Adán.
Malditos, como pueden seguir adorando a un ser tan despiadado que es capaz de sacrificarlos por sus propios ideales, nunca entenderé cómo funcionan estos seres, hacen lo que sea por un "Señor" que no se preocupa en lo absoluto por ellos y que si en algún momento debe asesinar a uno o a miles de ellos para enseñarle a cientos que él es quien tiene poder absoluto lo hará.
-Adán ¿Me permites pasar? – Lo que me faltaba, este psicópata de nuevo, no le es suficiente con que invierta todo mi tiempo y recursos para alcanzar sus propósitos de venganza, también se atreve a amenazarme cada vez que algo no sale como él lo planea.
-Adelante, toma asiento Luzbel. – De no ser por lo delicada de la situación que tengo entre manos ya me habría desecho de él, pero es imposible que lo haga en este momento, no mientras ella corra peligro. - ¿Qué necesitas?
-La encontramos, mis hombres avistaron a la chica que tanto estamos buscando.
¿Encontraron a Rebekah? Maldición, pensé que me había encargado de ocultar su ubicación y despistar a todos los rastreadores.
- ¿Dónde se encuentra? – Maldición, me esforcé tanto para que no encontraran a la chica y ahora resulta que mi esfuerzo fue inútil.
-Boston, uno de mis esclavos la vio mientras rondaba por la noche.
-Estás seguro de que es ella, podría ser alguien más.
Creo que subestime a este sujeto y lo que puede hacer, no sé de lo que sea capaz en estos momentos para conseguir lo que quiere.
-Es ella, fui personalmente a verla anoche.
¡¿Qué?! Demonios, bajé la guardia y me confíe demasiado, lo mejor en esta situación será que guarde la calma, no puedo permitirme que todo por lo que he luchado se desmorone así por así. - ¿Qué quieres que hagamos entonces?
-Enviaré a los más agresivos a buscarla para que me traigan su sangre
Mierda, esto definitivamente es malo, malo no, malísimo, se supone que él no debía saber dónde se encontraba la chica.
-Pensé que no necesitabas su sangre para nada.
-No la necesito, pero ese maldito arcángel se atrevió a salvarla de mí una vez y pude sentir su esencia cuando estuve ahí la otra noche ¿Sabes lo que significa?
Maldición, le advertí a Miguel que se mantuviera alejado de ella para que no la ponga en peligro, ese imbécil no me hizo caso y mira en lo que nos metimos.
-Qué ella le importa. – Respondí sin mucho ánimo.
-Exactamente, así que si logramos arrebatársela sentirá el mismo dolor que tu sentiste cuando ellos te quitaron a tus seres queridos.
Este sujeto es un experto manipulador, pero si permito que se dé cuenta de que sé cuál es su retorcido juego me matará y no lograremos nada si eso pasa.
-Me encargaré de que alguien vaya a visitarla.
-Sabía que pensábamos en lo mismo.
Me reí falsamente, una inmensa ola de preocupación se apoderó de todo mi cuerpo, no puedo permitir que más gente inocente muera.
-Por cierto, saldré de la ciudad, por negocios. – No es mentira, he construido un imperio basado en siglos de experiencia, tengo clientes de todas partes del mundo.
-Bien, me encargaré de poner todo en su lugar mientras no estás.
No dije ni una sola palabra más, solo salí de ahí y tomé mi celular para hacer una llamada.
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Rebekah
General FictionLa vida de Rebekah da un giro inesperado cuando, tras un encuentro fortuito con un enigmático grupo de desconocidos en la biblioteca universitaria, su insaciable búsqueda de respuestas la arrastra hacia un viaje trepidante y repleto de riesgos. Este...