18

1.9K 120 10
                                    

—Pero mamá, Hyung no puede dormir en el sofá.

—Claro que puede y lo hará.

Estúpida.

—Mamá...

—Cállate Jungkook... Taehyung, por favor déjanos descansar.

Hami decidió quedarse durante una semana, sí, decidió pasar su vacación jodiéndome la vida.

Salí de mi habitación junto a una sábana y la almohada más pequeña que Hami pudo entregarme y me dirigí hacia el sofá.

Algunos minutos después todas las luces se apagaron.

He estado tocando indebidamente a Jungkook. Pero en demasía. Ya no puedo contenerme y se ha convertido en una rutina. Me dijo que no puede dormir tranquilo sin que yo bese sus labios o acaricie su cuerpo.

Yo tampoco puedo dormir si no lo hago.

—Hyung...

Me sobresalté al oír la voz de Jungkook.

—Hey. ¿Qué haces aquí?

—Es sólo que... Yo, n-no podía dormir...

—¿Quieres dormir conmigo un ratito?

—Síp.

Dejé un poco de espacio para que Jungkook descansara conmigo y se acercó con una sonrisa en el rostro. Lo sé, porque yo lo conozco.

Le abracé con fuerza y los besos no se hicieron esperar. Con la llegada de Hami, no pude tenerlo ni un poquito cerca.

—Hami... ¿Está dormida?

Nuestras respiraciones se mezclaban en un ritmo muy agradable.

—Sí. Mamá suele roncar a veces.

Lo sé.

—Jungkook.

—¿Hyung?

—Abre las piernas para hyung, ¿Vale?

Era una posición muy incómoda, pero Jungkook sin alguna objeción extendió sus piernas  y yo introduje mi zurda en su pijama.

Ositos y juguetes.

Acaricié su entrada con lentitud y ella comenzó a latir bajo mi tacto. Yo sé que desea tanto como yo, enterrarme en su interior.

Metí mi dedo índice y lo removí, disfrutando de su calidez.

Un segundo dedo se internó curioso en esas paredes y su estrechez  hizo que mi pene comenzara a doler.

Embestí su ano con mis dedos y él soltó un sonoro gemido.

Y recordé la vez que Hami le quitó una rueda a mi patín. Ese día mis amigos me esperaban en el parque y yo no asistí, porque mi madre me había regañado por no cuidar mis cosas.

Con lentitud clavé los dedos en su interior, y mantuve el ritmo de las embestidas; lento y profundo como se lo merecía.

Jungkook gritó mi nombre y yo recordé  la muerte de Jaehyung. Yo estaba deprimido y hasta hoy no puedo superarlo. Pero mis padres lo olvidaron pronto y trajeron a Hami del orfanato.

Era mayor que yo. Mierda, esa estúpida niña jamás podría reemplazar su lugar. ¿Por qué nunca lo entendieron?

Mis dedos se humedecieron con sus fluidos y tomé aire.  Quería follármelo, pero la manera en la que respiraba y sujetaba mi brazo con delicadeza y necesidad. Sólo me invitaba a protegerlo.

Jamás podría hacer algo que lo dañe, jamás.

El click de la puerta resonó y contuve el aliento.

Oh, joder.

Tío Taehyung || «VKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora