15: Ángel Baby - Troye Sivan

77 7 3
                                    


❄️

Había algo corriendo por su piel, un leve hormigueo que se extendía a lo largo de todo su cuerpo, tratando de adormecerlo, pero solo lograba causarle tanta incomodidad, sus dedos picaban, picaban por algo, sus piernas temblaban por querer salir corriendo, huyendo de aquel lugar. Pero inevitablemente fueron las mismas las que le habían traído a esa calle en específico. No daba crédito a sus días de insomnio, sabía que quizá se estaba volviendo algo paranoico pero no podía llegar a controlarlo. Todo se estaba saliendo de sus manos, esas imágenes, esas voces y… ese dolor se sentía tan real que le costaba respirar por las noches.

Quería llorar.

Quería llorar otra vez, su pecho se comprimía, sus pulmones se cerraban, negándole algún paso al oxígeno. Un nudo tan fuerte en su garganta no le permitía articular palabra alguna.

¿Por qué sentía que le estaban arrancando hasta el alma?

No podía soportarlo, no estaba soportándolo. Ese dolor… era algo que no había sentido nunca.

Llevó su mano a su pecho, apretándolo, tratando de apaciguar ese dolor que por más que intentaba no se esfumaba.

Su respiración comenzó a agitarse, a pesar  del frío que calaba sus huesos sintió algunas gotas de sudor bajar por su frente, sus piernas cada vez se debilitaban. ¿Por qué ese lugar le dolía tanto después de tantos años?

¿Por qué ahora?

La simple respuesta le daba miedo.

¿Por qué ahora?

Gimió cuando el dolor fue en aumento, llenando automáticamente sus ojos de lágrimas acumuladas. Por favor, que alguien lo salve. Tenía miedo, no sabía por qué se sentía tan solo, por qué estaba tan aterrado. Sentía ganas de vomitar, se sentía enfermo.

No podía respirar.

Necesitaba de su calor, de su calidez.

Los necesitaba.

Un ladrido logro hacerlo salir del ataque de pánico al cual poco a poco se iba a induciendo, sentía que no podía mantenerse mucho tiempo de pie, sin embargo, llevó su vista hacia el cachorro que gimoteaba tratando de escalar en su pierna, buscando atraer su atención.

Suspiró temblorosamente.

Estaba temblando, tenía miedo.

Tomó entre sus brazos al canino, quien inmediatamente lamió su cara, sintiendo el malestar de su padre, buscando de alguna forma contentarlo. Sonrió con nostalgia, tragando fuertemente para alejar esas ganas fuertes de llorar. Acaricio la cabeza castaña de su hijo perruno, agradeciéndole con la mirada el haberlo salvado de un posible ataque de ansiedad nuevamente.

Lo observó detenidamente, era su hijo, su gran y formidable compañero el que lo ha sacado de tantos ataques en silencio. ¿Se preocupaba por él? ¿Lo dejaría solo algún día? No sabía que sucedía, se sentía extraño, como un niño. Como un niño temeroso del mundo que le rodea. Aterrado de su propia mente, de sus pesadillas.

A veces soportar era una manera de morir por dentro sin que nadie se diese cuenta.

-¿También los extrañas?-susurró con dificultad, sintiendo que en algún punto volvería a llorar. Obtuvo un  ladrido de respuesta. Sonrió  con suavidad, acomodando la correa de su cachorro y colocándolo dentro de su abrigo, aportándole algo de calor debido al frío que estaba azotando brutalmente a la ciudad.  El vaho escapo de sus labios ante el gran suspiro salió de ellos, observando por última vez aquella calle que se había vuelto el epicentro de sus pesadillas mas atormentantes.

Once Besos - Jinsu*/Completa/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora