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• Capítulo 2 •
Querido diario:
La idea del nuevo matrimonio de padre sin duda me ha tenido inquieta. No entiendo cómo pude superar a mamá tan pronto y siento que aquella unión solo hará que mi madre se olvide en la memoria de todos. En estos momentos solo Carlos me entiende... Solo quiero entrar pronto a la academia para estar con él y alejarme de papá, que sin duda solo me toma por una malcriada egoísta.
14/02/63
El té exhalaba vapor y buen aroma, sostenido por una delicada taza de porcelana blanca decorada con flores rojas. Normalmente nunca bebía té, pero últimamente es lo único que hago. Estábamos en el vivero de la mansión, disfrutando su frescura y color. Hoy es mesa para tres.—¿Por qué la renacuajo está tan rara? —frunció el ceño Carlos, mi reciente hermano mayor.
—Dice que ha madurado —contestó padre por lo bajo.
—¿Joselyn? ¿¿¿Madurar??? —espetó antes de soltar una fuerte carcajada —Ah... No me reía así desde que le tiró ese pie a la peluca de Madame Berry.
—Ríete tanto como quieras, es obvio que tú no conoces esa palabra —respondí dándole un sorbo a mi té. Diablos, caliente muy caliente.
Carlos apoyó un brazo en la mesa y me miró con expresión seria. Poco a poco empezó a aflorar una sonrisa en sus labios.
—¡Tiana! Tráele un poco de agua a la señorita muy muy madura. Parece que alguien todavía no sabe beber té.
Le dirigí una mirada de recelo mientras le aceptaba el vaso a Tiana. A todos parecía divertirle menos a mi.
—Hija mía, ¿es que acaso estás muy nerviosa por tu primer día?
—¿Nerviosa? ¿Por qué, acaso deberían atemorizarme las temibles clases de bordado? ¿O acaso las retadoras clases de modales para señoritas?
Aquí algo divertido. Descubrí que el modo de ser de Joselyn es extrañamente muy parecido al mío, por lo que no necesito fingir ser alguien que no soy y mucho menos contener mis comentarios.
—Ya te digo yo —complementó Carlos con un pedazo de pastel en la boca —La academia de aristócratas es un chiste para la educación femenina, deberías ir a la de Francia, en esa al menos no te van a tratar como un objeto decorativo.
—Y todavía tienes la opción —recordó el duque con un ademán de mano.
—Ya les digo que tengo asuntos pendientes.
—¿Que asunto puede ser más importante que tu educación? —inquirió padre.
Carlos y yo intercambiamos una rápida mirada y soltamos al unísono:
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Con gusto seré la villana
RomanceVera es una chica del siglo 21 que se ve absorbida por el mundo de un libro cliché. Ahora deberá vivir como Joselyn, la villana de la historia con un desenlace injusto y trágico. Lujo, belleza, celos y muchos más, «Claro, muestra un poco de intelige...