Baile

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-¿Un alga? -Cuestionó Annie sin poder creerlo.

-Según los escritos del libro de hechicería que pude leer el alga debe estar vislumbrada a la luz de la luna llena, se debe arrancar y comer enseguida. Es un alga marina especial, sin embargo, si no resulta podemos ir nuevamente al bosque de Trost y que nos ayuden con el tema.

Annie me miraba algo desconfiada por todo lo que le estaba diciendo. Pasó sus manos por su rostro y luego tapó su boca por mero reflejo de reflexión.

-Es una aventura algo temeraria, algas así solo aparecen cerca de los acantilados, el oleaje es tremendo y si resulta será difícil sacar a Annie del mar, si no fuera por su aleta...

-Yo realmente no sé nadar, no te mentí.

Claro, Annie humana era eso, una humana totalmente normal y corriente, la sirena es cuento aparte, es como si fueran dos personas distintas en un solo cuerpo.

-Podemos arreglar algo, tal vez ir en barco al acantilado y poder extraer el alga. Mientras que esperamos que sea luna llena, enviaré un comunicado a los miembros del bosque, ellos ya están en conocimiento que hay una sirena solitaria en la isla que no hace uso de su don con frecuencia. -Mencioné mirando de reojo el reloj que tenía el señor Leonhart en la sala de reuniones.

-Podemos hacerlo, podemos pedirle ayuda a Reiner, así en luna llena nos acercamos al acantilado y probamos nuestra suerte. -Dijo Annie- Pero si no resulta, realmente no quiero seguir buscando una solución, solo quiero vivir en paz.

Tanto el señor Leonhart y yo nos miramos de reojo. De por si la vida de Annie ha sido compleja, ahora que se juntaba conmigo era más complicada, eso lo sabía muy bien.

-Entonces... Según la fecha, la luna llena es en dos semanas más, mientras arreglaré el barco y dispondré de todo que podamos darle una solución -Dijo el padre de Annie.

-Bien, entonces quedamos en contacto, muchas gracias por todo Sr. Leonhart -Me levanté de mi asiento para hacer una pequeña reverencia.

-¡Oh! No, príncipe, no es necesaria tanta formalidad, créame es un milagro la ayuda que nos brinda por su investigación y el haber conocido a mi hija. -El señor se levantó para hacer un gesto con las manos para que no me inclinara.

Annie también se levantó y se movió de su puesto.

-Lo acompaño hasta la puerta su majestad, tiene un baile al cual ir.

Hice una pequeña mueca al caer en la realidad que tenía que irme al castillo por el tema del baile.

-Si, gracias Annie. -Miré al señor Leonhart y le ofrecí mi mano- Nos estaremos viendo, Sr. Leonhart.

El padre de Annie tomó mi mano dándome un apretón con fuerza.

-Sea bienvenido cuando quiera a nuestra casa, muchas gracias Príncipe.

Annie me esperó en la puerta y por cosas de "protocolo" yo salí primero y ella después. Caminamos en silencio hasta el hall principal; en el camino podía ver pinturas y una que otra fotografía en retrato de la rubia cuando pequeña. Realmente adorable, bellísima.

El personal estaba en la entrada y Annie pidió que se retiraran por unos minutos. Me despedí de ellos mientras iban pasando al interior de la casa.

Me acerqué a Annie y la miré fijamente.

-Quiero confiar que esto funcionará.

Ella sonrió apenas.

-Esperemos, aunque si resulta tendré que casarme contigo.

-Mh...-Bajé un poco el rostro- Al parecer estoy insistiendo mucho, no veo aceptación o interés... Más me veo como un estorbo en tu vida...

Annie arqueó sus cejas al escucharme y negó rápidamente.

-No es eso, para nada, solo... Entiéndeme, estoy nerviosa y jamás pensé que un príncipe se iba a fijar en mí.

Trataba de entenderla, realmente lo hacía. Pero, no veía reacción alguna, pensaba que ella de verdad había dejado todo lo vivido en el barco, dejando todo atrás.

En ese instante, me sentí como si estuviera luchando contra olas gigantes. La reacción que tenía cuando la iba a visitar, la reacción de verme en el muelle o en la sala de reuniones cuando expresé mis intenciones. O algo más banal con el tema que ni siquiera tomó en cuenta la carta de invitación de mi padre, cosa que debía de hablar con él.

Al parecer, solo yo estaba viviendo una fantasía y amor platónico dentro de una realidad que fue efímera.

La miré embelesado por unos segundos. Ella me miraba con curiosidad por mi silencio.

Cómo retroceder el tiempo y volver a Westwood donde éramos simplemente Annie y Armin.

Hice una pequeña reverencia ante ella, cosa que la sorprendió.

-Oye-...

-Nos vemos en dos semanas, con toda la fe que funcionará. -Levanté mi rostro para mirarla.- Cuídate, Annie.

Tenía ganas de darle una pequeña caricia en su rostro, abrazarla, transmitirle algo de confianza para que creyera en todo lo que estaba haciendo, sin embargo, tenía la sensación de desolación luego de tanta reacción de negación de su parte.

Tal vez, yo me estaba equivocando con todo.

-Armin. -Dijo simplemente.

Me di media vuelta y caminé fuera del hall de la residencia, con una propuesta hecha sin respuesta alguna.

Mi guardaespaldas abrió la puerta del auto y me subí enseguida. Miré la puerta y pude ver a Annie que estaba tomando parte de su vestido con fuerza.

Sonreí levantando mi mano antes que el auto partiera.

Secreto con Escamas [Aruani]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora