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Sus nalgas se amoldan tan bien en mi palma, estaban hechas a la medida para que yo dejara mi marca sobre esa piel.

Pero tenía que controlarme.

Jungkook estaba sentado en la bañera, entre mis piernas; pegando su pequeña espalda  a mi pecho, dejándome recorrer sus muslos y abdomen con la "excusa" de dejarlo bien limpio. Como un niño bueno.

—¿Te gusta?

—Sí, h-hyung es muy bueno conmigo...

Jungkook olía tan bien.

Y mi pene estaba saltando y endureciéndose lentamente.

—¿Te han dicho que... eres precioso?

—Jamás...

—Pues lo eres.

Deslicé mi diestra por esos delicados muslos e interné mis dedos en su entrepierna, pude escuchar como su respiración se volvía irregular. Rocé su entrada con suaves caricias y mi autocontrol se estaba yendo por un tubo.

Abrió las piernas casi por instinto.

Muy bien, cariño, abre las piernas para mi.

—¿Qué haces... hyung?

—Me aseguro de que quedes muy limpio.

Mi indice se internó en su interior y aprecié su estrechez. Tan caliente y abrazadora sólo para mi.

Necesitaba follarlo, partirlo en dos. Hacerlo mío.

Pero no podía, no hasta que Jungkook me lo pidiera.

—Hyung... Continúe por f-favor.

Dios mío.

Tío Taehyung || «VKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora