Remains {Louis Tomlinson Fan Ficción}

Capítulo dieciséis.

Narra Louis

Activé la bomba con esa pregunta, el cronómetro corría hacía atrás en mi contra y al marcar '0', dependiendo de cual fuera su respuesta, el resultado variaría entre una terrible explosión o una reconfortable noticia.

Frente a mi pregunta, Diane se quedó petrificada, de la misma forma que se quedaría alguien si le dijera que acababa de atracar un banco y matar a setenta personas en el acto. Esa reacción no me dio buena espina.

Su silencio alimentaba mis nervios, mi corazón era como un caballo desbocado. No podía soportar la presión un segundo más.

-¿Y bien? -la animé a hablar. Parpadeó volviendo en sí.

-Ahm, s-sobre eso... -titubeó. Bajó la mirada, miró al niño, que seguía abrazado a ella, y le dijo que fuera a jugar con A.J.. Obediente, el pequeño asintió, se separó de ella y bajó del sofá para correr hacia las habitaciones. Tras eso, Diane subió los pies al sofá y abrazó las piernas, como si así se sintiera más segura-. Siéntate, por favor -rogó, y así lo hice, ocupé sitio a su lado. Pero que me pidiera eso sólo significaba una cosa: no iba a gustarme nada lo que iba a decirme a continuación. Me acojoné-. No quería que te enteraras así... -mal empezamos-. Elliot... Verás, él me llama así porque... porque... -suspiró. Aquí viene-. Me llama así porque soy su madre -finalizó de un golpe.

Creo que entré en coma por unos segundos tras oír eso.

No podía creerme lo que estaba escuchando. ¿Diane era madre? ¿Desde cuándo? ¿Quién era el padre? ¿Por qué no me lo dijo la última vez que nos vimos?

Era una jodida pesadilla. Nada de esto podía estar pasando. ¿Por qué narices volví a Italia? Yo era feliz sin saber aquello.

-Su madre -repetí en un murmuro. Me llevaría meses asumir la noticia-. ¿Por qué no me lo contaste antes?

-No lo sé... -se encogió de hombros. Cabizbaja, alzó la mirada para observarme como un cachorro desvalido-. No es fácil ¿vale? Quiero decir, después de tanto tiempo sin vernos no iba a soltarte un "hey, ¿sabes qué? Tengo un hijo" así de sopetón.

-Pues casi lo hubiera preferido -así al menos no me habría creado esperanzas de que volviéramos a estar juntos. Oculté mi cara entre las manos. Bufé. No sabía cómo tomarme aquello. Y apenas había empezado el interrogatorio-. ¿Quién es el padre? -me atreví a preguntar. Al verla noté la desesperación en su rostro.

-Prométeme que no vas a enfadarte cuando te lo diga. De verdad que no quería que te enterases así -repitió como súplica, la voz le salía entrecortada. Se esmeraba en aguantarse entera pese a que deseaba deshacerse.

-¿Es A.J.? -otra explicación no le daba al hecho de que el niño lo llamara "papi". O él era su padre biológico o era su padre adoptivo.

Ella negó con la cabeza.

-No, él no es el padre -cerró los ojos y exhaló. Se mordió los labios-. Louis, por favor, perdóname, no quería ocultártelo, lo juro -vi el brillo aguado en sus ojos cuando me miró. Un par de lágrimas iban a desbordar.

-Ane, ¿quién es el padre? -volví a formular la pregunta con miedo. La angustia crecía y presionaba mi pecho. No puede ser lo que estoy imaginando.

-Tú -musitó débilmente.

Mis ojos se abrieron de par en par, noté la boca seca y una sensación de mareo abrumó mi cuerpo. Estaba siendo como cuando te joden la infancia contándote el verdadero y traumático final de alguna serie de dibujos animados que veías con seis años; te dan ganas de enterrarte vivo.