Dede
El cuerpo me duele como si me hubieran dado una paliza y mis brazos pesan más de lo normal. Siento un calor descomunal pero es agradable. Los párpados me pesan cuando intento abrirlos y la boca pastosa me revuelve el estómago. La arcada que me entra hace que me levante de golpe de la cama y el vomito mancha todo el suelo. Las arcadas no cesan y cada vez me siento peor. El sudor recorre mi piel y las manos que me tocan hace que me estremezca. Me acaricia la espalda con una mano mientras que con la otra me sujeta el pelo. Cuando el vomito cesa a penas tengo fuerza para mantenerme sentada y cojo aire para que se me pasen las náuseas.
-¿Estás bien?-Su voz me acaricia y me estremece a la vez. Niego y vuelvo a recostarme en la cama, ni siquiera tengo fuerzas de reclamarle que esté en su habitación.
Enseguida escucho la voz de Rose y de alguien más. Creo que tengo fiebre por eso tengo el mal estar del cuerpo. Unas manos suaves me acarician la frente y el pelo para hacerme sentir mejor y lo consigue, mi madre hacía eso cada vez que enfermaba y sus manos parecían hacer magia porque siempre conseguía hacerme sentir mejor.
-Dede, cariño, voy a traerte algo para comer. Toma una ducha mientras lo preparo ¿vale?
-Yo me encargo.
A penas recuerdo nada de los últimos días y mi mente parece estar en blanco o se niega a recordar nada.
Los brazos de Amery me rodean y me lleva hasta el baño donde me desviste para después meterme en la bañera. El agua tibia me empapa la cabeza y cierro los ojos cuando el agua me cae por las mejillas.
Amery acaricia mi mejilla con delicadeza, como si me fuera a romper, aunque creo que estoy un poco rota después de esto. Me enjabona el cabello y desenreda con delicadeza los nudos de mi pelo. Clava sus ojos en los míos y le sonrío, que me toque de esta forma me hace sentir bien, me estoy sintiendo en casa de nuevo. Ninguno de los dos habla mientras me enjabona mirándome a los ojos y es que no hacen faltan palabras entre nosotros, su delicadeza habla por él.
-Lo siento.
No sé a que se refiere pero veo dolor en sus ojos y no entiendo lo que ocurre. No entiendo porque todos se comportan así.
Cepilla mi pelo cuando me pone su camiseta, ni siquiera soy capaz de mirarme al espejo. Vuelvo a la cama cuando termina y Rose ya me está esperando con una humeante sopa que me abre el apetito con solo olerlo. Brandon está al lado de la puerta y Amery solo me dedica una mirada antes de salir de la habitación sin decir nada.
-¿Te encuentras mejor?-Asiento.-Nos tenías a todos preocupados.
-¿Que ha pasado?-Me mira extrañada y me deja sola cuando se va.
Enseguida Amery entra con ella detrás y se coloca a mi lado. Coge mis manos entre las suyas con delicadeza y hace una señal para que nos dejen solos.
-¿Que ha pasado?
-¿No recuerdas nada?-Niego.-¿Que es lo último que recuerdas?
-Los preparativos de la boda, ¿que ha pasado?-Vuelvo a preguntar.
-La doctora Peterson va a venir en un rato a chequearte ¿de acuerdo? Necesito que le cuentes lo que recuerdes, aunque sea lo más mínimo, confía en ella.
-¿A chequearme?-Me acaricia la mejilla y mis nervios me juegan una mala pasada cuando vuelven las náuseas.
-Para descartar que te hayan echo daño ¿de acuerdo? Solo serán unos exámenes y ponerte un poco de suero para que no te deshidrates con los vomitos.
-¿Me han echo daño? ¿Crees que me han tocado?-Mis ojos se llenan de lágrimas de solo pensar en alguien tocándome sin mi consentimiento y las arcadas vuelven por el asco que me produce.-¿Has dejado que me tocaran? ¡Decías que era tu mujer!
ESTÁS LEYENDO
Waves
RomanceAmery Waves El aniversario de la muerte de sus padres la lleva hasta Cinque Terre, la costa italiana. Dede, una mujer independiente, comprometida y dulce no es consciente de que esa noche será el inicio de su nueva vida. Un legado que defender está...