Habían pasado un par de días desde que se encontraba encerrado en aquella húmeda cabaña. Desde el día que había salido a las Nevadas no había pasado grandes avances. Había vuelto a salir una que otra vez encubierto para recaudar cierta información necesaria para su venganza. Sólo observaba un par de cosas a la lejanía, tomaba dos o cuatro notas y salía de ahí lo más pronto que podía para volver a encerrarse en su habitación a trazar y decidir hacía donde avanzar.
Todo ya estaba categorizado, tomo sus apuntes del pasado y los complemento. Trazo el inicio de su plan y quién sería su primer objetivo. Pensaba iniciar por una presa fácil. Purpled.
Era un hombre misterioso y astuto, pero sentimental, y eso lo convertía en la pieza perfecta. Siempre buscando alianzas, pero traicionando a todos si eso le aseguraba la oportunidad de mantener su legado. Legado que Quackity le había arrebatado y aunque eso lo había llevado hasta su muerte y la traición de Charlie, no se arrepentía de haberlo hecho y menos ahora que era uno de sus principales objetivos.
Le daría a ese desgraciado donde más le dolía.
Tenía un plan tan puntalmente pensando que incluso él mismo se sorprendía de lo detallado que era.
Justo ahora se encontraba fuera de la cabaña, pateando la nieve con una amplia sonrisa en el rostro. Sin duda le animaba la sed de venganza, de sangre fresca. Sabía perfectamente a donde podía escalar todo y que realmente debía sacar ventaja de donde no había, pero confiaba en que el hechicero cumpliera con su parte.
No sabía porque, pero sentía una confianza indescriptible al estar junto a él.
Podían ser un duo bastante mortal si se lo proponían.
La idea le hizo sonreír con más arrogancia. Tenía todo para ganar.
-¿Me debería asustar esa sonrisa o debería entusiasmarme?
La voz áspera tomó por sorpresa al chico, que dio un brinco antes de suspirar y notar a su compañero, que se colocaba a un metro y medio de él, manteniendo siempre una distancia prudente entre ambos. Tomó una fría bocanada de aire y volvió a darle la espalda con indiferencia.
-Depende de ti-respondió con inquietud-. ¿Qué tan sentimental eres?
-Es una buena pregunta, pero supongo que el trato que te ofrecí desde un principio puede dejar entrever que clase de persona soy-él pelinegro escucha los pasos hundirse en medio de la nieve, sabe que se esta acercando, pero no hace nada para impedirlo, al final, él es su anfitrión-. Estoy dispuesto a sacrificar todo un servidor, miles de vidas con él; sólo para complacer el capricho de un niño... Sólo por venganza, una venganza que al final me dará más a mí que a ti.
La risa sincera brota de los labios del dueño del casino que afirma aún si mirarlo. Sólo procesando su conversación.
-¿Qué ganarías tú con mi alma?
-Vida eterna-explica-. Cada alma me da cien años de vida y me mantiene joven.
-¿Vida eterna?-murmura extrañado, lo mira de reojo, sólo puede ver la capa oscura menearse con el viento, eso lo alienta a seguir hablando-. ¿Para que chingados quieres eso? ¿De qué te sirve?
La respuesta tarda en llegar. El silencio es tenso, pero Quackity sabe que él brujo no se ha movido, aún puede escucharlo respirar.
-¿Tienes algo por lo que ser eterno?
La pregunta retumba en la mente del contrario. Parece tener la respuesta clara, la tiene saboreando cada rincón de su paladar, pero calla, no va a compartir sus inquietudes con él. Esta vacío, lo sabe bien; sólo es el títere de los Dioses oscuros, pero él lo aceptó desde el primer trato, ellos jamás le ocultaron nada. No puede quejarse o reclamarles, le han dado todo lo que él les ha pedido y más. Tienen un evidente favoritísimo por él, lo sabe y lo aprovecha. Sería un pecado no hacerlo.
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Acuerdo de medianoche
FanfictionEl ruido de huesos chocando contra el pavimento es lo último que escucha antes de morir. Pero una última oportunidad le devuelve la esperanza... Un trato único se abre paso en la oscuridad y lo mira con ojos fieros. "¿Qué estarías dispuesto a dar po...