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Salía de su habitación para encontrarse con sus pares en una linda cocina, donde Angela preparaba un delicioso desayuno. Se ve que era su rutina favorita siempre cocinar waffles, para la preocupación de Jack, ya que Angela siempre esta tan pendiente de los demás que a veces se le olvida descansar, Tracer la ayudaba. Se sento al lado de Amari, les gustaba compartir experiencias que tuvieron en batallas pasadas, ahora reían sobre aquello, pero lo cierto es que en el momento habían sufrido mucho.

Angela dejó sobre la mesa todo un banquete gourmet listo para ser devorado.
Todos empezaron a comer cual cerditos. Jack se habia desvirtuado de la situación, vagaba en sus pensamientos, ansioso inquieto y confundido sobre su anterior noche. Pero un llamado alarmó su subconsciente, era Tracer

—Jack, ¿todo bien? ¿Por qué no comes?
Este último levanto la mirada hacia aquella voz que lo habia sobresaltado.
—Estoy bien, Lena.
—¿Seguro? Parece que estas viajando por tu mundo.
—Solo estaba pensativo, no hay por que alarmarse. — dicho esto, le dio una mordida a su waffle. Que por cierto, sostenía con la mano a diferencia de los demás.
Jack realmente estaba consumido por sus ideas que se le había formado una peculiar sonrisa en el rostro.

—Me parece que alguien está enamoradoo— Dijo la bromista voz de Lena.
El comandante quedo atontado al escuchar las palabras de su compañera, ¿el? ¿Enamorado? Por favor, no tenía tiempo para eso.

—Ese comentario esta de más, Lena - agregó Angela, aun que su cara parecía interesada en la situación del soldado.
—Ay vamos, miren la cara de Jack, está completamente perdido pensando en alguien.
—Claro que no, ¿Por qué lo estaría? - Formuló el rubio.
—No lo sé, tal vez alguien por fin invadió tu corazón - expusó Lena.
—Eso jamás va a pasar, asi que deja de soñar
—Si claro, vamos Jackie, nunca nos cuentas acerca de esas cosas. Hasta podriamos aconsejarte.
Todos, dijeron que sí, a su modo.
—No veo en que ayuda este tema en la misión de hoy. — dijo firmemente Jack.
—Oh para tu sorpresa, amiguito. Hoy no hay ningúna misión. Así que por favor, deleitanos con tu historia de amor. — la voz de Reinhardt se oyó y Jack le clavo una mirada fría pero de asombro, ¿No tenían ningúna misión? ¿En que mundo paralelo despertó?

Al ver la reacción de Jack, sus colegas rieron en armonía. Pero el rubio había quedado pasmado al oir aquellas palabras. No podía negar que estaba feliz, pero lo tomó por sorpresa.
—¿Y la romántica historia? - Pregunto curiosa la capitana Amari.
Jack estaba demasiado estupefacto como para responder o pensar ¿El enamorado? No había tal cosa, nadie puede enamorarse de alguien que a penas conoció. O eso se hacía creer.
El rubio se levantó e hizo una seña con su cuerpo refiriéndose a que abandonaba la conversación y se retiró a su habitación. Allí lo esperaban inmensos pensamientos que lo dejarían absorto y tendido en su comoda cama.

*

Gabriel estaba sentado en un cómodo sillón de un enorme salón que parece ser de la organización de Talon. Estaba cautivado por sus ideas mientras una llama de fuego de la chimenea le reflejaba una calida mancha rojiza en su rostro. Pensaba en Jack, lo tenía loco desde que se habían encontrado.
Widowmaker y Sombra pasaron por dónde se encontraba Reyes, Gabriel tenia la mirada perdida en el ardor de la chimenea, la mexicana se percató de aquello y se sentó a su lado mientras que Amèlie procuró guardar distancia mientras tomaba su café como todas las mañanas.

—Que onda viejito - Le dijo la de pelo morado a el de tez morena.
—¿Viejito?
Sombra río
—No te lo tomes personal, pero ya te van a salir canas.
Gabriel no mostró interés en lo que había dicho la joven y el silencio invadió nuevamente la sala.
Luego de unos segundos, Amèlie comentó:
—¿Qué es lo que te ocurre? Reyes, desde ayer estás raro.
—Sin mencionar que casi te cortan un brazo - agregó Sombra.
—No me pasa nada, y lo del brazo fue inesperado, no tuve que haber bajado la guardia. — Dijo Gabriel, agarrandose el brazo donde tenia un gran corte que a penas estaba cicatrizando.
El lugar, en silencio de nuevo.
Sombra se levantó de al lado de aquel hombre de prendas oscuras y se retiró de la sala.

La Noche Es NuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora