Ansiedad y Atardecer

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Después de que supiera lo de Orden se sintió inseguro, se sintió como aquel niño pequeño encerrado en ese closet tratando de esconderse de los depredadores que le robaron la inocencia. Miro a sus manos, las cuales estaban en su regazo, las apretó fuerte en signo de impotencia. Las lágrimas querían salir.

Ahora estaban su abuelo y él, solos en aquella habitación, ambos estaban en silencio, el mayor miraba por la ventana respirando melancólicamente, el día era gris y a pesar de ser Suiza se sentía Frío y Desolado. Todas las palabras que había para decirse estaban atoradas en su garganta. Cada una de ellas, quería gritar, quería llorar, quería que lo abrazaran fuerte.

– Deutschland, acércate – dijo su abuelo mientras palmeaba suavemente a lado suyo.

Alemania miraba con profundo dolor a su abuelo, su bello rostro estaba lastimado, sus ojos estaban cansado, su sonrisa estaba opaca, era como verse en un espejo, era con si se viera a el mismo. Causaba dolor y tristeza. Sentándose a lado de su abuelo, lo abrazo encondiendo su rostro entre su pecho. Imperio lo recibió con amor acaricio su espalda

– Cariño, tenemos que hablar – dijo con voz dulce y quebrada el mayor. Alemania alzo su rostro el cual estaba lleno de lágrimas, sus mejillas estaban coloradas, su corazón se apretujaba - ¿Por qué silenciaste esos abusos? – dijo mientras acariciaba las mejillas de su adorado nieto – aguantaste mucho y tu solo – Second rompió a llorar junto a su nieto, el dolor de vivir lo mismo que vivió su nieto en su debido momento lo quebró.

Alemania mordió su labio inferior y desvió la mirada, mirando un punto fijo en la pared de mármol, estaba cansado de llorar, pero que podía hacer todo se venía abajo y por mucho que luchara el resultado era el mismo, el siendo sometido por los crueles.

– Perdóname abuelo ...– quebrando su voz, el joven omega se sintió avergonzado, él no quería esto, él no quería que su abuelo se enterara que fue mancillado por criaturas viles y crueles, sus ojos azules ahora parecían cascadas, los cuales parecían no secar nunca – soy una vergüenza lo sé – renegó de sí mismo, odiándose – no debí haberme quedado con papá aquella vez cuando dijiste que fuera contigo, debí haberme ido contigo, dejar que papá se suicidara solo, debí dejar a papá solo – dijo rompiendo en un llanto desgarrador.

– Shhh – acurruca suavemente a su nieto, el dolor en él era evidente, su mente le decía que era una vergüenza, por lo que, consolarlo y decirle que no era su culpa era la única solución. – Alemania, lo que te diga tu mente es mentira, fuiste víctima de algo injusto – tomo el rostro de su nieto entre sus manos – te quitaron tu inocencia, te obligaron a cambiar, a esconderte, a menospreciarte – dijo tratando de hacer que su nieto se memorice las palabras que decía – y por la bendita sangre del Imperio Carolingio que corre por nuestras venas los haremos pagar por todo – la voz de Omega mayor sonó segura y tétrica.

Siguieron llorando en el silencio de la habitación, en la calidez del sol, que atravesaba las ventanas, abrazando a ambos omegas, el destino los puso a prueba, los mancho, les hizo sufrir, ahora eran ellos que los harían sufrir, Imperio Alemán ya juro en nombre de sus antepasados

...

El americano, estaba en la sala, sobándose sus cienes, acompañados de ambos alfas, quienes se les notaba que estaban cansados. Ucrania no había despertado, ya habían pasado 3 días desde que habían llegado, Suiza les dijo que no había nada por lo que temer, la parte instintiva del omega eslavo esta hibernando.

"– El omega entro en hibernación, parece que las situaciones de presión y depresión obligaron a su omega interno a invernar, para evitar que sus agresores le hicieran más daño" – fue lo que había dicho Suiza al revisarlo.

Todo esto era una completa mierda, su omega había sido lastimado por esos dos hijos de putas, lo único que quería era arrancarles la yugular con sus caninos, su omega interno estaba molesto, furibundo, rabioso, habían lastimado a su compañero. Gruño llamando la atención de los alfas.

Me desprecio por ser... OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora