12 (Extra) 1000x (Cover) - Hoppipolla

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Toda la vida había buscado un propósito. Sinceramente, no podía poner en palabras aquello que sentía en su pecho cada vez que se levantaba y miraba a la ventana. Sea de noche, de madrugada o un pequeño amanecer. Él solo se quedaba viéndola, esperando que algo mágico apareciera y le dijera por fin, cuál era su objetivo o el propósito que tenía que alcanzar en esa vida. No mentiría, pensaba que estaba loco por quedarse en medio del pasillo, buscando con sus ojitos a todos lados, esperando algo. O alguien.

Tal vez sus padres tenían razón y debía aceptar su oferta de ir a un psicólogo a tratarse. O internarse personalmente en alguna clínica mental. Era estúpido o idiota. No sabía a cuál inclinarse más.

Suspiró metiendo sus pertenencias con cuidado en su maleta, se encontraba cansado. Estuvo mal quedarse hasta la madrugada pensando en las consecuencias que le traería a su vida el comer mermelada hasta tarde. Su estómago era algo delicado, y no quería presenciar los cólicos. O los granos. Tomó el marco en donde estaba él junto a sus padres, sonrió con nostalgia. Los extrañaría sin duda, la nueva etapa que a partir de mañana comenzaría lo tenía aterrado, ya el pajarito tenía que migrar a su propia independencia. Se sentó en la cama, mirando aquel marco con las fotografías, dándole un vistazo a su habitación llena de cajas con una gran parte de sus pertenencias.

Extrañaría ese lugar.

En la esquina podía recordar aquel fuerte que desde niño armaba con su padre, podía verse sí mismo en su escritorio buscando alguna idea magnifica para terminar los poemas de la primaria. La primera vez que saltó de la ventana por una escapada en la madrugada o cuando se quedó encerrado en el armario por accidente. Cada parte de aquella habitación estaba colmado de recuerdos que atesoraba. Resopló. Ya se estaba poniendo sentimentalista, y eso que no se iba a morir, tampoco iría a la guerra. Solo era la universidad, por Dios.

Alzó la mirada cuando un pedazo considerable de nieve se estrelló contra ella. Gimió tirándose de espaldas a la cama, se arrepintió cuando se golpeó la cabeza con las ruedas de la maleta. Maldijo por lo bajo acariciando la parte afectada. Sin esperarlo, su vista quedó enganchada en el techo, aquella mueca adolorida esfumándose poco a poco.

'¿Quién eres?'

Había olvidado por completo aquello. Parpadeó leyendo una y otra vez lo que había escrito en el techo. Recordaba que en ese entonces tenía catorce años, desde pequeño, siempre... siempre había sentido que estaba viviendo una vida que no era la suya. Que no le pertenecía. Le pertenecía a alguien más.

Aquellos sueños y pesadillas mostraban a personas que no conocía. Mostraba a un chico, que era él. Su misma cara, su cuerpo, su tono de voz, su misma sonrisa... pero él nunca había hecho lo que ese chico hacía en sus sueños. Él no pintaba, en verdad, nunca había dejado aquella etapa de dibujar palitos y circulitos. Su técnica de dibujo siempre fue mediocre y eso bien se lo celebraban sus padres para simplemente no destruir su autoestima en la infancia. Él tampoco tenía una personalidad amenazante. Si tenía que ser sincero, él era muy asustadizo. Se asustaba con cualquier tontería, cada vez que tenía que interactuar con alguien se ponía tan rojo que una vez pensaron que estaba enfermo. Fue una vergüenza para su orgullo. También... tenía que decir que él nunca había sufrido un ataque de pánico, solo los nervios comunes de la adolescencia al aventurarse a hacer cosas nuevas o 'ilegales' según su mejor amigo. Él no tocaba el piano, amaba la música clásica, eso sí, pero nunca se atrevió a inscribirse a clases de música por miedo a quedar en ridículo delante toda la escuela.

Amaba los deportes. Desde que nació había tenido cierta fijación por el basquetbol, algo así como un pequeño sueño. Pero no tan grande como el sueño de convertirse en un gran médico. Sonrió un poco solo al recordar que en pocas horas estaría dejando su ciudad natal para sumergirse en las garras oscuras de la capital. Por eso, y muchas razones, no entendía aquellos pensamientos fuertes que le susurraban que esta no era su vida, que podía ser su cuerpo, pero no su propósito.

Once Besos - Jinsu*/Completa/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora