Rebekah
¿Es irónico no? Si hace un año me hubieran dicho que estaría recorriendo el mundo, buscando las piezas de una maquina antigua con el propósito de salvar mi vida y la de todas las criaturas de este mundo.
Simple y sencillamente le habría dado el numero de un buen psiquiatra a quien sea que me dijera eso y me habría alejado lo más rápido posible.
Quién diría que justo ahora eso es lo que estoy haciendo, estoy aquí parada en frente a una excavación arqueológica, debajo de una tienda que me cubre del sol y asándome como pollo por el calor que hace aquí.
- ¿Agua? – Gabriel me ha ofrecido tres botellas de agua con esta.
-Gabo, aún tengo agua de la que me trajiste hace cinco minutos, ya paralé con eso. – Me miro como si lo hubiera regañado y se dio la vuelta ofendido.
-Me voy, sé reconocer cuando no me quieren en un lugar. – Y se fue con la cabeza en alto.
- ¡DRAMATICO! – Le grite.
-Solo trata de disculparse por lo que te paso, siente que fue su culpa.
Mierda, estos sujetos van a hacer que me dé un ataque cardiaco y caiga desplomada en el piso como palmera en huracán.
Me voltee para ver quién estaba ahí parado, no me esforcé en mostrar mi sorpresa cuando vi que era Adán, él es la última persona que esperaría cerca de mí, no porque desconfié de él, sino porque Miguel le dejó en claro que si no quería problemas con el que no se me acercara.
- ¿A qué te refieres? – Pregunté mirándolo sin disimular mi cara de confusión.
-Gabriel, él se culpa porque dejó que casi te pasara algo malo, aunque a simple vista no lo parezca, pero él siente que debe hacer algo para disculparse contigo por eso.
-Ya veo, oye ¿Por qué Miguel y la mayoría de los chicos no confían en ti? – No debería preguntar eso ahora, pero no puedo vivir con la duda, y menos teniendo a alguien que me puede responder en frente de mí.
-No existe una razón muy detallada, es algo sencillo en realidad.
-A ver, soy todo oídos.
El soltó un suspiro antes de continuar hablando. -Verás, como padre yo haría todo por mi hijo, pero mi primogénito rechazo por completo mis enseñanzas y se entregó a aquel que gobierna este mundo por completo, culpo al gran señor de habernos expulsado del paraíso y condenarnos a vivir en la miseria por el resto de nuestras vidas, sintió envidia de su hermano cuando empezó a prosperar gracias al gran señor y lo mató. – su vos se tornó rasposa, como si quisiera llorar, pero, aunque la aflicción era evidente en su rostro, algo dentro de mi gritaba que todo lo que me está diciendo es una pura mentira.
-Soy un humano que no la dicha de morir, ellos son criaturas que vienen directamente de aquel lugar que yo nunca podré visitar, y por culpa de Caín todos corren peligro, es mi hijo y yo su padre, ellos deben pensar que quiero terminar lo que mi hijo empezó, porque "El Gran Señor me arrebató todo lo que más he amado en este mundo." Esa es la razón por la que no confían en mí, pero Mateo y Salomón son un caso aparte, ellos si me brindan su confianza, porque entienden que los humanos somos sensibles al cambio.
Estaba a punto de decir algo cuando David apareció detrás de Adán, mirándolo con el ceño fruncido. -Pensé que te había quedado claro que a ella no te debes acercar. – Dijo colocándose a mi lado.
-Tranquilo, ya me iba. – Dijo soltando un suspiro, no sin antes dándome una mirada un poco triste.
David, me extendió una lata de refresco y una linterna. -Tómatela, vamos a entrar, ya todo está listo
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Rebekah
General FictionLa vida de Rebekah da un giro inesperado cuando, tras un encuentro fortuito con un enigmático grupo de desconocidos en la biblioteca universitaria, su insaciable búsqueda de respuestas la arrastra hacia un viaje trepidante y repleto de riesgos. Este...