Luna llena

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-No deberíamos estar aquí...-Dijo Annie al tiempo que tiraba de mi cabello para que la mirara.

-¿Crees que alguien vendría a una biblioteca en vez de estar en un baile?

Ambos estábamos desalineados, ella tenía los hombros de su vestido deslizándose hacia abajo mostrando un poco más de lo debido en su escote y por cosas de las cuales no me di cuenta, yo estaba sin mi chaqueta, ni la banda y con los primeros botones de mi camisa abiertos.

-En este castillo y al conocer a tu familia separándola de la monarquía, sí. -Mencionó pasando sus dedos por mi cabello peinándolo hacia atrás.

-Dudo... -Agregué sin dejar de mirarla, se veía preciosa, no podía creer todo lo que estaba pasando en este momento. La tenía encima del escritorio sentada con las piernas separadas para poder estar cerca de ella; podía posar mis manos encima de sus blanquecinos muslos y disfrutar de los juguetones besos que nos estábamos acostumbrando a darnos.

-¿Y si alguien más elige la biblioteca para esconderse? -Arqueó las cejas ante la pregunta.

-Pues, pueden ocupar un pasillo de las estanterías -Bromeé sabiendo que me iba a ganar un apretón de mejilla el cual llegó enseguida.

-Tanto libertinaje, majestad -Dijo con un tono burlesco antes de pasar sus brazos por mi cuello y unir nuestros labios nuevamente.

Nuestras bocas encajaban a la perfección, lo habíamos descubierto en el barco, la sensación de entregarle satisfacción y dulzura entre besos a la otra persona era algo totalmente fascinante, era como si fuéramos uno y pudiéramos conectarnos íntimamente con el alma.

Mis manos recorrieron sus muslos subiendo por toda la piel que me dejaba tocar, las yemas de mis dedos estaban memorizando cada centímetro de sus piernas hasta llegar al inició de su ropa interior. Osadamente la tomé de sus glúteos y la movía más a la orilla del escritorio para apegarme a ella. Entre el beso y el movimiento de nuestras lenguas ella dejó escapar un suave gemido por la impresión del movimiento.

Pude percatarme de un pequeño movimiento de su brazo antes de separarme y poder apreciarla. Sus labios levemente entreabiertos, húmedos al igual que los míos, su melena rubia tapaba parte de sus hombros y el movimiento que había hecho era para ir bajando su vestido, podía apreciar uno de sus pechos descubierto.

Ya la había visto desnuda más de una vez, cuando se convirtió en sirena y cuando volvió a ser "humana", se había sacado la ropa con total seguridad, pero era otro contexto, yo estaba embelesado por lo que se había convertido. Pero ahora, estaba frente a mí en una posición tan intima, mirándome expectante a mi reacción.

Saqué una de mis manos debajo de su vestido para posarla encima de su pecho rozando suavemente su pezón de un rosado tostado con el pulgar sintiendo como poco a poco se iba endureciendo ante el toque.

Ella estaba mirando mientras movía mi dedo para luego buscar mi mirada.

Sonreí suavemente antes de apretar su pecho sintiendo lo suave que era.

-¿Qué estamos haciendo? -Pregunté mirándola fijamente sin dejar de masajear su pecho.

Ella me sonrió al igual posando una de sus manos en mi mejilla para acariciarla.

-Pasando el rato y viendo si somos capaces de cruzar una línea muy peligrosa.

-¿Peligrosa? Creo que sé algo de eso.

-¿Ah, sí?

Asentí a su pregunta acercándome a su rostro para que nuestros labios se rozaran al hablar.

Secreto con Escamas [Aruani]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora