Capitulo VIII - Parte 2 : «Hogar».

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—¿Qué haré con ésto?— me dije al ver aquella carta.

Una carta había aparecido "mágicamente" en mi casillero, en aquel pedazo de papel rojizo, venía un poema mal hecho y al final una confesión de amor. Sabía muy bien de quién era.

—¿Tirarla? Ya es la séptima que tiras, Yuqi.

Miré a mi amiga, tenía razón. Siempre tiraba las cartas sin darle una respuesta a su estúpida pregunta, tal vez por esa razón seguía insistiendo. Aunque, si miraba que tiraba sus cartas debía de parar.

—Es su culpa, si dejará de hacerlo lo dejaría de hacer— arrugué el papel sin remordimiento —. Además, los poemas ni siquiera tienen sentido.

—Al menos lo intenta, que lindo.

—Si te parece lindo, deberías de salir tú con él.

Me encogí de hombros con la sorpresa en el rostro de Soha. Sabía que ella gustaba de él, más él de ella no.

—Pero...

—Vamos, Soha... Sé que gustas de él. Él no me gusta a mí... Ni siquiera siento que me atraen los hombres.

—¿Cómo?

—Sí, siento que me atraen más las mujeres que los hombres...

Soha me miró con los ojos muy abiertos, ella tenía ojos pequeños, pero los abrió bastante que ni siquiera quedaban rastros de sus diminutos ojos.

—Vaya. ¿Sólo yo lo sé?— Asentí y ella suspiró aliviada —. Menos mal. Mi hermano era homosexual, las señalamientos y críticas de los demás lo llevaron al suicidio. Aún no estás lista para que alguien más que no sea yo se entere, ni siquiera tus padres.

Dí un mordisco a mi sandwich, tenía razón. El final de su hermano no fue el más bonito, dudo mucho que haya tenido un desarrollo bonito. Tan sólo el recordar cómo fue hallado en su habitación me hace tener escalofríos.

Si tenía a alguien que me lograba entender de maravilla, era Soha. Mis padres eran igual o peor que la sociedad, recuerdo lo que papá dijo sobre el caso del hermano de Soha, fue tan cruel que desde aquel momento le tengo un pequeño odio, a mamá también por darle la razón.

Cuando la noticia llegó a papá, dijo: «—Las personas cómo ellos no tienen espacio en el mundo, tan solo al abandonar su vida están haciendole un favor a los demás. No sé porque siguen habiendo personas así—».

Mamá solo asintió y yo entendí que mis padres no tenían corazón ni conciencia. No creí que tendría que vivir su crueldad para darme cuenta que no eran humanos, eran monstruos con una máscara muy bien puesta. Aquella vez supe que las primeras personas en darme la espalda fueron las que juraron estar conmigo ante todo.

***

Eran las diez u once, yo acababa de despertar. Amaba los fines de semana porque despertaba un poco más tarde de lo normal. Bostece aún somnolienta, tenía sueño, bastante sueño, pero el olor a panqueques me despertó por completo.

Escuché los pasos de mamá subir por las escaleras, también a papá gritar mi nombre y el sonido de la masa haciendo contacto con el aceite caliente.

𝗜 𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗬𝗼𝘂 ─ YUYEON.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora