... Tardamos porque Sofía no quería venir, disculpa —Karla bajó sus orejas y miraba hacia abajo.

—No importa, ya vez como es esta niña de berrinchuda... —Elsie tomó de la mano a Sofía.

—¡Sofía! Karla no tiene por qué aguantarte, ¡Eres muy berrinchuda y le diré a tu tío! — gritó Elsie.

—¡No, suéltame! ¡Te odio! —exclamó Sofía y corrió fuera de la casa.

—¡Sofía, ven aquí! —Elsie fué tras ella.

Antes de que Sofía pudiera correr más lejos del perimetro del lugar, Vausha la detuvo y la cargó.

—Ey, tranquila... ¿Qué hizo esa bruja de Elsie ahora? —sonrió Vausha, con burla.

—¡La odio! ¡La odio! —Sofía abrazo con fuerza a Vausha.

Mientras Sofía decía tal cosa, Elsie se acercó y mantuvo una cara molesta.

—Eres un ridículo, Vausha... — dijo Elsie.

—A este "ridículo", Sofía lo prefiere—Vausha bajó a Sofía de sus brazos.

• • •

Las semanas pasaron y Sofía continuaba yendo al kinder, pero, no estaba sola sino que su amiga estaba con ella, no conocía bien a Elías y no se acercaba tanto a él, pero sabía que era hijo de Karla, quien la recojia.

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(La narración que están apunto de leer está siendo hablada por la madre de Amelia, amiga de Sofía)

Desde que mi hija fué amiga de esa niña... De verdad no sé como describirlo, solo el hecho de que a veces la recoje una mujer tan amable y que ha llegado a hablar conmigo un par de veces, pero hay días en que la recoje una pelinegra que no se ve agradable... Mi hija Amelia me había presentado a su nueva amiga, me pareció una niña muy linda y me ha saludado tan bien, creo que su nombre era... Era... De verdad... ¡Era Sofía!
Todo había ido muy bien, las cosas siempre habían ido bien en nuestra familia; una tarde mientras aseaba la sala, prendí la televisión y había una noticia que había llamado por completo mi atención.

—¡¿Esa no es Sofía?! —asustada vociferó la mujer.

Vaya... No podía creerlo, la niña estaba siendo anunciada como desaparecida y yo hace nada la había visto cuando recojí a mi hija de la escuela.

—¡Imposible! —dijo la madre.

Seguía sin poder creer esto, acaso... Esa niña tan linda con la que estuve hablando hace nada, la amiga de mi hija... Ella era una desaparecida y...
Durante unos segundos mi mente se desconectó de todo y solo no sabía de qué se trataba, seguí viendo la noticia y definitivamente no me equivoqué, si era Sofía... Ella había sido un caso muy conocido.

Tenía mucho que pensar, apenas y conocía a Karla, una de las mamás que la recoje, la conocí hace unos meses y la pelinegra que viene con ella es muy sospechosa y muchas cosas vinieron a mi cabeza, estaba impactada.

Estaba decidida a hacer algo al respecto, esto era demasiado raro...
Durante la noche no pude dormir casi nada pensando en todo esto; por mi cabeza pasaban una y otra vez recuerdos donde había visto a esa mujer, aunque también me pregunté si Karla, amiga mía, tendría que ver en esto si conocía a Sofía y la llevaba a casa por lo que ví.

Decidí investigar más sobre esto en internet y pude leer muchas publicaciones compartidas de personas apoyando la búsqueda de la niña, al parecer mis dudas estaban casi resueltas.
Quisiera que alguien pudiera entender como me sentía en ese momento, el desorden de mi cabeza, no podía creerlo y aunque conocía poco a Sofía, me dolía mucho descubrir esto.
Estaba decidida a meterme en este asunto y hacer algo, si o si lo haría.

XIV AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora