Capítulo 13

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No había pasado mucho desde que Quackity había regresado a su hogar, y todo marchaba perfectamente. Luzu se mostraba más atento y abierto de lo habitual, lo cuál le permitió que Quackity se encariñara un poco más con el castaño, que solía ser bastante servicial hasta que cae la noche y sus ojos se cubren de la melancolía que empaña todo su alrededor y parece matar su espíritu compasivo.

Quackity odia verlo tan destruido y perdido. 

Aún escucha los pasos vagar por toda la casa a mitad de la noche, la puerta abrirse y cerrarse más de dos veces.

Incluso hay veces que se atreve a asomarse por la ventana y observa a Luzu sentado en medio de la nada, no tiene una expresión vivida en su rostro y su piel parece ponerse más y más pálida. Los cuervos suelen rodear su cuerpo por completo, los escucha graznar como si tratarán de despertar al hechicero, pero nunca logran traerlo de vuelta hasta una hora después.

A veces cuando regresa a la casa tiene rastros de sangre manchado su cara, sus pies sangran al igual que sus brazos; pero a pesar de ello nunca se queja. Cuando siente la mirada curiosa del híbrido suele mirar en su dirección y sonreír con gentileza, siempre soltando un "No te preocupes, no es nada", después de aquello simplemente subía a su habitación y pasaba la noche en paz, a menos de que alguna pesadilla lo perturbara.

Entonces llegaba la mañana, Luzu volvía a cubrir sus heridas, se levantaba temprano para preparar el desayuno y fingía que nada había pasado.

Pero entonces una noche, Quackity volvió a escuchar la puerta principal abrirse, gimió con pesadez y con pereza se puso de pie. Miró a sus pequeños "hijos" dormir plácidamente en un pedazo de tela vieja que Luzu les había regalado. Los envidió por unos segundos hasta que de nuevo los primeros graznidos comenzaran a sonar a unos cuantos metros.

Pudo haberse quedado como cada noche. Pudo haber mirado todo a la lejanía, pero se harto de ver a Luzu tan devastado por el recuerdo de un imbécil que debía estar en el infierno. 

¿Por qué Luzu se preocupaba por alguien como Auron, teniéndolo a él?

Él se ocuparía de Auron, ya había decidido cazarlo. 

Pese a que Luzu decía de que sería imposible matarlo o dañarlo, Quackity difería y tenía algo en mente... Algo más doloroso que la muerte.

Decidido a ponerle un punto final a ese ritual enfermo y que lo tenía en insomnio, se puso sus zapatos y salió de la casa. El aire frío de la noche lo estremece, mientras que el barro creado por la lluvia de hace unos días se embarra en su finos zapatos, pero por primera vez no le importa eso.

Deja que el aire amenace con tirarlo y se planta frente a Luzu. Sabe que este lo mira pese a que sus ojos ni siquiera se toman la molestia de barrerlo con desinterés.

—Hazte pendejo, Luzu.

—Vete a dormir, es tarde para que estés despierto—la respuesta gélida lo deja mudo, pero no se va, por el contrario, decide tomar asiento a lado del castaño.

—Podría decir lo mismo.

—Podrías, pero yo no fui el que estuvo al borde de la muerte hace unos días y que aún se sigue recuperando.

Quackity suspira. Odia cuando él español se pone en ese plan tan cerrado y terco, parece que no aprendiera de los errores que cometió, pero en su defensa, él tampoco había aprendido, al menos no del todo.

—Perdón—la voz tímida del mayor vuelve a romper el silencio—. Tú no tienes la culpa de todo esto...

Él azabache no sabe que decir o hacer. Simplemente asiente, acomoda sus piernas de tal manera de que estas puedan sostener su cabeza agobiada.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2023 ⏰

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