Miguel
Hace dos años.
He estado viendo el mundo de los humanos por siglos, las pobres criaturas son gobernadas por ellos, igual no podemos hacer nada, desde su destierro ese es su territorio, solo la trinidad puede bajar y moverse a su antojo, al parecer los hombres sienten un gran apego hacia él, tanto así que por generaciones lo han buscado y han hecho su voluntad, así como nosotros, solo que habitamos en diferentes planos.
Pero aun así son gobernados por ellos, los caídos, nunca entenderé por que el ser humano fue creado en un mundo donde él gobierna, el gran señor pudo crearlos aquí para que vivan en paz con nosotros.
Y pensar que los caídos y nosotros fuimos creados para el mismo propósito, pero su avaricia lo llevó al destierro.
-Hermano, nos solicitaron en el gran salón ¿Has visto a Gabriel? No puedo encontrarlo por ningún lado- David, es el segundo de mis hermanos, un arcángel menor y Gabriel todavía es un ángel, pero es el que más cerca esta de convertirse en un arcángel.
-No, no lo he visto, pero ha de estar por ahí practicando con el arpa o puliendo su trompeta.
De pronto una ráfaga de viento nos rozó a David y a mí, en definitiva, no está practicando con el arpa, espero que no estuviera causando problemas.
-Hola hermanos ¿No se supone que nos esperaban en el gran salón?
David lo miro con el ceño fruncido, la desaprobación es notable es su mirada.
- ¿Quieres dejar de andar a toda velocidad por ahí Gabriel?, vas a romper algo o a lastimar a alguien.
Definitivamente, David es más sensato que Gabriel, pero ambos son buenos, me alegra que sean mis hermanos, aunque tengamos diferencias, me alegra tenerlos cerca siempre, no sé qué haría uno de nosotros sin los otros dos.
-Oigan chicos, no es necesario discutir, además estoy seguro de que nos están esperando en el gran salón, así que démonos prisa.
A veces ser el hermano mayor es agotador, pero agradezco que estos dos sean mis hermanos.
Nos dimos prisa para llegar al gran salón, ha de ser algo importante si nos llamaron a los tres al mismo tiempo.
Este lugar, la última vez que estuvimos aquí fue cuando él bajo al mundo de los hombres para salvarlos de las cosas atroces que estos hacían influenciados por los caídos, gracias a él muchas personas han dejado se estar bajo su influencia, pero aun así el mal se ha incrementado de manera abrupta.
-Qué bueno tenerlos aquí a los tres juntos después de tanto tiempo muchachos. – El gran señor, él tiene todo el poder del universo, aun así, ama a toda su creación, aunque la destruyo una vez, pero hizo una promesa de no hacerlo otra vez, o al menos no de la manera en que lo hizo aquella vez, en cambio decidió mandar a su propio hijo al mundo de los hombres, para que salvara a cuantos pudiera, pero ¿Por qué siempre hay un pero cuando las cosas van bien? Lo último que supe de él fue que aquellos a quien fue a salvar lo mataron de manera brutal sin que alguno de nosotros pueda intervenir.
-Es un honor estar aquí los tres juntos señor.
-Señor, para qué nos mandó a llamar ¿No querrá qué toque ya sabe qué? – Ay Gabriel, el pobre chico tiene una obsesión con tocar esa cosa, David demostró su claro descontento con la actitud de Gabriel negando con la cabeza.
-En realidad los mandé a buscar porque necesito que ustedes hagan algo en el mundo de los hombres.
¿Qué? ¿El mundo de los hombres? La última vez que uno de nosotros bajo allá lo mataron, no puedo creer que quiera mandarnos ahí.
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Rebekah
General FictionLa vida de Rebekah da un giro inesperado cuando, tras un encuentro fortuito con un enigmático grupo de desconocidos en la biblioteca universitaria, su insaciable búsqueda de respuestas la arrastra hacia un viaje trepidante y repleto de riesgos. Este...