Alga

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-¿Está segura que nos van a recibir? -Pregunté mientras Hange manejaba lo más rápido posible el auto por la carretera rural que daba al bosque de Trost. Debíamos para por los campos de cultivo y una que otra residencia ya abandonada. Había un poco de neblina, pero nada peligroso.

-Confía en tu tía, créeme que he venido un par de veces acá para aclarar unos asuntos de los impuestos y uno que otro caso de rebeldía de uno de los miembros de la población del bosque.

No podía creer todo lo que me estaba diciendo, si tan solo los académicos más antiguos de la isla supieran que el gobierno y la corona tenían información tan valiosa y contacto directamente con los fenómenos que estudiaban arduamente todos los días, creo que todo se realizaría más rápido y fácil, sin embargo, podía llegar a entender el "por qué" de mantener todo bajo secretos.

Las pocas horas que había decidido descansar fueron nulas, no podía parar de pensar en todo lo que me había contado tía Hange ¿Cómo era posible que todo lo que creíamos que era una mera fantasía "inventada" de los más antiguos, era una realidad? Estaba seguro que ni mi padre o Levi se creían aquello, pero ser los líderes de la nación debían deliberar obligaciones, así como Hange estaba de primer ministra, como los otros estaban encargados de hacer el trabajo sucio y otros seguir con el orden establecido.

Seguimos por el camino hasta que en una pequeña entrada que dejaba ver el denso y oscuro bosque. Podría jurar que solo una vez estuve por estos lados, por una cabalgata cuando nos estaban enseñando a montar a caballo, pero no lo recordaba así de "tenebroso".

-Dejaremos el auto acá, luego tendremos que caminar con cuidado, al primer ruido que escuchemos debemos parar hasta que alguien aparezca frente a nosotros. -Dijo Hange deteniendo el auto para tomar el abrigo desde la parte de atrás y bajarse.

Seguí sus instrucciones, yo venía con el abrigo puesto, la mañana realmente estaba muy fresca. Salí del auto y cerré la puerta segundos después que ella.

-¿Está segura de lo que estamos haciendo? -Volví a preguntar con algo de incredulidad.

-Al parecer el querer ser biólogo te dura hasta que te metes en las áreas sociales ¿No quieres ser científico? Debes creer en lo imposible, cariño.

Comenzó a caminar sin darme la oportunidad de responderle. La seguí sin dudar, el bosque nos daba la bienvenida con la oscuridad que lo caracterizaba, ni una luz entraba a ese sendero que íbamos siguiendo. Se podían escuchar el canto de unos pájaros de dudosa procedencia y a lo lejos se sentía el arroyo de un riachuelo que posteriormente se enanchaba en un río.

-¿Cómo sabrán que vinimos? -Pregunté caminando a paso inseguro por el cuidado de no caerme.

-Ellos tienen ojos en todas partes, vigilantes y cazadores por todo el bosque, seguro ya saben que estamos acá.

Ni bien mi tía dejó de hablar escuchamos los árboles moverse y así alguien cayó frente a nosotros.

Quede totalmente congelado. Era una chica muy bella y pálida, su cabello negro medianamente largo le daba el toque elegante de su porte, llevaba pantalones, botas y una camisa de hombros caídos.

No era humana, eso lo podía dar por seguro; me daba la misma sensación que cuando vi a la sirena sin humanidad en las rocas o cuando tocaba las manos de Annie.

-Bienvenidos. Hange un gusto verte, pero... ¿Trajiste al príncipe a dar un paseo? -Dijo la mujer frente a nosotros.

Hange rió un poco antes de contestarle.

-Tanto tiempo, Pieck, pues sí, quisiera ver la posibilidad de hablar con alguien del aquelarre, es meramente una conversación, nada político.

-¿Alguien en específico? -Preguntó la mujer sin dudar de las palabras que le decía Hange.

Secreto con Escamas [Aruani]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora