VII

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La pareja seguía consternada con todo lo que estaba pasando.

Ni bien llegaron a la plaza quedaron completamente horrorizados con lo que veían, sus hijos eran sometidos por guardias reales llevados a la fuerza en dirección a la costa

_ Mis hijos...

La esposa cayó de rodillas soltando agrias lágrimas por sus mejillas.

Todos estos años huyendo del destino luchando contra el inevitable futuro...

_ ¡SUELTEN LOS!

El esposo actuó rápido corriendo hacia sus hijos quienes gritaban y suplicaban mientras eran arrastrados hacia un inmenso barco anclado en la bahía.

_ ¡PAPÁ! ¡MAMÁ!

Takemichi por más que forcejeaba no lograba nada, estiró todo lo que pudo sus débiles brazos en un intento de alcanzar a su padre quien corría desesperado hacia ellos, pero este rápidamente fue atrapado por escoltas y el rey volvió a hacer acto de presencia.

_ Mil monedas de oro serán la compensación por sus hijos , además de que se les otorgarán títulos como padres de mi reina.

Manjiro se encontraba al frente del señor quien fue sometido a arrodillarse ante él

_ Nunca le entregaré a mis hijos

Escupió con repulsión hacia el rey quien solo mostró una sonrisa escalofriante haciéndolo temblar hasta lo profundo de sus huesos, pero aun así seguía luchando contra los soldados que lo mantenían preso. 

_ Lo escondieron muy bien tengo que admitirlo, pero este juego de niños tenía que llegar a su fin algún día.

Dijo inexpresivo

_ Él te odiara

Aseguro con la mirada firme hacia Manjiro sin importar cuánto miedo darán los vacíos ojos que caracterizaban su imagen de penumbra y muerte.

_ El odio es temporal, su corazón sedera tarde o temprano, después de todo no tiene otra opción más que amarme, soy su alfa y eso nadie ni el más profundo rencor podrá borrar de su alma.

_ Eres un maldito cobarde, llevas a tu omega a la fuerza por que sabes que nunca te amara de verdad, nadie amaría a un ser tan asqueroso y cruel como tu.

_ ¡CUIDE SUS PALABRAS SI NO QUIERE QUE LE REBANE EL CUELLO!

La filosa espada del soldado roso sobre su manzana dejando una pequeña línea de espesa sangre sobre esta.

_ ¡Por favor no le hagan daño a mi esposo!

Gritó desconsolada la mujer quien se encontraba siendo escoltada hacia el barco junto a los omegas.

_ Tienen la dicha de acompañar a sus hijos hasta la capital, no todos los padres tienen la suerte de tener a un yerno tan bondadoso como yo.

Burlándose él río soltando suaves pero graves carcajadas sin gracia.

_ Como mencione se les entregará un título como mis suegros, por lo cual recibirán grandes cantidades de oro y terrenos.

_ ¡NO QUEREMOS NADA DE TI MALDITO BASTARDO!

Con un solo golpe dejó inconsciente al hombre frente a él.

_ Era muy insoportable, llévenlo al barco rápido no quiero más contratiempos.

_ Lo que usted ordene su majestad.

Finalizo para después abordas el barco detrás de los indefensos omegas.

_ Papá...


Mi reina - MaitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora