Con gusto seré la villana

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Capitulo 13

Algo de magia contiene el sonido de las olas al estallar, aquella tonalidad solemne y a la vez enfurecida es como una sagrada invitación a adentrarse en su misterio, a probar una bocanada de eso que llaman libertad. El vasto oceano se extendía hasta cortar en el horizonte en dónde el sol dibujaba un camino dorado. Las gaviotas graznaban por lo alto, zampando de vez en cuando un pez alejado de la supervisión de los marineros.  Me adentré en el muelle con lentitud, disfrutando del crujir de la madera bajo mis pies.

Un carraspeo se hizo notar a mis espaldas. Al voltear me encontré con un rostro severo del que se destacaban unas cejas gruesas y un exagerado bigote de terminaciones puntiagudas. Se trataba de un capitán, vestía unos pantalones blancos y una ceñida chaqueta escarlata en donde presumía variedad de conmemoraciones y medallas diminutas.

—¿Puedo ayudarla?

—De ser posible —respondí —¿Por allá se encuentran los mercaderes?

—Cierto es —afirmó. Al ver que me marchaba continuó con prisa: —¿Es posible que esté aquí sin escolta? ¿Acaso su padre o esposo sabe de esta situación?

Me detuve en seco y no me molesté en ocultar la mueca de enojo que desfiguraba mi rostro. Por suerte para él, un oficial de bajo rango interrumpió nuestra conversación antes de que yo pudiera ensalzarlo insultos, su ridículo bigote solo facilita las cosas. El joven de mejillas coloradas llegó jadeante, con marcas de sudor oscureciendo la camisola que tenía de uniforme. Recuperando el aire en bocanadas de aire que sonaban como agudos pitillos,  susurró algo en el oído de su superior.

—¿Esclavistas? —repitió este anonadado, olvidando por completo mi presencia.

—Así es señor, los piratas se lanzaron al mar antes de que pudiéramos atraparlos, si Dios es bueno encontraremos sus cadáveres en un par de horas.

A pesar de que apenas murmuraban, me esforcé para seguir la conversación. Todo este camino... para finalmente convertirme en una vieja chismosa. Mi tía Rosa estaría tan orgullosa.

—¿Cuántos sobrevivientes?

—Solo uno —habló delatando un deje sureño —, el resto fue acuchillado por los mismos desgraciados antes de escapar.