Capítulo 15

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Decidió mandar un clon a la casa Uchiha, hoy se quedaría en su pequeño refugio probándose la ropa que su abuela le dio y la que compró ese día con su amiga, comía dulces mientras se observaba en el espejo con curiosidad, la puerta sonó, pero el pequeño no reparó en ello. Itachi entró con curiosidad, podía sentir su chakra en el lugar, caminó con calma a la habitación, sus ojos se abrieron bastante al ver al rubio con ropa linda y su nuevo cambio de imagen, un sonrojo enorme cubrió sus mejillas, lo vio levantar un puchero, levantar un nuevo conjunto y colocarlo sobre él, salió de su pequeño trance, carraspeó un poco -también se te verá lindo estoy seguro de ello -Naruto abrió sus ojos demasiado al escucharlo, giró su mirada, un gran sonrojo cubrió su rostro -toqué, pero no abriste -el rubio negó avergonzado -no, no escuché nada, lo siento, gracias -Itachi sonrió observándolo con cuidado -en verdad te ves bien -Naruto sonrió recordando sus pensamientos de esa tarde, era la reacción que esperaba del Uchiha, sonrió lindo.

-¿A qué debo tu visita? -Itachi sonrió ligero -fui a cenar a casa, me topé con tu clon que amablemente me dijo tu pequeño secreto -Naruto sonrió divertido -no tenía ganas de discutir o ser regañado -el mayor sonrió -tal vez también dejé un clon en mi lugar -el menor sonrió, mordió sus labios -¿quieres cenar conmigo? -el Uchiha había visto ese leve movimiento con sus labios pareciéndole bastante llamativos, asintió levemente, ambos salieron a la cocina -¿te colocaste brillo? -el Uchiha podía ver sus oídos rojos desde donde se encontraba, sonrió ligeramente, se había dado cuenta que había sonreído bastantes veces desde que empezó a tratar al pequeño, se sentía en paz y bastante tranquilo a su lado, eso era difícil de lograr por su puesto y por la familia que tenía, el rubio negó dando a entender que eran sus labios.

Itachi se acercó lentamente a ver qué estaba preparando el rubio con tanto cuidado, abrió sus ojos con sorpresa, era onigiri, uno de sus platillos preferidos, sacó la tetera para calentar agua y hacer un poco de té -no sabía que eres hábil para la cocina -Naruto sonrió -Ero-sennin me enseñó durante el viaje, era alguien exigente, le gustaba comer rico, cuando se iba de parranda trataba de tenerle la comida lista para sus jaquecas, me gustaba ayudarle a sentirse mejor, descubrimos que tenía habilidad -el rubio sonrió con cariño al recordar a su Ero-sennin, mordió sus labios reprimiendo un puchero, la mano de Itachi se levantó, con su pulgar liberó sus labios -te vas a lastimar -Naruto sonrió tímido al sentir la mano del mayor en su rostro, el pulgar aún sostenía sus labios sin moverlo ni un poco, Itachi veía con cuidado su pequeña boca, lamió sus labios suavemente, el rubio simplemente se quedó perdido ante esa mirada y ese movimiento en su boca, nunca nadie lo había visto de esa forma.

El Uchiha sacudió su mente liberando suavemente su rostro, soltó sus labios, lamió sus labios con un poco de ansiedad, había deseado besarlo, por un momento lo imaginó gimiendo su nombre mientras lo hacía suyo, mordió su mejilla, eso estaba mal, era su cuñado, el esposo de su primo y mejor amigo, Naruto parpadeó desconcertado, continuó su labor, por un momento creyó que lo besaría, se entristeció, eso era imposible, debía dejar de fantasear, sacudió su mente -en algún momento llevé comida a las misiones, nunca dije que yo cocinaba, simplemente los vi disfrutar cuando les ofrecía, se me hace algo vergonzoso aceptar que tengo ciertos gustos delicados -Itachi sonrió -¿qué más te gusta hacer? -el Uzumaki se sonrojó un poco -me fascina la jardinería -el azabache sonrió -ahora entiendo las flores que colocaste fuera de la cabaña, ayer no estaban -el rubio sonrió, sacó de la cazuela el pescado, acomodó el onigiri, Itachi llevó el té y la soya, ambos se sentaron en la mesita, comenzaron a comer, Naruto veía con insistencia al Uchiha, este sonrió divertido saboreando la deliciosa comida, ahora entendía porque el rubio comía con esfuerzo la comida de su madre, la matriarca no tenía mucha sazón -está delicioso -el rubio sonrió orgulloso -así es, yo los hice -Itachi comía uno tras otro con emoción, en verdad estaban deliciosos.

Esto no está bien... (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora