3 Breathe - Lee Hi

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Cerró la puerta fuertemente, creando un estruendo en la casa. Pegó su espalda a la misma, observando detenidamente todo a su alrededor, escuchando el murmullo del silencio burlarse de su situación. Tragó fuertemente, conteniendo las fuertes ganas que tenía de gritar, gritar hasta que su garganta se desgarrara por completo.

Su cuerpo se deslizó por la superficie hasta que quedó sentado en el suelo, abrazando sus piernas con fuerza, buscando algo de calor, buscando algo que en verdad le lograra aportar calor. Sin evitarlo, comenzó a temblar nuevamente, mordiendo sus labios con tanta fuerza que pequeños hilos de sangre corrían por su mentón para contenerse. Sus uñas se enterraban con fiereza en su piel.

Era un desastre.

No había nadie que lograra calmar su ataque. Ya no había nadie junto a él.

¿Tan desdichado era? Podía recordar aquella gélida mirada con claridad, apagada y sin esa alegría que lo caracterizaba.

Copito.

Corrió desesperadamente a su baño, devolviendo lo poco que pudo ingerir el día de hoy. Dando arcadas fuertes y sollozando con gran sufrimiento. Apretó sus dedos con fuerza en la cerámica, jadeando buscando un poco de aire para poder respirar. Dolía, dolía como el infierno estar solo.

Había olvidado qué era lo que se sentía.

Se recostó al lado del inodoro, no teniendo la fuerza de levantarse, haciéndose ovillo para calmar el frío que le trasmitían aquellas baldosas.

¿Por qué dolía tanto?

El solo quería dormir, dormir, dormir.

Buscaba escapar de aquel dolor que su corazón no dejaba de sentir.

Poco a poco fue cerrando sus ojitos, sus oídos lograron captar la cerradura de la entrada principal ser abierta de golpe. Pero él solo quería dormir. Lo último que pudo ver fue aquellos zapatos impolutos llegar a su rescate.

Hubiese deseado tanto que no llegaran a salvarlo.










Otra arcada se hizo presente, era asqueroso. Arrugó su nariz bajando la cadena, dejando que el vómito desapareciera de su vista. Como pudo y con sus piernas temblorosas llegó al lavamanos, sosteniéndose fuertemente para no caer debido a los espasmos de la crisis del que todavía era partícipe. Se enjuagó la boca con suficiente pasta dental y enjuague bucal. Tomó un poco de agua helada y se limpió su carita pálida y temerosa.

Bajó su cabeza, cerrando el grifo y volviendo a sostenerse del lavamanos.

Qué patético.

– No lo eres– saltó en su lugar del susto cuando dos manos fuertes se enredaron con fuerza en su cintura. Yoongi subió su mirada cristalina hasta que sus ojitos chocaron con aquellos ojos que demostraban seguridad y sinceridad. Tembló un poco, y eso SeokJin lo notó, por ello se aferró con más fuerza a su cintura– No eres patético, vuelves a decirlo y me enojaré.

No se había dado cuenta que lo dijo en voz alta.

– Pero–

– Que tengas ataques de pánico y ansiedad no quiere decir que seas alguien patético, copito. Eso te hace una persona ¿Sabes?

Once Besos - Jinsu*/Completa/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora