12. Yakgwa

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Parte 12._ Yakgwa.
Galletas de miel.

El Museo Histórico de Seúl se alza majestuoso en el corazón de la ciudad, con su arquitectura moderna que contrasta con la riqueza histórica que alberga en su interior

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El Museo Histórico de Seúl se alza majestuoso en el corazón de la ciudad, con su arquitectura moderna que contrasta con la riqueza histórica que alberga en su interior. Su colección de artefactos y exhibiciones simboliza un viaje en el tiempo, desde réplicas de antiguas viviendas hasta elementos utilizados en la vida cotidiana.

Cerca del final del cuatrimestre, el museo se prepara para abrir nuevas exposiciones temporales. Una de ellas se lleva a cabo en lo más profundo del recinto; un espacio normalmente tranquilo y poco transitado, pero que en los últimos días ha estado lleno de movimiento y sonido. Sin embargo, lo que sucedía en el interior del recinto estaba oculto por una alta y delgada valla de metal.

El misterio que desprendían esos lares generaba cierto interés en los visitantes, de los cuales algunos intrépidos se acercaban para averiguar más. Pero a pocos metros de distancia eran interceptados por un guía que amablemente les negaba el paso. El guía explicaba que pronto se inaugurará una exposición sobre jarrones antiguos, a la vez que la expresión de los visitantes se volvía confusa y a sus espaldas se escuchaba el sonido de aerosoles.

Detrás de la valla de metal, y por encima del escritorio de informes, sobre una pared negra, reluce el título de la exposición en letras doradas y elegantes: "Ecos de la Historia: Una Exposición de Jarrones Antiguos Coreanos". Y en letras más pequeñas se reconocía a algunos colaboradores, destacando al director y supervisor de la exposición: Kim Namjoon.

En un par de días será la inauguración y, por ende, el debut de Namjoon como curador. Los jarrones ya se encuentran en sus vitrinas, en compañía de las luces y las escenografías que resaltan sus siluetas y colores. Lo que falta por hacer es mínimo: estampar un par de anotaciones y finalizar el mural de la recepción. Este último es el objetivo a terminar hoy.

A un costado de la puerta, casi chocando con la valla de metal, un grupo de artistas urbanos trabaja en un vibrante y colorido mural que acompañaría a la exposición. Namjoon se encontraba allí, supervisando cada detalle con meticulosa atención, aunque una leve migraña lo aquejaba, probablemente causada por el intenso olor de la pintura.

Aunque los jarrones ya se encontraban resguardados en las vitrinas, Namjoon seguía experimentando una creciente ansiedad. Su perfeccionismo y exigencia lo llevaban a observar cada movimiento de los trabajadores con una mirada penetrante, buscando cualquier mínimo error que pudiera comprometer la exposición.

En ese momento, un estruendo metálico lo sobresaltó. Su cuerpo tembló y se alejó del origen del ruido, casi chocando con una de las artistas. Tras disculparse con la chica, dirigió su mirada hacia la persona que había provocado el ruido.

Gwangsu, el gerente del museo, se asomó por el lugar. Namjoon tragó en seco y dio un rápido vistazo al interior de la sala. Solo se le ocurría una explicación para la presencia del gerente: juzgar su desempeño a cargo de la exposición. Sabía que esta situación se daría y no se quejaba de ello, pero le hubiera gustado estar prevenido. Ugh, la sorpresa era tan desagradable como cuando tenía un examen sorpresa en el colegio.

Charlas de sobremesa; NamminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora