Lovely (G!P) [Terminada]

Epílogo

Ana estaba ordenando sus cuadernos, ana ya tenía 11 años y que en unas semanas más cumpliría los 12, había sacado el cabello del morena y los ojos azules de la castaña pero con la belleza de las dos. Era buena alumna aunque algo tímida.

-¿Ya estas lista, Ana? —le pregunto su amigo Michael, era un niño de 12 años y unos centímetros más alto, cabello largo y alborotado color castaño, de ojos color miel, era corto de vista y por eso usaba lentes.

—Si, ya lo estoy —le contesto, salieron juntos del salón.

—¿Qué vas hacer el fin de semana? —le pregunto Michael.

—Mmm...la verdad nada, supongo que en casa con mis mamás y mi hermano —le contesto.

—Ah...—miro de reojo a Ana —.¿Quieres ir a mi casa el sábado? Es que mi mamá esta de cumpleaños y hará una fiesta, también pueden venir tus padres y tu hermano.

—Bueno, les preguntaré —le dijo Ana, el chico sonrió y asintió —. ¿Qué le gusta a tu mamá? Hay que llevarle algún presente.

—No, no es necesario, con que tu vayas...con que ustedes vayan es suficiente —estaba algo nervioso.

—Bueno. ¿A qué hora es?

—A las ocho —le contesto.

—¡Ana! —los dos amigos giraron, un chico de cabellera corta castaña clara y de ojos azules intensos se acerco.

—Hola, Jimmy —lo saludo la niña nerviosa.

—Hola —la saludo él con una sonrisa de galán, miro a Michael —. Hola cuatro ojos —el chico lo miro con seriedad.

—Nos vemos, Ana —le dijo Michael, la chica solo asintió sin dejar de mirar al chico que tenía en frente.

Valentina bajo del auto, se acercó a la puerta de atrás y saco a Leo de su silla, Leo ya tenía cinco años.

—¡Quiero helado! —le decía el pequeño.

—Primero vamos por tu hermana y luego vamos por un helado, ¿bueno? —el pequeño asintió rápidamente, León era un fiel reflejo de la morena, no solo físicamente también en sus gestos lo único que tenía de Valentina era su color de cabello.

—¡Michel! —grito el pequeño y corrió donde el chico que al ver a León sonrió.

—Hola, Leo, ¿como estas?

—Bien. ¡Vamos a comer helado! —le dijo feliz.

—Eso suena genial.

—Hola, Michael —lo saludo la castaña.

—Hola, señora Valentina.

—¿Y Ana? —le pregunto la castaña.

—Esta con...con Jimmy —le contesto.

—¡Ana le gusta Jimmy! —habló el pequeño Leo.

—Supongo qué debe ser del chico que tanto nos habla —dijo la castaña.

—El sábado mamá esta de cumpleaños para que vayan, Ana ya sabe.

—Allá estaremos —le dijo la castaña, el chico le sonrió, se despidió de los dos y se fue —. Vamos por tu hermana —tomo la mano del pequeño y comenzaron a caminar.

A lo lejos la castaña pudo ver a su hija con una sonrisa en el rostro parecía estar en otro mundo.

—¡Ana! —la voz de Leo la saco de su burbuja, corrió hacia ella y la abrazo con fuerza.

—¿Porque tienes la cara pintada? —le pregunto Ana.

—Pintamos en clases.

—¿Y tenían que pintarse la cara? —le pregunto su hermana en un tono divertido.