Entregarse

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En una habitación de esta inmensa mansión, desbordaban las fragancias más dulces que un alfa u omega pudiese oler, se susurraban las palabras más melodiosas que un enamorado pudiese dar y se entregaban en cuerpo y alma estos dos omegas.

El calor de los besos sofocaba su ser, el aire pasaba a un segundo plano cuando aquellos besos tomaban todo existir, el calor en sus vientres se profundizaba, ardiendo en un etéreo placer, los gemidos del germano se alzaban en son de canto, dando la melodía más bella que el americano pudo haber escuchado. Tocando suavemente sus caderas deslizo las manos para sacar aquel pantalón que obstaculizaba con el más dulce almizcle que se escondía entre las piernas del omega alemán.

El pantalón cayo en algún lugar de la inmensa cama, las largas y esbeltas piernas del alemán se estremecieron cuando aquella brisa de aire le dieron una blanda acaricia, una risa se escuchó de parte de USA, él le miraba tiernamente, Alemania era un doncel que desbordaba belleza e inteligencia.

Como omega era una joya, una joya que se encargaría de cuidar, pulir y exhibir con profundo orgullo, cada país vería como aquel bondadoso y tímido germano lo había elegido, de todos los seres que existen en este grande y ancho mundo lo había elegido a él. Sellando su orgullo y admiración con un beso francés procedió, a dar un paso más allá.

Robando cada suspiro de los labios de Alemania procedió a masturbarlo, por encima de la tela de aquel coqueto bóxer, su miembro, los estremecimientos inocentes incrementaron aquel deseo salvaje de dominar aquel dócil ser. El lobo interno de Usa, olfateaba gentilmente al lobo tímido de Alemania.

Un gran jadeo dio la republica europea cuando su pene encontró liberación de aquella cárcel de telas. Gotas de fluidos se deslizaron por las piernas esbeltas del omega puro recesivo. Su coño se contrajo con un placer infinito cuando los dedos del omega dominante hicieron leve presión, su miembro crispo, insistiéndolo a abrir, a relajarse, a disfrutar de las placenteras acaricias que le daban en su interior.

Por reflejo tomo la mano del rubio, sus espasmos se hacían más fuertes, cuando el vaivén se hacía más duro y más rápido, rozando los labios de su útero, tocando ese punto el cual nunca llego ya que su delicados y pequeños dedos nunca llego, y nunca ninguno de sus abusadores llegaron a acariciar con semejante devoción, la cual le brindaba USA.

Alemania y su lobo interno estaban felices, Estados Unidos y su alma le adoraban con devoción y entrega, nunca había disfrutado del sexo como lo estaba haciendo ahora, los gemidos salían con gozo y el agarre en la cama era fuerte, no sentía miedo ni asombro.

Sentía como su corazón se llenada de calor, calor que lo acobijaba y le hacía sentir seguro.

–m...me vengo – gimió Alemania cuando sus temblores se hicieron fuertes.

La mancha de semen nunca llego, pero sus fluidos mancharon toda la mano de Estados Unidos, hilos transparentes se estiraban cuando retiro su mano, Un orgasmo para nada seco sacudió a ambos omegas. Ambos temblorosos y sudados, jadearon en lujuria, en el cuarto se mezclaban gloriosamente aquellas dulces y fragantes feromonas.

–tranquilo – tranquilizaba con besos en la cara el dominante, haciendo que poco a poco se normalizara la irregular respiración de Alemania.

Susurros de amor en su oído llegaban a su corazón. Con tranquilidad miro a Usa y le sonrió, con esa misma tranquilidad retiro toda la ropa que faltaba, dejándolos desnudos, se incorporaron para abrazarse, y como una sinfonía, sus corazones se sincronizaron en una solo.

Besos fogosos cargados de amor, lujuria y placer se dieron estos enamorados, recostándolo suavemente en la cama, Usa se puso entre sus piernas, sentía sus mismos fluidos deslizarse por sus piernas, pero lo único que susurraba su alma era que tomará a Alemania y lo marcará como suyo. Colándose entre sus piernas, Usa probo el dulce néctar de Alemania, pasando su lengua por los pliegues de su coño, haciendo que el leve estremecimiento se incrementara.

Me desprecio por ser... OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora