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Luego de que la popa se haya despejado por completo, o al menos eso creía nuestro pelirrojo, se quedó mirando unos segundos más el gran azul, justo en el lugar donde antes se encontraba su contrario de cabellos azabache. Se sentía ciertamente angustiado, quizás de la forma en la que sabía que algo iba a ser un próximo problema, puesto sabía que ahora sus sentimientos serían un problema para su plan principal: tener en su poder el gran dije del océano...sí, ese era su objetivo.

—Mi gran objetivo...—murmuró con ciertos aires desanimados, pasando su mano por su rostro de arriba hacia abajo de manera desganada para después solo volver a dejarla caer. En realidad le parecía más coherente conseguir aquella histórica piedra a que el irritable capitán le diera un chance—...estaría feliz al menos con una sonrisa suya siquiera.

—Pero claro que puedes tener una sonrisa mía—esas palabras resonaron bastante cerca del pelirrojo, haciendo que se sobresaltase un poco, aunque se sintió más asustado cuando vio la presencia de quien había estado rondando su cabeza los últimos minutos muy sentado en el barandal de madera, con las piernas cruzadas y las manos reposando a sus costados, con una mirada que nunca había visto por parte del menor; una mirada amable.

—¿J-jungkook?—dio un par de pasos lejos del barandal sin dejar de mirar al otro capitán— ¿No te habías...no te habías ido de aquí?—decía mientras miraba de vez en cuando a su alrededor, frunciendo el seño al percatarse que al menos donde sus ojos alcanzaban no había rastro siquiera de alguien...sólo eran él y Jungkook.

—Sí...pero sentí que...—mientras hablaba se inclinó para poder tomar de la gran chaqueta a su contrario, quien al instante se giró a su dirección por el repentino tacto, de todas formas al sentir los pequeños jalones de su menor Taehyung sin quejarse se acercó, quedando justo frente a su amado—...estaba haciendo mal en descargarme contigo...no sé exactamente a qué venía por aquí, pero...cuando llegué escuché lo que murmurabas—parecía que entre más hablaba, el azabache más bajaba la voz, y con eso Taehyung más acercaba su confundido rostro. Pronto las manos del menor, las cuales tímidamente se habían posado en los hombros del pelirrojo, empezaron a deslizarse delicadamente por su cuello hasta llegar a las sucias mejillas de Tae, quien al sentir aquel frío pero anhelado tacto simplemente cerró los ojos y soltó un pequeño suspiro, la sonrisita aconejada del menor no tardó en aparecer, sí se sintió enternecido por esa reacción—¿Tan desesperado estabas por mi tacto, Kim Taehyung?—susurró mientras sus oscuros ojos bajaban hasta esos labios rosados.

El pelirrojo abrió sus ojos amarillos lentamente y de mala gana, se sentía como si estuviese probando una de las más exquisitas drogas y no quería dejarla, a pesar de que las manos de Jungkook estaban heladas no podía evitar sentirse más en calor ahora, su corazón se sentía acelerado y con mucho desgano tomo algo de aire para responderle a su amado—Sí...sí, estaba jodidamente desesperado—gimió agradablemente para después mostrar una de sus sonrisas satisfechas, buscando más tacto en una de las manos del menor como perrito faldero, las risillas tímidas de fondo por parte del menor más los pequeños "ronroneos" de Taehyung nublaban de una adorable manera todo lo que pasaba afuera de ellos, Taehyung estaba completamente hipnotizado.

• • •

—Jimin, de seguro se le pasará pronto, no creo que debas ir a buscarlo—opinó el pelinegro mayor ya vestido, caminando a pocos pasos de su menor que poco le importaba empujar a los que se cruzaban en su camino.

—No no, tú no lo entiendes, tengo que disculparme.

—¿Disculparte? Es él quien intervino tu baño y fue a hacer berrinche en la enfermería, si alguien tiene que disculparse es él—la última frase fue suficiente para llamar al atención de Jimin, volteandose súbitamente para quedar frente a frente al mayor.

• 𝑶𝒄𝒆𝒂𝒏 • [VKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora