Jack notó que era el líder de aquellos otros no enmascarados. Ellos dos eran los unicos que portaban una máscara. Una máscara que a parte de ocultar sus rostros, tal vez, ocultaba sentimientos.
—Que mala suerte al cruzarte con nosotros, soldado.— Dijo una voz ronca, grave, que poco a poco consumía a los presentes. Estaba de sobra decir que esa voz provenía del oscuro embozado.
—Mala suerte tendrán ustedes al cruzarse conmigo, todos terminarán en un cajón bajo tierra.
—Lamentablemente para vos, ese es mi trabajo. Me presento, soy la muerte en persona— Ahi va otra vez, el enmascarado con su voz escalofriante. Al haber salido esas palabras de su boca, Reaper le hizo una leve reverencia. Y no fue por que le tenía respeto a el joven soldado ni nada parecido, no, la realizó con la intención de intimidar a Jack.
Poco a poco el aire se volvió espeso, Morrison no entendía por que nadie lo atacaba y solo seguían acorralandolo. Rapidamente cargo su arma de pulso, cosa que noto el encapuchado y al igual que el rubio, cargo sus dos escopetas y apunto a su cabeza.
—Solta eso o mis balas te van a atravesar la cabeza— aclaró el de la voz espeluznante.Jack estaba aprisionado, que más podría hacer, dispararles definitivamente no era una opción. En cuanto llegará a jalar el gatillo le volarian la cabeza de inmediato. Sin mas remedio. Soltó el arma y algunos "seguidores" de Reaper soltaron una carcajada. Parecían bullies intentando robar el almuerzo de un niño en primaria, que patético. Para poner la cereza sobre el pastel, El de la máscara con forma de calavera se acercó un poco mas a Jack, sus caras estaban enfrentadas cada vez más y más cerca
—Ahora la máscara — dijo mientras le ponía una escopeta abocajarro en la cabeza al contrario
—Ni en sueños
—No me des motivos para estallarte el cráneo.
El rubio estaba anonadado, pero no tenía ninguna intención de revelar su rostro.
De pronto, llegó todo el equipo por caminos diversos, algunos venían en parejas y otros en solitario. Rapidamente se percataron de la situación y del peligro que corría su comandante, y no fueron los únicos en percatarse de la presencia de contrarios. Los no enmascarados que le seguían el juego a Reaper empezaron a disparar como si de su vida se tratase, cosa que fue en vano ya que les dieron una buena paliza. El encapuchado se distrajo, lo que le dio la oportunidad a Jack de velozmente tomar su arma de pulso y proporcionarle un golpe con el codo a el de voz tenebrosa y asi alejándose de el y de sus escopetas.Reaper empezó a disparar eufóricamente a su enemigo. El rubio, para su sorpresa, esquivó todas las balas que iban en dirección a su pecho. Y antes de que Jack pudiera disparar, se vió como un shuriken arrasaba con la manga del vestuario oscuro del encapuchado y de paso con su brazo. Todos alzaron la mirada hacía la dirección que había salido disparado el shuriken, y para la no muy sorpresa de todos. Si, era Genji. Que claramente había salvado a su comandante e hizo sangrar a su enemigo.
Luego de este heróico acto, vieron como el contrincante, con el brazo sangrando tanto cómo se pudiesen imaginar, guardaba sus escopetas y como hacía arduos esfuerzos con su mano para poder detener el sangrado, claramente no estaba funcionando.
—Aca termina tu viaje, señor enmascarado y mas te vale contar todo.
Reaper clavó la mirada sobre jack mientras soltó una pequeña risita con esa voz malvada suya.
—Perdon, fui descortés al no presentarme antes. Mi nombre es Reaper y no creas que este es final, soldado.— Tras esas palabras, una sombra negra y opaca empezó a consumir el cuerpo del de la máscara de calavera, todos quedaron sorprendidos al ver que luego ese raro humo oscuro se esfumó y no dejó rastro alguno de aquel extraño enmcascarado.La misión terminó, habían vuelto a la base. Pero lo sucedido anteriormente le había dejado a Jack, un mal sabor de boca.
Todos muertos de cansancio se dirigieron a sus habitaciones, tal vez para dormir o pegarse una ducha para luego salir a caminar a algún lado, después de todo, no tenían nada mas que hacer hoy.
Jack se había ido a dar una ducha de agua caliente, hacía mucho frío. Le pareció obvio que todo estuviera helado ya que se acercaban las fiestas.
El rubio estaba tan relajado que casi se duerme ahí, pero unos sonidos en la puerta de su habitación habían perturbado su enorme paz. Salió de la ducha se puso una toalla al rededor de la cintura y abrió la puerta, era la Dra.Ziegler. Con una chocolatada calentita en sus manos.
— Jac- ay, perdón, no sabía que te estabas bañando
—No pasa nada Angela, solo necesitaba relajarme un poco en la ducha—
La doctora río un poco y estiró su brazo, ofreciéndole la chocolatada que tenía en la mano.
—Toma, va a venir bien para este frío.
Jack sonrió
—Gracias, siempre siendo un angel eh
Angela volvió a reir
—Preparé para todos, cuidar a los demás es un honor como médica, Jack.
—Cuidas demasiado de nosotros, deberías empezar a preocuparte más por ti y descansar un poco— Dijo el rubio mientras agarraba la taza que le ofrecía Angela y dándole un sorbito a la chocolatada.
—Ya sé, ya sé, pero para algo es mi trabajo, no? —
Ambos rieron en armonía y pronto se despidieron, la doctora tenía que seguir ofreciendo chocolatadas cual vendedora en la playa.El reloj marcaba las 23:45, Jack se habia quedado aburrido en su habitación desde que habían llegado, pero por lo menos estaba tranquilo. Miraba por la ventana, el cielo parecía estar nublado pero aún titilaban algunas estrellas, contemplaba los arboles que se movían en sintonía por el viento y se imaginaba saliendo a dar una vuelta, ahora, si, ahora mismo. Nada se lo impedía así que se levantó y se arregló algo informal, una camisa blanca y un pantalón holgado, eso estaba bien. Tampoco pretendía ir a una gala.
Caminó y caminó entre la inmensa calle, abriendose paso entre la noche. En su camino encontró un bar y pensó que era lo indicado para tomar unos tragos y luego marcharse, no quería llegar tan tarde a la base.
En el bar habia una enorme barra con 3 bartenders muy ágiles y talentosos, pidió simplemente una cerveza. A su lado se sentó un hombre bastante musculoso y alto, bueno, debía medir no menos que 3 centimetros mas que el. Este sujeto era bastante lindo, su cabello era negro pero aún así brillaba ante las luces del bar, su tez era morena cual café con leche y sus ojos eran oscuros como la noche. Jack no pudo evitar mirarlo, le pareció un hombre digno de admirar, según el y probablemente las miles de mujeres que debía tener atrás. Este hombre que el rubio tanto observaba, derrepente puso toda su atención en el. Jack se sorprendió, su mirada era profunda, hipnotizante, no podía parar de verlo.
—A que se debe tanta miradita— Dijo el de tez morena con un tono divertido, dando a entender que simplemente estaba bromeando. Jack quedo atónito, su voz, su voz..era fría y discreta y a la vez amable y enérgica.
—Perdon, no me di cuenta, estoy algo cansado y clave la mirada en cualquier sitio— Le dió un rápido sorbo a su cerveza donde los hielos, poco a poco se iban consumiendo.
Aquel río
—No te preocupes, en fin, soy Gabriel Reyes. Un gusto. —
Jack notó su intento de entablar una conversación, le pareció agradable asi que no vió ningun problema
—Soy Jack Morrison, el gusto es mío.
—Jack Morrison..— Le hizo un gesto al mozo para que lo atendiera —Caballero, dos cervezas para mi y mi amigo.—
Jack estaba tan sorprendido, nunca había visto a alguien como el, respetuoso, carismático, hermoso. Hacía que le latiera rapido el corazón, se sentía ansioso y no entendía el por que.
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La Noche Es Nuestra
RomanceUn soldado que extraña la diversión de salir de noche y un asesino que vive en la oscuridad se encuentran, ¿realmente son tan parecidos? ¿Qué pasaría si se encuentran fuera de su vida profesional? Historia romántica de Reaper y Soldier 76 por A. P...