Adán
Ah, esta historia siempre es difícil de contar ¿Por qué? Sencillo, a nosotros los seres humanos nos gusta dudar de todo lo que tenemos en frente, aun así, la otra persona sea quien vivió eso en carne propia, siempre habrá alguien que lo ponga en duda.
Verán, desde pequeños les han enseñado que el todopoderoso creo al primer hombre del polvo de la tierra y como vio que este estaba solo le hizo una compañera sacando una de sus propias costillas, bien, hasta ahí todo bien, pero en verdad la historia es otra y espero que estén preparados para lo que se vendrá.
***
Antes de que empezaran a contar los años.
- Despierta. - ¿Qué es eso? – Despierta y mira a tu creador. - ¿Creador? ¿Qué es eso? Abro ligeramente mis ojos para ver un rostro, de hecho, eran más de uno.
- ¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú?
- Somos tu creador, Yahweh, él es Ruach Hakodesh y él es Yeshúa, los tres somos Dios y creamos todo esto para ustedes.
¿Ustedes? Miré a mi alrededor y pude ver otro rostro, era hermoso, su cabello era de color rojizo y bastante largo.
- Ella es Lilith y ustedes dos cuidarán de este lugar.
- Miré todo a mi alrededor, estábamos rodeados de árboles y de animales, había un río que cruzaba por todo lo largo de jardín, me levanté y vi sus aguas como de cristal, sin dudar empecé a correr por todo el lugar disfrutando de todo lo que había.
Me detuve delante de un árbol inmenso, sus hojas y sus frutos resplandecían como el oro y los diamantes, detrás del árbol vi algo, una especie de sombra, cuando intenté acercarme, pero desapareció en un instante.
- No me acercaría a ese árbol si fuera tú. – Me di vuelta inmediatamente para toparme con Lilith. – Por lo que escuché no debemos acercarnos a ese árbol, ni al que está en aquel lugar. – Señalo a una pequeña parcela de tierra en medio del río.
- ¿Por qué? – Pregunté, ella se encogió de hombros a modo de respuesta. – No lo sé, solo escuché a aquellos tres decirme que no debía acercarme a ninguno de esos árboles, ni dejar que tú lo hicieras, pero que todos los demás eran para comer.
- Exacto Lilith, me alegra ver que prestaste atención.
Ella asintió sin mucho ánimo a modo de respuesta.
- Una cosa más, Lilith, tú debes hacerle compañía a Adán, eso significa que también debes obedecer y ser sumisa cuando él te pida algo.
Asintió otra vez.
- Su tarea es llenar la tierra de su decendencia, nosotros vendremos a visitarlos una vez cada cuatro lunas, hasta entonces espero que ustedes cumplan con su tarea.
***
En el presente.
- Espera, a ver si entiendo, a tu primera esposa le dieron las mismas instrucciones que a tu segunda esposa. – Preguntó Rebekah.
- De hecho, sí, a ambas se le dio la misma tarea.
- Entonces, ¿Por qué Eva sí y Lilith no?
- La historia se explica sola, dejemos que Adán siga hablando.
Salomón habló para que siguiera explicando la historia de mi primera esposa, pero no puedo dejar a Rebekah así de confundida.
-Rebekah, sé que tienes muchas preguntas, en realidad tienes más preguntas que respuestas y te prometo que las responderemos todas, solo debes ser paciente.
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Rebekah
General FictionLa vida de Rebekah da un giro inesperado cuando, tras un encuentro fortuito con un enigmático grupo de desconocidos en la biblioteca universitaria, su insaciable búsqueda de respuestas la arrastra hacia un viaje trepidante y repleto de riesgos. Este...