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Busqué mi asiento en el avión y me senté. Nunca me habían gustado mucho los aviones, tenía un poco de miedo a las alturas. Me había tocado en la ventanilla, cosa que no ayudaba mucho. Saqué mi móvil e hice una foto antes de apagarlo para el vuelo. Subí la foto a Instragram en modo de despedida. El avión despegó, era un vuelo largo, ocho horas ni más ni menos. Así que decidí ponerme una película en aquellas pantallas individuales que había en los asientos.

Después de acabar la película decidí ir al baño, era tan pequeño que daba claustrofobia estar ahí dentro. Al volver a mi asiento vi que aun quedaban seis horas de viaje, se me iba a hacer eterno. Llevé la vista a mi ventana, estaba amaneciendo y era realmente increíble ver eso desde allí, era muy fan de los atardeceres, tenia mi móvil repleto de fotos de este. Pensé en el miedo que tenía a las alturas, pero realmente esto no estaba tan mal.

Desperté de repente por una voz que provenía de megafonía, íbamos a aterrizar. El tiempo se me había pasado más rápido de lo que imaginaba, había dormido seis horas. Y lo mejor de todo, ya había llegado.

Cogí mi mochila y me dirigí a buscar mi maleta al aeropuerto, estaba en facturación. Me costó encontrarla pero lo conseguí. Encendí el móvil y vi los cientos de mensajes en Instagram de mis amigos y seguidores comentando la foto que había subido desde la ventana del avión. Marqué a mi madre, no tardó mucho en descolgar la llamada.

-¡Hija! ¿Ya llegaste?.- dijo mi madre al otro lado del móvil.

-Si mamá ya estoy aquí.-le dije emocionada.

-Espera, tu padre quiere decirte algo. Ten cuidado por allí hija, escríbeme cuando llegues a la casa.-dijo mi madre.

- Cariño- dijo mi padre-Recuerda que van a recogerte al aeropuerto para llevarte a la casa, tienen que estar en la salida con un cartel con tu nombre.

-Tranquilo, lo se.- reí al otro lado-  Papá , os escribo cuando llegue, ¿si?. Quiero llegar ya y darme una buena ducha.

-Claro cielo, ten cuidado, te queremos mucho.- dijo mi padre

-Y yo a vosotros. Hablamos papá , hasta luego.-colgué la llamada.

Había quedado con la agencia que me recogía a las nueve de la mañana y ya eran menos cuarto, debía darme prisa si no quería que me dejaran tirada y tener que coger un taxi, sobre todo porque te cobraban una exageración en los aeropuertos. A lo lejos vi a un hombre trajeado sujetar un cartel con mi nombre, me pareció gracioso a la par que extraño. Me acerqué a él y le salude. Llegamos al coche, era un gran todoterreno negro. El cogió mis maletas y las colocó en el maletero mientras yo me sentaba en los asientos de la parte trasera de aquel coche. Le indiqué la dirección a la que iba, él asintió y arrancó. Se notaba que era un hombre callado, y yo estaba muy emocionada mirando por la ventana por lo que no hablamos mucho durante el trayecto. Aquello era increíble, esos edificios tan altos, tanta gente por las calles, todo lleno de luces...No podía creer que estuviera allí. Disfrutaba del largo camino en coche que tuvimos que hacer.

Íbamos pasando por las calles del centro de Nueva York. Con algunos ahorros y un pequeño regalo de mis padres pude pagar tres meses de alquiler en un pisito al lado de central park. Parecía un buen edificio y estaba muy bien ubicado. De repente el coche paró.

-We have arrived (hemos llegado).- me dijo el conductor. Se dispuso a bajar del coche y sacar mis maletas. Yo estaba embobada mirando aquel enorme edificio mientras abria la puerta del coche y salia.

-Here you are miss, enjoy your stay, bye (aquí tiene señorita, que disfrute de su estancia, adiós).- me dijo amablemente el hombre con una sonrisa y mis maletas ya en el suelo.

-Oh thank you very much, bye ( oh muchas gracias, adiós)- le dije sin poder apartar la mirada de lo que iba a ser mi nuevo hogar.

Le di gracias a mis padres por haberme obligado a estudiar idiomas desde que éramos pequeños, eso me daba mas confianza al estar en un país extranjero. Suspiré, cogí mis maletas y me acerqué a aquel edificio. Pase a la recepción, tenía que buscar al conserje, era el que me daría la llave de mi piso. Vi a un hombre detrás de un mostrador, así que me dirigí hacia él.

-Hi, I have rented one of the flats, I need the keys ( Hola, he alquilado uno de los pisos, necesito las llaves).-le dije.

-Hello, of course, I need the rental papers and your ID ( Hola, por supuesto, necesito los papeles del alquiler y tu dni).-me dijo

Le di los papeles y mi identificación. El hombre me hizo una señal de que esperara ahí y se fue por una puerta. Aproveché para mirar el sitio por dentro, era muy bonito. Había una escalera enorme de caracol y en medio de ella un ascensor. Todo era bastante moderno pero a la vez tenia un toque antiguo que me encantaba, y todo estaba lleno de flores y plantas.

-All set, here are your keys, wellcome miss Kyle ( Todo listo, aquí tiene sus llaves, bienvenida señorita Kyle).-me dijo el hombre dándome las llaves.- My name is Tom, Im here to help you with anything ( Mi nombre es Tom, estoy aquí para ayudarla con lo que sea).

-Thank you Tom ( Gracias Tom).-le sonreí.

Lo se, ¿Kyle? No parecía un apellido español, y es que no lo era. Mis bisabuelos paternos eran americanos, por lo que mi apellido es americano. Mis abuelos y mi padre hablan inglés aunque han vivido en España casi toda su vida. Mi madre por otro lado es francesa, pero mis abuelos se mudaron con ella a España cuando era muy pequeña asi que no habla mucho el idioma. Pero si quiso que nosotros aprendieramos, así que mi hermano y yo hemos crecido sabiendo inglés y francés. Despues me dio por estudiar italiano, en una de las vacaciones en familia a la costa italiana, me enamoré del idioma y lo quise aprender.

Miré mis llaves, tenían una chapita en la que ponía el numero de mi piso, el 222 en la planta 22. ¿Casualidad? Y menos mal que había ascensor. Me dirigí a el y subí hasta mi planta. Llegue a la puerta, unos números dorados indicaban que era mi piso. Abrí la puerta y pasé.

Plus que ma propre vie. -Timothée Chalamet-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora