𝗜 𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗬𝗼𝘂 ─ YUYEON.

Capitulo IX - Parte 3 : «Hogar».

Antes de comenzar, quiero advertir que es un capitulo un poco más largo de lo que usualmente escribo. Tal vez fue por la inspiración o porque me daba flojera hacer más capitulos así. Espero sea de su agrado, voten y comenten, porfis.

Gracias, ahora sí, pueden continuar. <3

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Había roto un jarrón, el escándalo de mi madre por aquel jarrón horrendo fue demasiado, lloré de una forma inimaginable. No lloré precisamente por el jarrón o por el regaño de mi madre, lloré por algo que dijo: « -Rompiste el jarrón, así como rompiste la familia-». Fue inevitable soltarme a llorar.

No salí de mi recámara aquel día, ni el siguiente, y no pensaba hacerlo hoy, lo tuve que hacer por la escuela.

Me puse el uniforme con más entusiasmo que las otras veces, tal vez por la idea de salir de mi... De la casa. No tardé mucho en bajar, tomar mi almuerzo y salir de casa. Ni siquiera me despedí de mis padres, ni siquiera los saludé, ellos tampoco lo hicieron.

Miré a ambos lados de la carretera mucho antes de cruzar, caminé hasta la estación por dónde pasaba el autobús. Normalmente aquella parada solía estar sola, pero ahora había una niña muy bajita. Me puse a su lado en silencio, puse la bolsa de mi almuerzo en mis piernas.

—Hola —saludé con una pequeña sonrisa —. ¿También esperas el autobús?

Sus ojos curiosos se posaron en mí, se miraba nerviosa. Sólo logré sonreír aún más, noté que sus mejillas se sonrojaban, me pareció tierno.

—Eh... Sí, ¿tú igual? —habló tan bajito, apenas logré escucharla.

Asentí energéticamente.

Ambas nos quedamos en silencio, la miraba con una pequeña sonrisa y ella me miraba tímidamente. El viento mañanero movía su corto y negro cabello.

Con sólo verla sentí un remolino en mi estómago, aquella no fue la única vez que nos volvimos a encontrar.

Al día siguiente volvía a estar allí, me volví a acercar a ella y sonreírle, ella me regresó la sonrisa. Me parecía extraño que de un momento a otro hubiera una niña más esperando el autobús, después de tragar el pedazo de manzana que me había dado, la miré.

—¿No eres de aquí? Está parada solía estar sola —pregunté y ella hizo una pequeña "O" con sus labios, me pareció muy lindo.

—No, acabo de venir del extranjero —mencionó y volvió a hablar para aclarar —. Bueno, nací aquí. Pero mis papás se divorciaron y tuve que ir un tiempo con papá al extranjero, pero mi mamá ganó la custodia de nosotros y bueno, volví a Corea.

—¡¿Tienes hermanos?! ¿Qué se siente? —me acerqué bastante a ella con una gran alegría, nunca pude tener hermanos y lo más cercano a una hermana era Soha, ni siquiera mis primos.

—Bueno... Es mayor que yo, pero es muy desobediente y travieso. Le gusta molestarme y obligarme a comer verduras, odio las verduras —hizo una mueca de asco sacando su lengua, sonreí —, es un completo niñato. Es mi hermano, pero me cae mal.

Ladeé la cabeza, ¿realmente era posible aquello? ¿No teníamos que amar a nuestra familia por compartir genes?

—¿No te sientes mal?

—¿Por qué?

—Porque no te cae bien, debe de caerte bien porque es tu hermano.