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_ No tienes derecho siquiera de negarte, tú vas a escucharme bien, soy tu alfa y tu rey me obedecerás sea por las buenas o malas, permanecerás conmigo hasta el día de tu muerte omega.

De un momento a otro me detuve al mis ojos toparse con su muñeca llena de moretones y raspaduras, me aparte aun mi mirada fija sobre las marcas de mis manos que quedaron impregnadas cruelmente con un violeta intenso sobre su piel, lo cual logró apaciguar a mi lobo unos segundos, segundos que me sirvieron para darme cuenta de la mezcla de aromas agrios esparcidos por toda la habitación y que estaba asfixiando a mi omega con ellas.

_ Que mierda estoy haciendo

El golpe de realidad hizo levantarme rápidamente dejando que el omega se alejara pegándose aún más a la pared, gracias a dios la razón volvió a mi cuerpo antes de que hiciera algo que de seguro me arrepentiría toda mi vida y él nunca me lo perdonaría.

_Yo... Perdóname, no quería tratarte así, fui muy impulsivo lo siento yo. _ Podía sentir a mi lobo aullando triste y apenado de sus imprudentes acciones, no era la primera vez que mi lobo se portaba de modo violento hacia los demás, sabía que era muy impulsivo e irracional, mas no me imagine que lo sería con nuestro omega.

_ Todo fue muy rápido, estaba enojado, seguro creerás que soy un monstruo yo juro que no soy violento, no voy a herirte te lo prometo, por favor deja de verme con esos ojos. _ Estaba horrorizado, me paré de la cama para darle más espacio, levanté mis manos mostrando las palmas, solté mi olor para tranquilizarlo para luego dejar de hacerlo al darme cuenta de que eso solo lo asustaba más.

_ Te prometo que trataré con mucho amor, como mi omega nunca te faltara absolutamente nada, yo seré tu siervo.  _ Solo decía frases a la sar ya sin sentido, respire ondo y medite para idear qué decir exactamente, juro haberlo pensado durante años incluso ya tenía de memoria todo un discurso, mas gracias al "accidente" con mi lobo las palabras se revolvieron en mi cabeza al punto de dispersarse tanto y volverlo todo blanco.

_ ¡DEJA DE VERME ASÍ!

Grite ya frustrado, el omega no decía nada solo se quedaba ahí viéndome como si fuera un depredador salvaje, puede que eso no sea mentira, pero me enojaba que ni siquiera escuchara mis argumentos.

_ No quería gritar perdón yo solo... _ Suspiré ya cansado, esto no fue nada a como lo había planeado _ Iniciamos de nuevo, mi nombre es Manjiro Sano.

El omega hizo una expresión de curiosidad y confusión , no me sorprende que no sepa nada de mí, sus padres lo tenían encerrado dios sabe dónde, incluso serían capaces de encerrarlo en una habitación sin ventanas toda su vida, espero que no haya sido el caso.

_ Soy el actual regente del mar del sur y hermano menor de su majestad el emperador Shinichiro Sano. _ No dijo nada en un largo tiempo, su rostro era inexpresivo e indiferente hacia mi ahora.

_ Se quien eres

Su voz emergió como un suspiro, rasposa y frágil que apenas pude escuchar, quedé gratamente sorprendido por su inesperada respuesta, no me importo el tono de voz ni sus intenciones en ella escucharlo era suficiente para calmar mi ansioso corazón.

_ Durante años, te he buscado hasta el punto de la locura Takemicchi.

_ No me importa

Mi sonrisa fue reemplazada por una mueca de incertidumbre, su respuesta, seca y cortante, me hizo nuevamente quedar en blanco, cómo es posible que me hable de esa madera incluso después de conocer mi identidad.

_No me importa quien o que quieras de mi.

Ahora se escuchaba quebrante y enojada.

_ No tengo ninguna relación con usted, no lo conozco, pero viendo sus acciones puedo darme cuenta de que no es una buena persona. _ Declamo al borde de las lágrimas _ Lastimo a mi familia, yo vi como sin piedad golpeaste a mi padre y arrastraste a mi madre y hermano conmigo.

Mi reina - MaitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora