Narra Diane
Poco a poco mi cuerpo fue relajándose, rindiéndose a la merced de sus demandantes labios, temblando con el calor de su cuerpo ejerciendo presión contra el mío. Sentí frío en las manos cuando las suyas se apartaron, las puntas de sus dedos levantaron parcialmente mi camiseta y subieron lentamente por mi piel. Un cosquilleo se expandió por cada uno de mis músculos antes de contraerse en el centro de mi vientre. Frenó el avance de sus dedos en mi cintura, donde sus manos descansaron y sus pulgares me acariciaron una y otra vez.
Por mi parte no hice ni el más leve movimiento, permanecí quieta mientras intentaba descifrar el porqué de sus acciones: Primero saltó del escenario, se acercó al público y me hizo acercarme a él para quitarme las gafas, después mandó a su guardaespaldas a buscarme y ahora me retenía aquí, contra una puerta, besándome. Quería pensar que lo que le pasaba era lo mismo que a mí, que aún después de todo no había podido olvidar lo que una vez hubo entre nosotros y había una pizca de sentimientos escondidos en lo más profundo de él, pero el pensamiento que desgraciadamente se antepuso en aquel instante fue otro. Pensé que lo que buscaba era aprovecharse del pasado, utilizarme para echar un polvo y después si te he visto no me acuerdo. Por eso, cuando él separó su boca de la mía y me sonrió de la manera más tierna posible, actué como una imbécil insensible.
-¿Has acabado? –pregunté inexpresiva. La dulce sonrisa de Louis cambió por una expresión confusa. Abrió la boca pero no le di tiempo a decir palabra-. Si esperas un final feliz, te recomiendo llamar a otra fan.
Palmeé la puerta en busca del tirador, al enterarse de cual era mi finalidad, volvió a sujetar mis muñecas.
-¿Qué cojones te pasa? ¿No puedes dejar de ser una borde por un segundo? No puedo disfrutar del momento por tu culpa.
-¿Que qué me pasa? La última vez que te vi fue la peor noche de mi vida y ahora vienes besándome como si nada hubiera pasado.
-Oh, perdón por haberte echado de menos y por besarte, ¿qué he hecho? merezco ir a la cárcel por tales atrocidades. ¿Qué digo de ir a la cárcel? ¡Merezco la muerte! –ironizó aumentando el volumen de la voz.
-Me parece algo perfecto. Avísame cuando vayan a ponerte la soga al cuello, me gustaría ver cómo agonizas -sacudí los brazos para soltarme de él.
Tuve la mala suerte de que alguien abriera la puerta al mismo tiempo que yo me daba la vuelta para marcharme, el impacto del duro material contra mi cara me hizo gemir de puro dolor. Me encogí en mí misma, tocando cuidadosamente mi nariz dolorida, cagándome en los muertos del animal que acababa de darme con la puerta en toda la cara.
Tenía el día cruzado.
-¡Diane, ¿estás bien?! –Louis se agachó para quedar a mi altura y puso sus manos sobre mis hombros.
-No, imbécil, ¿cómo quieres que esté bien? -una lágrima resbaló por mi mejilla. Él bufó.
Y yo quejándome del dolor de ovarios cada mes cuando me venía la regla, joder, este sí que era dolor de verdad. ¿De qué mierdas estaba hecha esa puerta?
Louis se puso a discutir con la persona que había irrumpido allí, el cual era el mismo guardaespaldas al que él envió a buscarme. A gritos le ordenó que trajera algo que sirviera para aliviarme y sin rechistar el hombre le hizo caso y se fue corriendo como si llevara un propulsor en el culo.
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Remains {Louis Tomlinson Fan Ficción}
Roman d'amour"-Sólo quiero a alguien que me haga feliz." Una moneda al agua y un deseo mal pedido pueden provocar que tu pasado reaparezca. ||SECUELA DE "SECRETS"||