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Gabriel y Jack seguían compartiendo un gran momento, iban por el tercer vaso de cerveza pero ninguno se veía afectado por ello, seguían sonriendo y charlando como si nada.
-Y que tal la jardinería?- preguntó Gabriel.
Las palabras "Que jardinería" estaban por salir de la boca de Jack, pero recordó la descarada mentira que le había dicho a Gabriel cuando se conocieron.
-Todo va bien, tengo que admitir que no soy el mejor cuidando plantas.- dijo por fin Jack, con una sonrisa de oreja a oreja, la respuesta de gabriel fue una carcajada. Ambos rieron en sintonía.
Estuvieron en el bar más de una hora, riendo, charlando, bailando en la pista. Así que era hora de despedirse.
-Hey, antes de que te vayas..Jack, me parece razonable pedirte tu número, así cualquier cosa puedo avisarte si no puedo ir la próxima..
-¿La próxima?
-La próxima.- dijo Gabriel, con su teléfono en la mano y guiñándole el ojo a Jack.
-Me parece bien, ven, dame eso- Jack saco suavemente el teléfono de las manos de Gabriel y puso su número en el pequeño espacio de la app de contactos.
- Además de avisarme, supongo que puedes hablarme..ya sabes, de otra cosa.- Jack le devolvió el celular a Gabriel, lo miró calidamente a los ojos luego de poner sus manos en los bolsillos por el frío. Reyes le devolvió la mirada, lo miró determinadamente, solo para confirmar que lo que estaba viviendo era real.
-Adiós Jack.
-Adios Gabriel.

Gabriel entró a hurtadillas a la gran casa oscura donde ahora vivía gracias a su trabajo. Siempre pensó que podía vivir solo pero conservando sus ocupaciones, o quizás retirándose para siempre de los labores de Doomfist, pero nunca estuvo seguro.
Se sacó los zapatos para no hacer tanto ruido, pero eso no evitaría que alguien lo viera. Sombra estaba allí, sentada en el sillón de la sala principal como si supiera que Gabriel iba a venir y estaba planeando retarlo por llegar tarde, como haría una madre.
-Qué haces despierta, Olivia?- Preguntó Reyes mientras caminaba poco a poco hasta acercarse a ella.
-Nada, mirando una novela, bastante romántica tengo que admitir.- Gabriel giró su cabeza al televisor en penumbras que estaba frente al sillón.
-Con la tele apagada?- Sombra se echó a reír.
-No tontito, tu novela.-
Reyes estaba confundido, no entendía que se refería Sombra.
-¿Mi novela?
-Exacto, tu novela con ese rubiecito, ¿Por el salías en las noches?-
Gabriel se quedó desconcertado, no sabía que responder. -No hace falta que mientas ni nada, ya los ví- dijo Olivia, levantándose del sofa, agarrando su teléfono y mostrándole este a el moreno.
Había una foto de el y Jack, de el y Jack, bebiendo, en un bar.
-Borra eso
-¿Qué?, Noo, ¿por qué lo haría?
-Olivia.
-Yo no voy a borrar esta majestuosidad, Gabe.
-O borras eso o..- Sombra lo interrumpió.
-Lo borraría..pero ¿si no como le digo a el jefe? No me creería nada.
-Por qué le dirías a Doomfist, no tiene nada que ver con el.
-De hecho sí.- Gabriel le arrebató el celular de las manos a Sombra.

Gabriel borró la foto, Olivia no hizo nada al respecto, guardó silencio y tomó su celular.
-¿Qué carajo tiene que ver Jack con Doomfist, Olivia?- dijo Reyes, casi gritando.
-¿Podrías bajar la puta voz?
-Entonces no te metas en mis putos asuntos privados.- Gabriel caminó, más bien huyó hasta su habitación, exaltado.

*

Jack llegó a la base casi festejando, se había animado a ir a pesar de que la noche anterior, Gabriel lo había dejado plantado, y que bien que se animó, sino, no hubiese podido volver a compartir un momento tan hermoso con el.
Se sacó la ropa y la dejó doblada en su armario, se acomodó el pijama de naves espaciales que se había comprado el mes pasado, a sus compañeros les parecía absurdo, pero el estaba feliz.
Se dejó caer en la cama, con el corazón a mil por hora, miró el techo y se dió cuenta que tal vez el alcohol lo había afectado un poco pero no lo suficiente para no estar conciente de lo bien que la había pasado esta noche. Se tapó con sus cálidas sabanas aterciopeladas, hacía mucho frío. Después de todo, mañana sería navidad, se puso a pensar en lo que podría comprar mañana para la cena navideña. Pero recordó, recordó de la nada de la carta que había dejado sobre la mesa. Se levantó apresuradamente haber si seguía allí, no sabía porque pensaba que no estaba ahi, después de todo no es como si Sombra se hubiese metido en su habitación.
El sobre seguía ahí, inmóvil. Jack se pregunto si Sombra vino o si todavía ni había llegado, tenía algo de miedo.

Oyó unos golpecitos cristalinos que provenían de su ventana, se giró y allí estaba. Sombra estaba a fuera de su habitación, Jack pegó un saltito del susto que le causó encontrarse la figura de una mujer en su ventana, como si fuera lo más normal del mundo. Se acercó y abrió la ventana, un momento.
-Qué, espera, ¿cómo es que estás acá?, ¿cómo sabes quién soy?
-¿Esas no son muchas preguntas a la vez? Jack.- ¿Jack? ¿Esta chica conocía su identidad? -¿Tenes lo que te pedí o tengo que delatarte con mi jefe?-
-Cómo sabes mi nombre-
-¿Tan preocupado estas por eso?, Mira, tengo grandes habilidades para la tecnología, solo tuve que buscar sobre ti, soldado. Aun que fue difícil, tu información estaba encriptada.- Jack no pudo responder, se quedó sin palabras.
-Bueno, ¿y lo que te pedí? Te recuerdo que tu información ya no es taan secreta si la sé yo.
-Tengo..tengo todo acá, por favor no digas nada.- Jack pasó el sobre por la ventana, dándoselo a la muchacha.
-Genial, supongo que es un placer, Jack.- Sombra le guiño el ojo y se desvaneció en el aire como si nunca hubiese estado ahí.
Jack cerró la ventana, cayó en la cama, rendido. Qué es lo que iba a hacer ahora.

Los rayos de sol se filtraban poco a poco por la persiana de la ventana de Jack, este estaba profundamente dormido. Eran las 10 de la mañana, todos sus compañeros estaban despiertos y ya habían desayunado.
Unos leves golpecitos se escucharon en la puerta de acero de la habitación de Morrison
-¡Jack! ¡Despiértate! ¡Tu gato estuvo molestandome toda la noche, deberías hacerte cargo de el!- Jack empezó a rodar en la cama, de izquierda a derecha y refregandose los ojos para despabilarse. Los golpes no paraban y Jack ya se estaba poniendo de malas.
-¡¡Ya voy!!- gritó fuertemente con la intención de que esas irritantes percuciones acabasen.
Se levantó y abrió de mala gana la puerta, estaba todo despeinado, con el pijama arrugado y lleno de ojeras. En la puerta estaba Genji, con el gato que había traído Jack, en sus manos.
-Te recuerdo que tienes un felino al cual cuidar- dijo Genji.
Con razón ayer a la noche no había visto al gato dando vueltas por su cuarto, bueno, no estaba demasiado sensato como para acordarse que desde ahora tenía un gato.
Jack agarró al gato suavemente y lo llevó consigo hasta la cocina, donde estaban todos. Dejó al gato en el suelo de esta y le sirvió agua, y algo de comida que había comprado anteriormente Jack.
-Jack..no creo que puedas tener un gato dando vueltas por aquí.- dijo Tracer, intentando ser compasiva.
-¿Por qué?- preguntó Jack.
-Bueno..¿recuerdas lo que pasó en la base 3? Es por seguridad, Jack. Además no tenemos tiempo para cuidar un animal- Morrison se quedó callado ante el frustrante comentario de su colega.
-Ehm, hablemoslo luego Jack, ¿qué te parece si vamos a hacer las compras navideñas ahora?- propuso Winston.
-Si, claro- contestó Jack, no estaba muy animado esta navidad, pero sabía que tenía que ponerle ganas al asunto. Fue a su habitación de la cual acababa de salir, y se vistió lo más casual posible, dejando atrás su pijama favorito.
Su teléfono sonó, una notificación lo despejó de sus amargadas ideas, tomó el celular.
Número desconocido: ¿Estás libre hoy? Soy Gabriel.

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HASTA QUE POR FIN PUEDO VOLVER A ESCRIBIR, QUE ALEGRÍA. mil disculpas por no haber subido nada estos 2 meses, juro que quería pero no tenía tiempo (ni imaginación). Voy a empezar a escribir más seguido lo juro, tal vez un capítulo cada fin de semana (mejor no prometo nada). en fin, gracias por leer y nos vemos en el próximo episodio!! 👾

La Noche Es NuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora