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Busqué mis llaves y no las encontré. ¿Dónde podrían estar?

Había ido al instituto recoger mi título. No quise asistir a la graduación para que me lo otorgaran directamente y aunque es poco común, preferí quedarme en casa, junto a Jungkook, disfrutando de nuestras vacaciones.

Toqué el timbre un par de veces, pero mis llaves me preocupan, lo admito, soy un despistado, aún así jamás se me olvidan.

La voz de Jungkook se escuchó desde adentro.

—¿Quién?

—Taehyung.

Jungkook abrió la puerta y me mostró una radiante sonrisa.

Y me jodí.

Jungkook llevaba un pequeño vestido negro con listones blancos, sus delicados brazos resaltaban al igual que sus deliciosas piernas, mías, jodidamente mías.

—Jungkook, Jesy puede verte.

—Jesy noona salió temprano a organizar los papeles del envío de sus cosas por la noche, porque también preguntaría los precios de diferentes casas

—Debí llegar más temprano.

Tiré mi título sobre la alfombra y me quité la chaqueta azúl, esa que es mi favorita.

Tomé a Jungkook entre mis brazos y con torpeza lo empujé sobre el sofá.

Sus piernas se abrieron en el instante en  el que besé su cuello.

Su risa era melodía para mis oídos.

—Me encanta que te votas así para mí.

Unimos nuestros labios en un beso, mientras mis manos se internaban en sus piernas y disfrutan de su piel, suave y cálida. No había ni el más mínimo rastro de ropa interior y mis dedos se acomodaron  en la redondez de su trasero y presionaron, como siempre, presionaron hasta dejar marca y hacer gemir a Jungkook.

Mi pene iba a explotar, pero debía ser paciente.

Mi diestra se paseó por sus testículos y tomó entre sus dedos el miembro de mi pequeño. El sonido de nuestras bocas chocando, sedientas y ensalivadas, resonaban en el lugar y mi mano comenzó a moverse.

Ascendiendo y descendiendo lentamente. Admirando con mi tacto como su falo se endurecía más y latía bajo el ritmo de mi pulso.

Podía asegurar que su entrada estaría igual, lubricándose con la humedad de la temperatura y latiendo despacio, como pidiendo que su papi ingrese en ella y que la viole, lento, profundo y sin ritmo aparente.

Me aparté de sus labios y bajé con besos húmedos hacia su cuello, con un contraste especial, su piel ardiendo y mis labios ahora fríos debido a su saliva. Jungkook respiraba agitado y sus gemidos morían en su garganta.

—H-hyung...

Me senté sobre el sofá y jalé a Jungkook.

El tomó su lugar sobre mi regazo.

Mi pene ya duro y orgullosamente parado rozó sus nalgas y algunas gotas de sudor resbalaron por la extensión de mi cuello, necesitaba follarlo, ahora.

—Soy tuyo...

Mordí su linda boquita y de pronto el sonido de algo haciendo colisión con el piso se hizo presente en la sala, Jungkook y yo volteamos a ver y nos quedamos de perplejos.

Jesy había llegado y al parecer, la caja que llevaba consigo se estrelló en el suelo cuando la dejó caer. En su mano brillaban mis llaves

Mierda, mierda, mierda.

Tío Taehyung || «VKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora