Parte 17._ Eomuk.
Pastel de pescado.Namjoon yacía en su cama, la respiración entrecortada. Sus ojos, aunque cerrados, parecían moverse bajo los párpados como si estuvieran siguiendo una escena que solo él podía ver. En su mente, una cacofonía de voces lo rodeaba, susurros familiares que repetían palabras ya conocidas. Los sucesos de la tarde hacían eco en su cabeza, y aunque se trataban de pesadillas, se sentían más reales que cuando estaba sucediendo.
Sin el recelo, la frustración o la necesidad de mantenerse fuerte, el dolor y el miedo cobraban mayor intensidad. Con un sobresalto violento, Namjoon se incorporó en la cama, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. La habitación estaba sumida en la oscuridad, solo interrumpida por un débil rayo de luz que se filtraba por la ventana.
El sudor frío empapaba su frente, y sus manos temblaban ligeramente mientras se las pasaba por el rostro. Todavía despierto, las voces lo persiguen, como un eco que no podía silenciar. Con dificultad, trató de calmar su respiración, pero su cuerpo temblaba mientras intentaba asimilar lo que acababa de experimentar. Intentó serenarse, pero su cuerpo seguía estremeciéndose, como si la emoción aún estuviera resonando en su interior.
La sensación de estar atrapado en una pesadilla persistía, como una niebla que se negaba a disiparse. Por un instante, Namjoon creyó que todavía estaba sumido en el abismo del sueño, que todo era solo una ilusión. Pero la cruda realidad lo golpeó con fuerza, recordándole que aquellas escenas inquietantes forman parte de su realidad.
La confusión lo embarga; Namjoon sabe que algo estaba mal, pero no lograba identificar cuál esl problema. En un intento de encontrar una explicación, supuso que podría ser la comida, y estuvo dispuesto a dirigirse a la cocina para confirmarlo. Era más fácil enfrentar un problema concreto que sumergirse en la incertidumbre que lo acechaba.
Namjoon se incorporó en la cama y, aún entumecido, se levantó y emprendió la marcha hacia la cocina. El departamento estaba cubierto por un velo gris que dejaba entrever las siluetas de los muebles, pero que se acentuaba en un profundo negro en los rincones y en el fondo de los pasillos.
No encendió las luces, no necesitaba hacerlo. Solo necesitaba llegar a la cocina, como si su vida dependiera de ello. Su cuerpo parecía moverse por sí solo, como si estuviera bajo el control de una fuerza desconocida.
Al abrir la puerta del refrigerador, un terrible olor asaltó sus sentidos, como un golpe en el estómago. Las paredes estaban cubiertas de una capa pegajosa de suciedad, y las baldas, vacías, mostraban restos de salsas derramadas. Al fondo del refrigerador, divisó una lata abollada de cerveza y tres varillas de eomuk que Jimin había conseguido en su última compra callejera.
Sus manos temblaban ligeramente mientras sostenía el contenedor y la cerveza. Una parte de él quería tirar todo al suelo y salir corriendo, pero otra, más fuerte, lo arrastraba a cumplir con su desagradable cometido. De repente, la lámpara de pie se encendió, y la opaca luz iluminó la habitación. Yoongi se incorporó, con el cabello desordenado y los ojos entrecerrados, apenas despertado.
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Charlas de sobremesa; Nammin
FanfictionNamjoon acaba de recibir a su nuevo compañero de departamento: Park Jimin, un ajetreado bailarín y actor de teatro musical, sin tiempo suficiente para dar un bocado. Al notar esto, y queriendo mejorar su relación, Namjoon le propone preparar la cena...