05. Bulgogi

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5._ Bulgogi.
Ternera marinada.

Namjoon puede ser el mejor de su generación, dominar un segundo idioma a la perfección y tener un gran conocimiento de la historia universal; sin embargo, son las cosas más triviales las que más le cuestan entender, por ejemplo: conducir un vehícu...

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Namjoon puede ser el mejor de su generación, dominar un segundo idioma a la perfección y tener un gran conocimiento de la historia universal; sin embargo, son las cosas más triviales las que más le cuestan entender, por ejemplo: conducir un vehículo, iniciar una conversación, consolar a alguien que llora ¡o preparar arroz!

Sin ánimos de salir de su casa o de pedir comida a domicilio, Namjoon decidió saltarse la comida. O eso era lo que tenía pensado hasta que Jimin llegó al departamento con una orden de pollo frito y dijo regalársela. Namjoon no pudo negarse al obsequio, como tampoco podía degustar la comida sin una ración de arroz.

Buscó en el refrigerador y en la alacena, pero el arroz precocido ya se había acabado. Torpemente,  olvidó comprar arroz en la última vuelta que dio a la tienda de convivencia y, como ya se dijo antes, en este momento no tiene ánimos para salir del departamento.

Sin más opciones, Namjoon se las tuvo que apañar con el paquete de arroz crudo que encontró en el fondo de la alacena. Y del armario sacó la arrocera que lleva tiempo sin ser usada; el mismo tiempo desde que Jin se fue.

Eso le recuerda las decenas de veces que Jin quiso enseñarle cómo usar la arrocera.

—Por lo menos tienes que aprender a hacer arroz. ¡Es indispensable para cualquier persona! —comentaba Jin en aquellas ocasiones.

Y decenas de veces, Namjoon se distrajo con la cercanía del contrario y se olvidaba de lo que le decían.

Pero, no debe de ser tan difícil preparar arroz: solo debes apretar un botón y ya. ¿Y cuál botón es el indicado? No quiere equivocarse. Otra cosa que le trae inseguridad es el asunto de las cantidades. Si hay algo que deteste más al cocinar, es que el arroz multiplique su tamaño al cocerse y que la carne se encoja en el mismo procedimiento.

Pensó en pedirle ayuda a Jimin, pero se detuvo en el umbral del pasillo al percatarse que el bailarín estaba profundamente dormido en su habitación. Entonces, Namjoon recordó que la noche anterior escuchó a Jimin deambular por el departamento a altas horas de la noche; el pobre seguramente padecía de insomnio debido al estrés de las audiciones.

Y si eso no fuera suficiente, hoy había llegado abatido del gimnasio: Jungkook ha estado aumentado la intensidad de sus rutinas en los últimos días y Jimin apenas si lo aguanta. 

Hay algo en ese entrenador de gimnasio que a Namjoon le desagrada: además de sus altas exigencias, también sospecha que Jungkook podría estar abusando de la generosidad de Jimin para venderle proteínas y suplementos alimenticios; aunque ese solo es un pensamiento suyo y no debería darle muchas vueltas al asunto.

Sea como sea, lo mejor es dejar que Jimin descanse  antes de dirigirse al teatro para los ensayos. Y en cuanto a él, tiene que concentrarse en sus propios problemas. 

Charlas de sobremesa; NamminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora