5 Falling - Harry Styles

96 17 17
                                    





Se abrazó a sí mismo en busca de calor. El más alto, al notar su acción, se quitó su saco, dejándoselo en los hombros a su pequeño amigo. Yoongi le agradeció con una pequeña sonrisa.

Después de tanto, habían logrado que saliera de su hogar, de esas cuatro paredes que lo mantenían en una prisión dolorosa y constante. NamJoon pasó un brazo por sus hombros cuando lo vio temblar. No hacía mucho frío, pero sabía por qué su pequeño amigo hacía aquello. Le sonrió, dejando que aquellos huequillos que Yoongi afirmaba tanto amar, porque lo hacían ver 'adorable'.

– ¿Cómo te sientes, capitán? – murmuró, buscando la mirada del pálido. Yoongi suspiró, recargándose en el hombro de su amigo, apretando aquella tela para buscar algo de calor.

– No sé cómo sentirme, Nam– susurró, enfocando su vista en aquellos niños y adolescentes ajenos a su dolor que corrían, brincaban y reían de alegría. Todo se veía tan etéreo que no quería arruinar otro día de sus amigos gracias a su lamentable corazón– A veces... – su voz sorprendió al moreno. Pensó que no diría nada más. Pero se alivió en saber que su pequeño amigo quería desahogarse– Solo a veces quisiera verlo y gritarle, gritarle tanto por haberme dejado... Otras, quisiera golpearlo, porque... – rió sin gracia– porque su cara era tan bonita que dolía. Y... saber que ya no podré hacer nada de eso, duele. Duele mucho, Nam. Tenía tantos planes con él que a-ahora... ahora me duele tanto verlo y saber que no puedo abrazarlo más– su voz se rompió, tembló por el llanto que se avecinaba. NamJoon acarició su espalda, apretando los labios con fuerza para no gritar de la impotencia. Ya lo había hecho, y agradecía que su pareja no lo hubiese visto en ese momento tan fuerte de quiebre.

– Vamos, Yoon... saca eso que llevas aquí– señaló su corazón.

– Es difícil... Muy, muy d-difícil– sorbió su nariz– Me había acostumbrado tanto a él. A sus manías al hacer el desayuno, sus sesiones extrañas de chistes. Su manera única de reír, a su malhumor cuando no podía terminar un escrito a tiempo, su sonrisa preciosa... me había acostumbrado tanto a su alma, que ahora solo puedo sentir tanto frío aquí– llevó una mano a su corazón– Está frío gracias a él, y no puedo hacer nada para volver a construirlo, Nam. Duele tanto.

Unos brazos lo rodearon y lo apretaron fuertemente contra él. Devolvió el mismo con más fuerza, apretando la tela de su abrigo entre sus dedos, sollozando y sacando aquel dolor que al parecer era interminable. NamJoon sintió sus ojos enrojecer y cristalizarse, pero no quería llorar. No enfrente de él.

– Algún día, capitán– susurró con voz rota– algún día... podrás sanar, y cuando lo hagas, seguirás adelante. Seguiremos adelante, juntos ¿Si? Así que, por favor, no te cierres. Tengo que aprovechar para abrazarte, porque si él estuviese aquí ya estaría gritando para que te soltara.

En medio del llanto, rió. Asintiendo y separándose de su gran amigo.

– Sus inmensos celos, los voy a extrañar– NamJoon sonrió suavemente, acariciando con adoración las hebras castañas de su pequeño amigo al verlo sonreír luego de tanto tiempo.

– Sus celos eran lo mejor.










Yoongi podía decir, que antes de conocer a quien se convirtió en el acompañante de toda su vida, nunca imaginó que cambiaría tanto su forma de ser. Que se preocuparía por ponerse muy bonito antes de verlo, a pesar de que este gritaba a los cuatro vientos que era hermoso hasta recién despierto y de malhumor. No imaginó que se teñiría el cabello solamente para ver esos ojitos chocolates brillar como idiota enamorado al verlo, que sucumbiría tan rápido a las manipulaciones infantiles por parte de este. Que dejaría atrás su vida gris, monótona y seria para darle paso a un arcoíris con millones de colores, a risas cada dos minutos y gritos acompañando las canciones que sonaban en la radio cuando iban juntos al trabajo.

Once Besos - Jinsu*/Completa/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora