PRÓLOGO

9 1 0
                                    

—No, es que esto no tiene ni pies ni cabeza.

Al otro lado del teléfono Leo solo escuchaba excusas. Colgó sin más porque no iba a sacar nada de esa conversación.

Y ahora, ¿qué? Estaba en Berlín, sin saber en alemán nada más que las cuatro frases tontas que aprendió en medio de una borrachera con una chica que estaba de intercambio y con la que su amigo Alberto había tenido un rollete, pero dudaba mucho que saber decir «mi madre es vendedora» fuera a sacarle de algún apuro. 

Son mis amigos 1 - LeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora