El pecho del pelinegro brincaba violentamente a la par que sus pies ligeros saltaban de un lado a otro sin descanso y una sonrisa ególatra relucía sobre sus finos labios.
Debía admitir que aunque se estaba cansando. Adoraba ver el rostro cubierto de sudor del contrario, luciendo casi tan agitado como él, con el entrecejo fruncido y una mirada irritada. Odiaba aceptarlo, pero las facciones de Luzu eran demasiado sensuales de admirar, sobre todo cuando tenía esa expresión de estar frustrado.
Nunca habían entrenado de una forma tan ardua hasta hoy.
Pero, si todas las veces que se ofreciera a entrenar con Luzu, este usaría esa camisa sin mangas y tan pegada al cuerpo, podría comenzar a tener una rutina de entrenamiento más intensiva.
—¿Tan pronto te cansaste?—brama con burla, escuchando el gruñido del castaño.
Sabe que se puede meter en un problema serio si al contrario se le ocurre usar su magia. Pero no le importa.
Adora jugar con su suerte.
—Deberías aprender a cerrar la boca cuando es necesario, Quacks.
—Y tú deberías aprender a aceptar tu derrota.
Una risa ronca proviene del otro antes de volver a tomar su espada de diamante con firmeza.
—¿Que tan seguro estás de eso?
—Lo suficiente como para darme cuenta de que apenas y eres capaz de mantenerte de pie.
Pronto la figura de Luzu ya no se encuentra a metros de él, sino que siente su espada chocar contra su guadaña. El rostro pálido del español se encuentra a unos cuantos centímetros de él, mirándolo de forma burlesca.
Quackity se ve obligado a usar toda su fuerza de voluntad para no lanzarse sobre los pálidos labios de Luzu y devorarlos. Desea tanto verlos pintados de ese rojo vibrante, que sólo la sangre es capaz de darles.
Anhela sentir un poco del sabor metálico envolver su paladar.
¿La sangre de Luzu sabrá dulce o amarga?
Quizá sea un tanto agria con notas dulces y con un segundo sabor oculto a primera vista.
La sola idea le derrite la boca. Saliva con más constancia y no puede evitar fantasear más al respecto. Hace un buen rato que no ha probado sangre y mucho menos, carne.
—¿Por qué tan callado?
El cálido aliento del hechicero golpea su mejilla fría. Su ojos vuelven a posarse sobre deslumbrantes grandes ojos que no dejan de mirarlo de una forma sugestiva.
Esta jugando con él, con su mente. Moviendo cada hilo y sensación para tenerlo a su merced. En su juego.
Quackity lo sabe bien, pero no lo detiene.
¿Para que hacerlo cuándo lo está disfrutando?
La presión del aire se siente más pesada y eso, junto a la corriente eléctrica que recorre desde su nuca hasta la zona lumbar de su espalda lo pone más que nervioso. Ansia ver lo que puede suceder si espera un poco.
Odia ser la presa a la que cazan, pero justo ahora, lo que más desea es quedar preso entre las frías garras del chico.
—Eres bastante fácil de vencer una vez que miras algo que te gusta, ¿Eh, Quacks?
Él híbrido piensa en quejarse y empujarlo, sin embargo, cuando lo intenta descubre que le es imposible moverse.
Por más esfuerzo y empeño que ponga en ello, parece que su cuerpo está congelado.
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Acuerdo de medianoche
FanfictionEl ruido de huesos chocando contra el pavimento es lo último que escucha antes de morir. Pero una última oportunidad le devuelve la esperanza... Un trato único se abre paso en la oscuridad y lo mira con ojos fieros. "¿Qué estarías dispuesto a dar po...