Besar a Bruno se siente como caer.
Siento que sus manos dejan huella en cada centímetro de mí que toca y no hay nada aquí que pueda ayudarme a no desfallecer. Es realmente complicado tener que fingir que no me muero por enterrar mis uñas en su piel teniendo que conformarme sólo con apretar su cabello.
Sé que hay compañeros de trabajo en esta exposición; hay amigos, conocidos, gente importante y no me importa, pero gran parte de esa verdad es lo que me hace caer en la realidad y alejarme de él. Ayer al llegar a casa lo primero que hice fue sacar el vibrador de mi cajón. Tuve tres orgasmos, todos pensando en Bruno y no fueron suficientes. Hace un minuto pensé que besarlo realmente lo sería, pero aquí estoy, arrepintiéndome de haberme alejado porque ahora no parece buena idea volverlo a besar.
Bruno mira a ambos lados, verificando que nadie nos esté observando. Yo hago lo mismo, y cuando finalmente nos vemos, mi cabeza trabaja por su cuenta y me hace recordar que tengo mi auto estacionado afuera, afortunadamente en un lugar oscuro y alejado del estudio. No estaba ahí cuando vine a ensayar, pero el dueño del estudio nos pidió dejarle los espacios más cómodos a los artistas e invitados importantes y no tuve problema en hacerlo. Ahora quisiera buscar a ese tipo y darle un fuerte abrazo.
Miro una última vez a mi alrededor antes de tomar la mano de Bruno con firmeza. Él quiere esto tanto como yo, y eso me hace valiente.
—Ven conmigo.
No pone ni un poco de resistencia ni tampoco pregunta a donde vamos, sólo camina conmigo. O corremos, de hecho, porque está nevando con viento aquí afuera.
Yo guío a Bruno por el lugar y terminamos pasando frente a su Jeep. Es un tipo que entiende las situaciones demasiado rápido, porque siento alivio de que no ofrezca su auto y simplemente pase de él porque está de acuerdo en subir al mío, y dejar que suceda lo que tenga que pasar, porque es exactamente lo que estamos a punto de hacer. O lo que estamos haciendo desde ayer; dejar que pase lo que tenga que pasar.
Una vez estoy dentro, sentada, las manos al volante, los pies en el suelo de mi auto, sola, la valentía que había adquirido comienza a desaparecer a medida que veo el cuerpo de Bruno correr, pasando frente a la trompa de mi auto, con frío, hasta alcanzar la puerta. No porque no quiera esto, vaya, si no lo deseo ahora, justo después de ese beso, podría declararme una completa desequilibrada. Pero la ventisca es increíble allá afuera y está nevando, probablemente, como nunca en todos estos días.
No quiero tener que reconocer en voz alta que ha sido una mala idea pensar que podría pasar algo en el auto porque ahora ya estamos aquí. Y pienso que Bruno será quien lo mencione, pero eso no sucede.
—Está bien si ya no quieres hacer lo que sea que te ha hecho pedirme venir hasta aquí. —Es lo que dice al entrar y verme quieta en mi asiento.
No tiene una idea de cuánto me gusta que sepa leerme sin abrir la boca siquiera.
—No tiene nada que ver contigo —digo, mirándolo—. Sólo... pensé que dirías que ha sido una mala idea.
—¿Por qué haría yo eso?
—Por la situación. —Señalo el parabrisas de atrás que es el único cubierto de nieve moviendo el espejo retrovisor para lo mire desde ahí.
El parabrisas de enfrente está completamente limpio. El techo del estudio cubre hasta la mitad de mi auto.
—¿Crees que una nevada me hará decir que no a seguir besándote dentro del auto? Morgan... —Sacude la cabeza, sonriendo, mientras estira la mano hasta alcanzar mi nuca y acariciarme. Mi cuerpo reacciona inmediatamente—. Ven aquí.
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Olvidé Olvidarte [URN I]
RomanceCuando Bruno se muda al apartamento de su mejor amigo Nick, no esperaba hacerlo en plena crisis de noviazgo. Nick ha roto con Morgan, la chica de la que Bruno lleva enamorado hace más de dos años, así que no espera hacer amistad con Morgan gracias a...