Dieciocho horas sin saber de Dede.
He despedido a gente que a los dos minutos he vuelto a contratar. He destrozado todo lo que he pillado. He perdido los papeles durante horas y lo único coherente que he hecho ha sido esperar una llamada que aún no ha llegado.
Voy aplastarle la cabeza a ese hijo de puta hasta que suplique y se arrastre a los pies de mi mujer aunque lo pienso matar.
-Amery deberías comer algo.-Niego.
Rose lleva horas intentando tranquilizarme pero no encontrarla me está desesperando más de lo que me gustaría. No he dormido ni comido pensando en cualquier rincón.
-¡Señor! Hemos encontrado el rastro, tan solo está a tres horas de aquí.
-¿Estás seguro?
-Si, señor. Ya van varios coches para montar guardia y asegurar el perímetro.
No dudo en buscar mi coche y salir detrás de ellos. En cuanto tengo las coordenadas rebaso el límite de velocidad. Esto solo me lleva a las montañas en medio de la nada y espero que no sea en vano.
Me obligo a no parar aunque el cansancio me intente ganar pero cada vez que se me cierran los ojos imagino a ese cabrón tocando a Dede y me enfurezco.
Dos horas y tres minutos después estoy en mi destino. Las multas las pagaré cuando lleguen pero tengo claro que van a ser más de cinco por todas las locuras que he hecho. Aparco a un lado de la carretera y diviso a varios hombres dando vueltas. Mis hombres.
Hablo con ellos y andamos un par de minutos hasta una casa abandonada. Varios hombres en la puerta vigilan a su alrededor y puedo ver a Fred entrando en la casa. Hijo de puta.
En cuanto entra mis hombres dan de baja a los suyos. Fred nunca ha sido de tener mucha guardia porque no puede costeárselo por eso sé que el camino será fácil. Mis hombres merodean alrededor mientras me preparo para aplastarle la cabeza a ese gilipollas.
Los gritos me alertan y entro cegado por la rabia. Dos hombres se me vienen encima pero caen antes de que me toquen. Uno de mis hombres me cubre desde arriba y voy directo a los gritos.
Dede está tirada en el suelo empapada mientras llora y Fred le dice algo que solo la hace llorar más. La agarra del pelo y ella solo suplica mientras llora. En cuanto escucha mis pasos saca un arma y apunta a Dede. Hago lo mismo pero lo apunto a él y sé que no voy a fallar pero primero me apetece partirle la cara.
-Por fin llega tú querido esposo. ¿Ves como no era tan difícil dar con él? Espero que me hayas traído mi dinero.-Su nariz gotea sangre y enseguida se la limpia. Está colocado.-He tenido una charla muy interesante con ella. ¿Sabias que sus hermanos son los Hill? Pensaba que eran tus rivales.....
-Voy a volarte la cabeza.
-Amery.....-Su voz sale ronca y me parte el corazón.
Mis hombres lo rodean y empuja a Dede del pelo para arrastrarla hasta el centro. Intenta enfrentarse a uno de mis hombres pero le disparo en el brazo y su pistola cae. Me acerco con paso decidido hasta él y lo agarro del cuello. Su nariz sangra de nuevo y las pupilas dilatadas me dan asco. Me sonríe y mi puño cae sobre su ojo izquierdo.
Busco a Dede pero ha desaparecido. No está por ningún lado y me empiezo a desesperar.
-Atarlo y quemar la casa con él.
-Ha sido un gusto tocarla.-Musita y solo puedo patearle el estómago antes de buscar a mi mujer.
Grito su nombre en el bosque y no tengo respuesta. Ando varios minutos y siento que estoy pasando siempre por el mismo lado. Las copas de los árboles y el sonido de las ramas moviéndose me aturden. Mi mente no es capaz de concretarse en un sonido en concreto y el pecho empieza a dolerme de nuevo por la desesperación de no encontrarla. Joder, estamos en medio de un puto bosque con animales salvajes y un loco que la acaba de secuestrar aunque posiblemente ya esté ardiendo. Él no merece mi tiempo ni que manche mis manos con su sangre asquerosa ,con arder le es suficiente. Camino entre la maleza y siento que es el punto donde inicié.
Una hora después escucho el río a lo lejos y me apresuro. Puede que se haya caído o este descansando de caminar tanto. A lo lejos diviso algo flotando y la presión del pecho aumenta. En el río hay un cuerpo flotando y corro hasta llegar. No dudo en lanzarme y nadar hasta ella. La alzo en mis brazos y con suerte está respirando, tiene la mejilla morada por algún golpe y el labio partido. Su pelo es una maraña de nudos con hojas que moja mis brazos por el agua y la siento más frágil. Al salir del agua su cuerpo comienza a temblar bajo el mio por el frío, la brisa no ayuda y mis nervios lo empeoran todo. No sé como cojones ha conseguido que casi me de un aro cardiaco por verla así cuando me odia.
Las magulladuras de sus brazos me queman la piel como si me las hubieran hecho a mi. El color pálido de su hermoso rostro me recuerda lo débil que está por mi culpa y siento el peso sobre mis hombros. Todo esto es por mi culpa y todo lo que Dede conlleva en mi vida. A ojos del mundo es mi esposa y mano derecha, ante mis ojos es una mujer que me hace sentir y hace que me de un vuelco el corazón con solo rozarla.
-Lo siento.
Beso su frente helada y la arropo contra mi pecho. Mis hombres se acercan a mi con una manta y por inercia la pego más a mi escondiendo su cara en mi pecho. No quiero que nadie la toque, ni que la miren ni que respiren a su lado. No quiero que nadie más le haga daño. No quiero perderla ni que se vaya de mi vida.
Brandon camina a mi espalda mientras que mis hombres nos guían a los coches de nuevo. Brandon me conoce y sé que tiene muchas cosas que decirme, en concreto la respuesta a ese correo.
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Waves
RomanceAmery Waves El aniversario de la muerte de sus padres la lleva hasta Cinque Terre, la costa italiana. Dede, una mujer independiente, comprometida y dulce no es consciente de que esa noche será el inicio de su nueva vida. Un legado que defender está...