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•Capítulo 7•

Era hora del primer vals, el salón se despejó y los aristócratas miraban ansiosos desde las esquinas. Los músicos preparaban sus instrumentos, listos para tocar en cuanto yo escogiera a mi compañero. Leonardo se abrió paso con decisión, como si estuviera seguro de que aquel baile sería suyo y detrás de él, la imagen de mi padre que con ojos ansiosos, levantó su índice y lo mantuvo elevado; «Una oportunidad», pronunció a lo bajo.

Un trato, es un trato. Solté un suspiro con resignación y tomé su mano enguantada de blanco, él tomó mi cintura con suavidad y me atrajo un paso hacia si, yo sujeté su hombro y nuestros pies se comenzaron a mover al son del violín. Adelante, atrás, un, dos, tres.

—Suelta la tensión  —susurró a mi oído con una voz hipnótica, un escalofrío recorrió mi cuello —

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—Suelta la tensión  —susurró a mi oído con una voz hipnótica, un escalofrío recorrió mi cuello —. Yo te guiaré, sólo relájate y disfruta.

Por mucho que odie admitirlo, era un bailarín hábil, muy hábil, tenía sentido de ritmo y soltura suficiente para improvisar. Solté la tensión en una exhalación y me dejé llevar por él. Me dió una vuelta con delicadeza y terminé justo enfrente de su rostro, sentí su respiración antes de volver a movernos.

Paso hacia adelante, paso hacia atrás. Más cerca, más lejos. Una sonrisa afloró en mi y a la vez lo hizo en él. No sabía lo que estaba haciendo, ni siquiera sabía si lo estaba haciendo bien, pero era divertido. Leonardo cada vez me mostraba más humanidad de la que creía posible, mientras más lo conocía mas se instalaba en mi la certeza de que no podía ser un asesino, era un poco antipático y orgulloso como cualquier noble, pero me parecía que tenía fuertes principios.

—Sin duda ahora bailas mejor que antes.

Pisé su pie con disimulo. El contuvo el dolor, apretando los labios hacia adentro.

—No sabes ni aceptar un cumplido.

—Cuando viene de alguien que vale la pena lo hago con gusto.

—¿Y se puede saber por qué motivo no valgo la pena? Oh, déjame adivinar, se apellida Polho.

Con gusto seré la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora