𝐓𝐇𝐄 𝐑𝐄𝐒𝐔𝐋𝐓 - 𝖨𝗇𝗌𝗎𝗋𝗀𝖾𝗇𝗍𝖾

𝗻𝘂𝗲𝘃𝗲 - 𝗌𝖾 𝗏𝖺𝗅𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾

Jack hace reunir a todos los veraces y osados en un lado despejado, él se ve con un semblante algo derrotado y lo mismo sucede con su voz, a su lado derecho se ve a mi madre quien se ve triste. No he hablado con ella desde que vivía aquí, ella parece ser fiel a su pensamiento de; Facción antes que sangre.

Bueno, no me importa.

Eso creo.

—Hoy no parece ser un buen día, ayer me reuní con un representante de Jeanine y me hizo entender nuestra débil posición ante esta guerra, nos ha pedido tres cosas para no ser dañados, y estas son; entregar al líder de osadía, entregar a los divergentes y dar un listado de quienes no fueron inyectados con el suero. —Ya sabíamos que Jack cedería ante Jeanine, así que mientras él hablaba un grupo de nuestros osados sacaron a Eric y los otros de su cautiverio, fueron llevados a un piso lejano y cuando llegó Chris entendí que ya era hora, los osados salimos de la presencia de Jack rumbo al lugar donde tenían a Eric. Entré en aquella habitación y vi como estaba Eric sentado en una silla, rodeándolo estaban los osados, la luz de la mañana ingresaba por los ventanales, hacían relucir sus ojos azul grises, nunca creí que Eric seria visto de esta forma, tan expuesto.

—¿Quieres que yo enumere tus crímenes, o prefieres hacerlo tú? —preguntó Tori al estar frente a Eric, ella se veía firme, su voz no temblaba y simplemente hacia relucir que siempre debió ser líder.

—Quiero que ella los enumere —dice Eric al verme, una sonrisa burlesca se ve en su rostro, pude ver de reojo como Cuatro iba a intervenir, pero decidí hablar.

—Bien —dije al pararme más derecha, me sostuve mis manos para no demostrar mi temblor ante esta escena—. Conspiraste con Erudición, fuiste el causante de inyectar a todos los osados y por tanto traicionarlos, le disparaste a dos niños en la cabeza, eres el lamentable juguete de Jeanine Matthews —termino diciendo entre dientes.

—¿Merezco morir? —pregunta Eric casi inocentemente.

—Sí.

—Es justo, pero dime ¿Quién eres tú para decir quién vive o quién no? —la mirada de Eric es desafiante, incluso en sus últimos minutos de vida parece estar ensañado en herir.

—Ella es una líder de osadía —responde Tori, la observo unos instantes y asiente con la cabeza al verme.

—Has cometido cada crimen qué merece la muerte —dice Cuatro al dar un paso frente a Eric, ahora la sonrisa de Eric es más grande y sus ojos se fijan sólo en él—. Nosotros tenemos el derecho de ejecutarte bajo la ley de osadía.

—Esperen, tengo una petición —dice Eric al ver a Tori.

—No aceptamos peticiones de traidores —le responde ella áspera.

—Soy líder de Osadía, y todo lo que quiero es que Cuatro me dispare.

—¿Por qué? —pregunta Cuatro.

—Porque así vivirás con la culpa de que me usurpaste y me disparaste en la cabeza.

—No habrá culpa —dice Cuatro al sostener un arma y cargarla con una bala, este ríe roncamente.

—Dime —dice Eric al ver a Cuatro— ¿Es tu papi quién aparece en tu paisaje del miedo no? ¿No te gusta esa pregunta? Temes qué los demás sepan de eso y cambien tu forma de verte. Que, a pesar de tener Cuatro miedos, eres un cobarde.

—Eric —Cuatro está tranquilo, su voz es serena y alza el arma apuntando al entrecejo de Eric—, sé valiente.

Aprieta el gatillo.

Eric cae.

—Todos, tomen lo suyo y vamos a casa —dice Cuatro, la mayoría ya tomó sus pertenencias y yo sólo me llevo una mochila con la libreta y alguna ropa, vamos rumbo a la salida cuando Jack se interpone en nuestro camino, se ve alterado.

—¿Qué hicieron? —pregunta, se ve horrorizado, no por Eric, sino porque no podrá cumplir uno de los tres requisitos que Jeanine le pidió.

—Eric pertenecía a Osadía, por tanto, fue juzgado justamente —dice Tori.

—¿Se van? —pregunta Jack—, pero ustedes venían buscando aliados, no pueden irse.

—No puedes obligarnos a quedarnos, y si no te apartas pasaremos sobre ti —dice Cuatro al acercarse a Jack, este retrocede unos pasos.

—Sí se van, seremos aliados de Erudición y ustedes nunca recibirán alguna ayuda de un veraz —el tono de voz de Jack es más agresivo, me muevo entre los Osados para estar junto a Cuatro y ver a mi madre, quien está junto a Jack. Un paso y será como si nunca hubiese tenido una familia en este mundo, pero ellos no son mi familia, ahora estos junto a mí que me nombraron una líder son mi familia.

—No los necesitamos como aliados —digo al fin, él me observa y veo como mueve sus manos nervioso—. Somos osadía.

Varios vitorean y Jack se aparta, salimos del recinto y caminamos hasta el recinto de Osadía. Cuatro, Tori y el otro líder osado que identifico como: Harrison, nos entregan armas, pero en vez de estar llenas de balas, tienen balas de pintura—. Esto servirá, disparen a las cámaras, se encuentran entre las esquinas, pero algunas están bien ocultas, recuperemos nuestro hogar —nuevamente gritos de júbilo entre los Osados, río y junto a los demás corremos por los pasillos de osadía disparando a casa cámara que vemos.

—Tris, ¿qué haces? —pregunto al acercarme a ella, está acompañada por un chico.

—Grecia, Uriha me está desafiando a disparar a esa cámara, veamos si puedes dar un tiro mejor —sonrío ante su juego e intento atinarle a la cámara, pero fallo por un milímetro, en cambio cuando Tris lo intenta le atina, llegan otros, quienes son nombrados por Tris como: Zeke, Lynn y Marlene. Zeke tiene la misma edad que Cuatro y de hecho, por como lo mencionó una vez, son amigos.

—Ay, oye eso dolió —se quejó Uriha cuando Zeke le disparó una bala de pintura, él de inmediato respondió y tuvimos que orillarnos para no ser atacados, me inclino con mi arma y disparo a Zeke en el hombro, la pintura es amarilla y le salpica un poco en el rostro, río ante su expresión, pero luego Lynn me dispara en la pierna y hago una mueca de dolor, ahora ellos ríen—. Son muy bueno, hay que correr —dice Uriha, asiento y junto a Tris corremos al Pozo, ahí encontramos unos pilares como refugio y aprovechamos de disparar a Zeke, Lynn y Marlen quienes nos seguían, varios Osados nos observaban y se unieron a nuestros grupos, en instantes éramos el grupo de Uriha contra el grupo de Zeke.

Hay risas, quejas por el dolor de las balas de pintura, hay gritos y nos sentimos en casa, completos.