Capítulo ocho.

10.8K 728 109
                                    

Narra Louis

Mi ilusión en aquel momento era quitarme el zapato y metérselo en la boca a la pesada que estaba entrevistándonos. Era una cotorra. Hacía una pregunta tras otra, elaboraba comentarios que ella creía divertidos y que no lo eran para nada, su risa esquizofrénica daba un miedo increíble, gesticulaba tanto que pensé que el cualquier instante uno de los anillos que tenía puestos saldría volando y me daría en un ojo... En serio ¿qué hacía esta desequilibrada entrevistándonos?

Me dedicó varias preguntas  que simplemente esquivé haciendo que uno de los chicos la contestase o que respondí de manera corta. Pese a que se esforzaba en hacernos interactuar a todos, yo no solté prenda. Y así toda la entrevista. Con decir que era la primera vez que Zayn, que era siempre el más callado, hablaba más que yo, lo decía todo.

Estaba cansado y enfadado, no quería estar sentado en un sillón durante cuarenta minutos escuchando a una negada parlotear y respondiendo las putas mismas preguntas que nos hacían siempre.

Ayer en el concierto no fui capaz de alcanzar las notas que debería, me equivoqué en la letra de dos canciones y casi me mato porque resbalé con las bragas que una fan había tirado al escenario. Malditas frustradas sexuales, ¿quién en su sano juicio lanza ropa interior a un escenario? Seguro que estaban empapas en fluidos, por eso patiné al pisarlas.

Esos incidentes, que tuve que madrugar por la mierda de la entrevista y un photoshoot improvisados para una revista, y la zorra de Diane, eran la causa de que estuviera a punto de despellejar a la entrevistadora de la rabia almacenada.

Esa era otra, Diane me había plantado, menuda caradura.

La entrevista acabó y nos llevaron a otra sala para hacer un cambio de look. Nos peinaron y hasta maquillaron un poco y luego nos dieron la ropa que usaríamos. Nos tocaba ponernos trajes, al parecer el motivo de las fotografías sería algo elegante. Lo que me faltaba, vestirme de pingüino con el traje negro y la camisa blanca.

Al entrar en el lugar en el que se haría la sesión fotográfica se acercó a nosotros la misma mujer que nos recibió cuando llegamos y de la cual no recordaba el nombre, la mandamás del embrollo, una señora de unos cuarenta y tantos, repeinada y con los labios remarcados en un rosa demasiado llamativo.

-Ya estáis aquí, ¿qué tal la entrevista? –sus dientes blancos resaltaban bajo sus vistosos labios. Respondimos con un “bien” colectivo y una sonrisa amable-. Me alegra oír eso –dio un pequeño giro de talón y con un movimiento de la cabeza mandó acercarse a unas personas que estaban agrupadas en una esquina que no bañaban las luces de los focos.

Zayn, que conocía la crisis sexual por la que estaba pasando, chocó su brazo con el mío para llamar mi atención y, sonriendo sugerente, me hizo mirar a dos chicas a las cuales estaban retocando el maquillaje en el centro del blanco decorado.

-Son guapas –aprobó.

-Las he visto mejores.

-No te pongas quisquilloso, para un polvo valen, inténtalo.

-¿Con las dos? Tengo ganas de follar pero dos a la vez…

-Con la de tiempo que llevas sin sexo tienes fuerzas para dos y para tres si hace falta.

Remains {Louis Tomlinson Fan Ficción} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora