𝘁𝗿𝗲𝘀 - 𝗎𝗇𝖺 𝗌𝗈𝗅𝖺 𝗈𝗉𝗈𝗋𝗍𝗎𝗇𝗂𝖽𝖺𝖽

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Hay unos segundos de silencio, los tres estamos procesando lo que Tris dijo. No entiendo el sentido de sus palabras, antes la entendería, porque gracias a Jeanine la mitad de abnegación había muerto, mató a sus padres, intentó asesinarla y manipuló a Cuatro bajo un suero, son razones suficientes para odiar a alguien, pero ahora ella no perdió a nadie cercano, está a salvo y solo perdimos nuestra facción de osadía (ya que ésta se dividió entre los que apoyan a Jeanine y los que no).

—Creo que no entiendo —digo al fin.

—Jeanine es un problema, hay que matarla —repite ella.

—Oh, genial, la estirada se volvió loca —comenta Peter al dejar su vaso en la mesa.

—Beatrice, ¿qué dices? —veo que Caleb está atrás de Tris, tiene una bandeja en mano, frunzo el entrecejo al verlo, no debo confiarme del perrito faldero de Jeanine.

—Si no te importa, estamos hablando algo privado —dice Cuatro al verlo.

—No lo trates así, es mi hermano —dice Tris, esta se gira al verlo— Caleb, ¿quién crees que estuvo a punto de matar a una facción completa sólo por su deseo de poder?

—Pero... —dice Caleb, se ve que va a defender a Jeanine y su ideal, me quedo en silencio observando a los hermanos.

—Jeanine es la causante de todo, si ella se va todo será mejor, no pararé hasta que eso sea así —dice Tris, ahora cortando una fruta y comiéndosela.

—Beatrice, no puedes ir por ahí matando gente —dice Caleb al sentarse a su lado y observarla, suena a la voz de la moralidad.

—No, tú hermana tiene razón, Tris deberías ir a Erudición y matar a Jeanine tu misma, así le cumples la fantasía completa, oh y si eres más suicida lleva a tus parientes —dice Peter al seguir comiendo—, nosotros sin embargo creo que te festejaremos un funeral, por Tris, la más suicida de todas—. Ahora la observa con una sonrisa sin alegría, nuestros músculos se tensan cuando Tris toma el cuchillo de la mantequilla, nos hacemos a un lado mientras ella y Peter pelean en la mesa, en su momento Peter es cortado en el pómulo izquierdo y me apresuro a meterme en la pelea cuando Tris lanza la mesa sobre él dejándolo atrapado, veo como ella se apresura con el cuchillo en dirección al rostro de Peter, le sostengo con fuerza la mano a Tris y esta quita su mano con el cuchillo empuñado cortándome la palma de la mano, la herida no se siente, solo veo que ella aleja un poco y aprovecho para darle un codazo en la mandíbula, Tris retrocede más y se recupera fácilmente del golpe, pero veo que es sujetada por Cuatro, yo en cambio me acerco rápido a levantar la mesa de Peter.

—Levántate, rápido —digo entre dientes al ayudarlo, él se ve enojado, clava su mirada en Tris y ésta hace lo mismo.

—¿Qué está ocurriendo? —pregunta Johana, su tono de voz es fuerte— a mi oficina, ahora.





—Una de las condiciones para darles refugio aquí, fue que no hubiera violencia —estamos en la oficina de Johana en el segundo piso de un edificio conectado a los establos.

—Puedo garantizar que no volverá a ocurrir algo así —dice Cuatro, Tris está sentada en una de las sillas de la habitación, a unos dos metros esta Peter, yo estoy de pie junto a Cuatro, esta mañana ha sido algo frustrante.

—Me digas lo que me digas, ya no pueden quedarse con nosotros, su presencia aquí es perturbadora —dice Johana, me masajeo un poco el cuello, me tense mucho.

—La verdad es que nuestra estancia aquí no iba a durar mucho —comenta Tris, la observo y no se lo discuto, desde un comienzo no querían darnos alojamiento por miedo a Jeanine, aunque ellos digan estar sin bando ¿Qué somos sin los inventos de erudición? — ¿verdad? Porque no quieren enfrentar a Jeanine.

—Realmente no nos entiendes —dice Johana con una sonrisa pasiva.

—No, sí los entiendo, entiendo que no quieren intervenir, pero es inútil. Un día Jeanine vendrá aquí y los despojará de cualquier poder qué crean tene-

—Tris —la voz de Cuatro la interrumpe, ella lo observa y se queda en silencio al verlo. Tras unos segundos él observa a Johana. —Escucha Johana, necesitamos un poco más de tiempo. Necesito hallar a los otros miembros de osadía, entonces podremos irnos.

—¿Y luego qué? ¿Atacarán erudición? —dice Johana—. No seré cómplice de ninguna violencia.

—Y nadie te pide que lo seas, sólo necesitamos unos días más —Johana mira a Cuatro, después a Tris.

—Una.

—¿Una qué? —Pregunta Tris a Johana.

—Una sola oportunidad —Johana sigue mirándola, suspiro al sentir que nos quedan al menos unos días más aquí, hay un rumor de que los otros osados buscaron refugio con los veraces, pero no está confirmado—. Para ser cordial debes aprender a perdonar, a ti misma y muchas veces a otros —Johana entonces se va y yo siento que todo va mal.

Salgo de la oficina de Johana para ir a ducharme, me cambio de ropa y aunque mi cabello sigue húmedo, salgo de la habitación a la de Cuatro, doy unos toques y la puerta se abre, el igual se bañó por lo visto. —Hola —dice, sonrió y entro en la habitación, él me sonríe y siento sus brazos alrededor de mi cintura, sus labios se juntan con los míos, lo extrañaba, sus caricias, su tacto contra mi piel, su calor.

—Necesitaba esto —susurra, abro mis ojos para verlo y cuando encuentro su mirada en mi sonrío.

—Es todo muy estresante —le digo, retrocedemos un poco hasta la cama, pero antes de dejarnos caer él me observa.

—¿Has venido para esto? —me pregunta, sostiene mi mentón entre sus manos.

—Sabes que sí.

—Me gusta escucharlo —ríe, retrocede y caemos en la cama. 

𝐓𝐇𝐄 𝐑𝐄𝐒𝐔𝐋𝐓 - 𝖨𝗇𝗌𝗎𝗋𝗀𝖾𝗇𝗍𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora