Miguel
Salomón ha estado distante, parece que algo le aflige, yo también estaría igual si cargara con el destino de tantas personas sobre mi espalda.
Agradezco que Rebekah este a salvo con nosotros.
-Miguel, ya tenemos la pieza asegurada, podemos salir.
-Bien, avísenle a Salomón y a Joshua y vamos de regreso al hotel.
-Sí señor.
Hemos invertido mucho, sangre, sudor, lágrimas y muchas cosas más, pero al fin tenemos la última pieza resguardada, ya todo estará bien.
Rebekah estaba senada hablando con Gabriel, me alegro de que ya estén bien esos dos.
-Ustedes dos, ya nos vamos, Gabriel, cuídala bien
Gabriel asintió poniéndose de pie ofreciéndole la mano a Rebekah para que se levante.
Aunque el ambiente se siente algo tenso, es normal que sea así después de conseguir una de estas cosas.
- ¿Crees que todo estará bien de aquí en adelante? – Joshua, no me di cuenta de cuando llego a mi lado, pero ahí estaba.
Suspiré. – Eso espero, ya estoy cansado de que se derrame tanta sangre de inocentes.
-A decir verdad, yo también estoy cansado de eso, quiero que todo esto termine ya.
Puse mi mano en su hombro, tengo fe de que todo esto se termine pronto, pero no sé qué tan pronto va a ser.
Duramos alrededor de media hora para volver a salir, a decir verdad, ha sido más fácil entrar que salir, gracias a que todos estamos cansados y agotados.
- ¡Miguel! – Reconozco ese grito, Rebekah, la divise y venía a máxima velocidad en mi dirección. – Ay no que asco, que asco, que asco.
Lo más probable ha visto una serpiente o algún bicho rastrero por ahí. – Si te sigues lanzando así encima de mi vas a quebrarme la columna.
Ella se percató de que se lanzó encima de mi con demasiada fuerza. – Lo siento, pero una rana me saltó encima. – ¿Una rana? Eso es extraño, he escuchado historias en las cuales las ranas al ser animales impuros simbolizan el desastre y que algo malo puede acontecer en cualquier momento, aunque también pueden ser solo cuentos de ancianos. – ¿Cómo es que una rana te saltó encina?
-No lo sé, pero esas cosas me dan asco, asco, asco. – Dijo negando con la cabeza.
-Ya estas a salvo. – Dije acariciando su cabello - ¿Quieres que te llevé a caballito? – Asintió, Rebekah es como una niña pequeña y puede llegar a ser bastante caprichosa, creo que esa es una de las cosas que me encantan de ella.
-Miguel. – Dijo llamando mi atención.
-Sí, dime ¿Qué sucede?
-Siento como si algo malo se acercara.
Justamente esa sensación es la misma que yo he sentido desde que sacamos esa cosa, pero no debo hacer que se preocupe, al contrario, si ella me está diciendo esto es porque quiere que yo la haga sentir segura.
-Debe ser solo el cansancio, no le prestes atención a eso.
- ¿Estás seguro de eso?
-Sí, no te preocupes por eso, además, yo estoy aquí para cuidarte, nada malo va a pasar mientras yo esté aquí.
- ¿Miguel?
-Sí
-Te quiero. – Me gusta que Rebekah me diga que me quiere, mi corazón se siente cálido al escuchar esas palabras salir de su boca.
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Rebekah
General FictionLa vida de Rebekah da un giro inesperado cuando, tras un encuentro fortuito con un enigmático grupo de desconocidos en la biblioteca universitaria, su insaciable búsqueda de respuestas la arrastra hacia un viaje trepidante y repleto de riesgos. Este...