Capítulo 12

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La guerra había terminado, Itachi con ayuda de Naruto y Sasuke habían sellado a Madara y Obito antes de que el Tsukuyomi se activara, habían usado uno de los sellos Uzumaki para limitar su chakra y poderlos detener, Itachi selló a ambos en su espada junto al juubi, eliminaron el Edo tensei y a Kabuto con un poderoso genjutsu, lo manipularon, al final usaron amaterasu, sin dejar rastro de esa serpiente, el rubio se despidió de su padre siendo mimoso, con lágrimas en los ojos se había separado, claro estaba que Shisui se había perdido dentro del ejército para evitar a su suegro al final.

El hokage lo había buscado en varias ocasiones, pero fue inútil, quería golpearlo hasta cansarse, pero no se fue sin decirle algo importante a su alumno "dile a Tsunade-sama que prepare ese maldito divorcio, cuando Naruto acuda a ustedes deben estar listos" el Hatake apretó el ceño, prometió no hacer nada a su sensei, todo tenía que salir del pequeño rubio, ahora estaban de regreso en casa y la mansión Uchiha nuevamente estaba en pie.

Naruto había usado demasiado chakra y por tal motivo se había quedado dormido durante tres días, ahora mismo veía a toda "su familia" en el comedor, estaba por salir de la casa cuando la voz del patriarca sonó -siéntate -el rubio lo vio mal, pero terminó cediendo -¿no crees que dormiste demasiado?, hay cosas que hacer en la aldea, tienes demasiados privilegios -el rubio levantó la ceja con molestia -ya quiero ver que cualquiera haya usado el chakra que usé en la guerra y no esté en coma o muerto, creo que tres días no es mucho y ahora mismo iba a ayudar -Fugaku apretó el ceño con molestia -eres arrogante y déspota, aprende a escuchar y edúcate -el silencio se hizo pesado, Itachi apretó un poco el ceño con molestia hacia su padre, Sasuke negó con fastidio, su compañero no era así, ocupaba el descanso, había usado demasiado chakra.

Shisui simplemente guardó silencio, no se metería a pesar de ser consciente de que era verdad lo que dijo el rubio. Naruto se levantó ignorando su orden -siéntate -el rubio sonrió con burla -no lo haré, parezco un maldito preso, iré a trabajar para que no piense que estoy de haragán, prefiero seguir limitado de su honorable comedor, suegro -el rubio salió del lugar dejando a un cabreado líder -Shisui, si no puedes controlarlo, lo haré yo -el Uchiha suspiró con cansancio, asintió, Itachi y Sasuke en su interior se habían burlado, nunca nadie le había hablado así a su padre, el rubio era descarado.

El rubio salió a almorzar a su adorable Ichiraku, al terminar creó casi mil clones que comenzaron a ayudar por toda la aldea de todas las maneras posibles -no deberías extralimitarte por lo que dijo mi padre -Naruto negó -no es eso, me gusta ayudar, además, ya estoy completamente bien, no te preocupes -el Uchiha lo observaba con cuidado -¿gustas acompañarme a la base anbu?, quiero mostrarte algo -Naruto asintió, ambos guardaban silencio mientras caminaban, no había silencio incómodo, simplemente uno a lado del otro caminaban -gracias por salvarme en la guerra en repetidas ocasiones -Itachi sonrió -recuerda que era tu guardia, no debes agradecer-

El rubio sonrió -papá dijo que eras bastante increíble -el azabache sonrió con un brillo extraño -no le digas a padre, pero, tal vez siempre fui un gran admirador de tu padre, siempre fue amable conmigo, admiraba su trabajo -Naruto sonrió divertido, entraron a la nueva base anbu, lo siguió hasta su oficina -pasa -el rubio sonrió divertido, entró tras de él -Itachi sacó una caja con lo que pudieron recuperar de su oficina -cuando llegué al puesto de comandante hace dos años, lo primero que hice fue localizar esta máscara, en verdad admiro a tu padre, ahora más después de la guerra, así que de inmediato recordé que la tenía -sacó una pequeña caja, se la entregó al rubio quién la abrió con cuidado, sus ojos se hicieron grandes, su Ero-sennin le había contado la travesía de su padre por anbu -toma, es tuya, feliz cumpleaños -

Naruto levantó un puchero, comenzó a moverlo aguantando las lágrimas, nunca nadie había hecho algo así por él a excepción de su Ero-sennin -¿estás seguro?, también es valiosa para ti -Itachi sonrió -es tu padre, yo saqué una foto y la mandé a enmarcar, ¿ves? -el Uchiha apuntó su pared, Naruto no pudo más, se lanzó sobre él en un abrazo -gracias gracias gracias -Itachi abrió sus ojos demasiado sin esperar algo así, no era muy expresivo y no estaba acostumbrado al contacto físico, se sonrojó bastante, respondió como se le ocurrió, acarició su espalda suavemente aún un poco en shock, sus onix parpadeaban desconcertados. Naruto ni siquiera cuenta se dio, simplemente expresó su sentir siendo mimoso -gracias, eres increíble -el comandante anbu sonrió -tú también lo eres-

El rubio se separó con una sonrisa enorme -te lo compensaré con algo, te lo prometo -el pequeño salió como un bólido del lugar, preguntándose ¿dónde podría colgar la máscara?, no tenía un lugar propio, paró en seco, debía tener un refugio, ¿ahora que haría? observó la máscara con cuidado, la casa de sus padres estaba destruida, durante el ataque de su amigote hace dieciocho años se la llevó entre las patas, levantó un puchero pensando, tal vez comprar una casa propia, pero si lo hacía su abuela y Kakashi se darían cuenta de su situación, giró su rostro pensando, caminaba por las aguas termales cuando recordó algo, corrió detrás del bosque de las aguas, por el río donde conoció a su Ero-sennin. Al llegar abrió los ojos demasiado, aún estaba en pie la cabaña de su pervertido favorito, entró de inmediato y sin pensar más levantó una barrera para ocultarla de la vista humana y protegerla de cualquier nuevo ataque, entró con cuidado observando el lugar, la cabaña le pertenecía, el sannin la había puesto a nombre de Minato por aquello que continuamente salía de la aldea, nunca hizo el cambio de dominio, así que venía en la herencia de su padre, sonrió feliz.

Naruto creó muchos clones para limpiarla, aún había líquidos y artículos de limpieza, tenía suministro de agua termal, era un maldito genio su casi abuelo, observó con cuidado las fotos en las paredes, sus padres, los sannin, su jiji aparecían en distintas fotos con su Ero-sennin, lágrimas comenzaron a salir de sus ojos extrañándolo, mordió sus labios tratando de seguir, colgó en la pared principal de la sala la máscara de su padre, buscaría más recuerdos y pertenencias de ellos, sus clones guardaron las cosas del sannin con cuidado en una caja que quedó arriba del closet, observaba el lugar lleno de recuerdos del mayor, sonrió con añoranza, atesoraría el lugar, este sería su hogar, la mansión Uchiha no era nada de él, no la sentía propia, no podía sentirse libre con sus suegros y marido en el lugar, lo asfixiaban demasiado.

Esto no está bien... (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora